La desigualdad para las mujeres que eligen carreras “de hombres”
En México, solo 30% de las profesionistas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas son mujeres
Con más de una década de experiencia como ingeniera química industrial, Cynthia Nolasco ya ha vivido situaciones de acoso y discriminación en sus lugares de trabajo en México. “En un principio nadie me quería contratar, y al poco tiempo me di cuenta de que si quería obtener un buen puesto, tenía que demostrar el doble de lo que mis compañeros hombres”, dice esta profesionista de 44 años.
Aunque por muchos años su paso por la industria de la química de alimentos fue dura, logró obtener un puesto como líder de proyecto para una certificación en una empresa de alimentos. “Era la única directiva, y tuve que hacerme de estrategias, porque a muchos hombres les cuesta que les des órdenes o les pidas cosas”, comenta. Al final tuvo que renunciar a su trabajo ante la imposibilidad de conseguir buenos resultados y por un sinfín de conflictos debido a la discriminación de sus colegas, también ingenieros.
Sarah Conalesi, bióloga de 40 años, coincide que para prosperar en empleos tradicionalmente ocupados por hombres, las mujeres tienen que demostrar mucho más. “Al momento de presentar proyectos, cuando quieres abundar en un estudio, tienes que dar el doble de argumentos para que te den luz verde”, comenta. “Y ni hablar que cuando eres madre también te cuestionan si eres capaz de realizar las investigaciones”, comenta en entrevista.
En México ciertas áreas de estudio y de industrias han estado ocupadas históricamente por hombres. Tal es el caso de las carreras STEM (las relacionadas con ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés), ya que solo 30% de estas profesionistas son mujeres. En algunas áreas de estudio a nivel de investigación, el porcentaje de mujeres puede ser de solo 10%, como en el caso de física y astronomía.
En México, solo 3 de cada 10 profesionistas con carreras relacionadas con ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, o #STEM, son mujeres.
— IMCO (@imcomx) March 2, 2022
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Ara López lleva casi diez años trabajando en la industria de la tecnología como investigadora para el desarrollo de proyectos. Y aunque reconoce que trabaja con muchas mujeres, cuando observa a su organización, todos los puestos de liderazgo están ocupados por hombres. “Los proyectos suelen estar cargados de estrés y es muy común que los directivos o líderes te digan ‘cálmate’ ´te estás ahogando en un vaso de agua’, minimizando las quejas de las investigadoras”, comenta.
Aunque López lleva ya varios años en su organización (que prefiere omitir pare evitar roces en su área de trabajo), no ha podido conseguir un ascenso. “He visto que mis compañeros se mueven o ascienden, aunque no es un tema de desempeño el que me frene, sino algo de lo que no se habla aquí”, refiere.
De acuerdo con datos del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), aunque más de 40% de los espacios laborales formales en las empresas mexicanas lo tienen las mujeres, menos del 40% cuenta con seguridad social, menos del 30% ocupa un puesto de liderazgo o toma de decisiones, mientras que las mujeres ganan entre 18 y 25% menos por hacer el mismo trabajo que un hombre.
Claudia Silva, líder de diseño en un proyecto de tecnología de consumo y de programación, indica que se ha encontrado comentarios negativos ante una de sus superiores, que es mujer. “Mis compañeros dicen, ‘¿qué hizo para llegar a ese puesto?’, cuando su experiencia y el trabajo que ha hecho la respalda”, dice en entrevista. “¿Qué me espera a mí, entonces?”, dice la diseñadora de 33 años.
Nolasco recientemente empezó a trabajar en la industria cosmética en el país con una colega también ingeniera. “Teniendo líderes mujeres, la apertura es mayor, trabajas con personas jóvenes, con experiencia, hombres y mujeres. El cambio debe ser en ese sentido, no solo un perfil dominando”, reflexiona la ingeniera.
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