Luis Arriaga, rector de la Ibero: “El uso de las Fuerzas Armadas ha aumentado las violaciones de derechos humanos”
El nuevo titular de la Universidad Iberoamericana asume el cargo después de la muerte del anterior rector con el empeño de atajar la desigualdad en el país a través de la educación
Luis Arriaga, sacerdote jesuita, nacido en Tijuana hace 52 años, acaba de asumir el cargo como rector de la Universidad Iberoamericana, una de las casas de estudios privadas más prestigiosas de México, con una amplia vocación humanista. Abogado y doctor en Educación, a lo largo de su trayectoria académica y profesional se ha especializado en la defensa y la promoción de los derechos humanos. De 2006 a 2011 fue director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, en Ciudad de México y los últimos tres años se ha desempeñado como rector del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), la Universidad Jesuita de Guadalajara. Arriaga preside la Asociación de Universidades de la Compañía de Jesús en América Latina, desde 2020 y además del campus en Ciudad de México tendrá a su cargo los mandos del Tecnológico Universitario del Valle de Chalco, la Prepa Ibero y la Universidad Iberoamericana Tijuana.
Recién recuperado tras dar positivo por coronavirus, dice que llega al puesto con energía y predisposición para que la Ibero sea un referente dentro y fuera de México: “Un semillero de cambio social en el país”, asegura. Su larga experiencia en defensa de los derechos humanos le precede y no evita hablar de los temas que más le preocupan de México. Entre ellos, la militarización del país y el abuso de los derechos de los migrantes. Le recibe un alumnado cada vez más tendente al pensamiento crítico, con un especial interés social y político que en varias ocasiones ha saltado a los periódicos por cuestionar el status quo. Aquí arrancó el movimiento Yo soy 132 contra la manipulación de las elecciones de 2012 a favor de Enrique Peña Nieto. En 2019 el escándalo Me Too cobró especial relevancia en el campus gracias a un movimiento estudiantil feminista que colocó en la agenda universitaria la violencia machista contra alumnas y profesoras.
Los primeros días como rector de Luis Arriaga coinciden con la vuelta a clases presenciales después de dos duros años de pandemia en los que la comunidad universitaria ha sufrido y se ha debilitado. El último golpe fue la muerte del anterior rector, Saúl Cuatle, por complicaciones relacionadas con la covid-19, en septiembre del año pasado.
Pregunta. ¿Cómo ha sido este regreso a clases en plena cuarta ola de contagios?
Respuesta. Los datos de la primera semana es que vinieron el 80% de los estudiantes presencialmente. Se renovaron los salones para mejorar la ventilación y las aulas se hicieron concurrentes [para seguir las clases de manera presencial y en línea de manera simultánea]. Estamos flexibles a lo que las autoridades nos vayan dictando y permitiendo, mientras tanto, hemos reforzado muchas medidas sanitarias e implementado un sistema de pruebas aleatorias cada semana para nuestro estudiantado y nuestro personal.
P. Estos dos últimos años han castigado mucho a la comunidad de la Ibero. ¿Qué tiene que decirle tanto a los alumnos, al profesorado, al personal técnico?
R. Que es mi alma máter. Llego con muchas ganas de trabajar, con mucho ánimo. Quiero hacerlo en colaboración y con el compromiso de la comunidad universitaria, quiero escucharla y tejer puentes para hacer de la Ibero la mejor universidad privada del país. Debemos contribuir a entender y eliminar las causas estructurales de la desigualdad y sus efectos, uno de mis grandes compromisos.
P. No es poca cosa lo que usted quiere lograr estos años, rector...
R. Lo vamos a hacer porque el modelo educativo jesuita es de largo aliento. Estoy dispuesto a realizar los cambios que sean necesarios para llevar adelante este gran proyecto universitario.
P. La pandemia ha golpeado la economía de muchas familias, también dentro de la Ibero. ¿Alguna medida para ayudar a los estudiantes a costear sus estudios?
R. Hay grandes retos que debemos de afrontar en esta etapa. La Ibero quiere ser una universidad solidaria pero al mismo tiempo pues una universidad con finanzas sanas y con sustentabilidad económica para afrontar esta misión en la docencia e investigación. Hemos hecho una ligera baja en la matrícula y seguiremos apoyando los programas de becas que están vigentes.
P. Otro tema importante derivado de la pandemia es la salud mental. ¿Qué van a hacer para apoyar a los integrantes de su comunidad?
R. Contamos con un equipo de psicólogos especialistas en acompañar este tipo de procesos. También recordamos, pues, que somos una universidad jesuita que adapta el modelo psicológico y pastoral a estos procesos que pueden generar desgaste, crisis, duelo...
P. ¿Qué lección le ha dejado a usted la pandemia?
R. Nos dio elementos para reflexionar, para ponderar y profundizar en los grandes interrogantes que tenemos en la educación. Pero creo que lo más importante es, pues, cumplir con nuestra misión de formar profesionales competentes que dinamicen diversos sectores: el gobierno, las empresas, las organizaciones civiles, artistas, deportistas... Creo que es un buen momento para realizar una reflexión fundamentada y adentrarnos a los grandes problemas que tiene nuestro país.
P. ¿Qué papel diría usted que tiene la universidad privada en un país como México?
R. Nuestras instituciones van a tener que priorizar la formación del pensamiento crítico y a diseñar propuestas para atender las desigualdades, la injusticia, la militarización, la migración (...) impulsar cambios sociales que promuevan la equidad, la justicia social y la mejor redistribución de la riqueza.
P. Toda su carrera ha girado en torno a los derechos humanos, ¿cómo va a incorporar este bagaje a la agenda que quiere traer a la Ibero?
R. Creo que es pertinente hablar de los temas más importantes de derechos humanos en nuestro país.
P. ¿Y cuáles serían esos temas?
R. Uno de ellos es el uso adecuado de las Fuerzas Armadas, es decir, el tema de la militarización. Tenemos que mantener un enfoque de derechos humanos en este uso que se está dando [en México] a las Fuerzas Armadas y que lejos de haber reducido los altos niveles de violencia, genera un aumento en las violaciones de derechos humanos.
Tenemos que poner al centro los derechos humanos para el combate de la inseguridad y la violencia, hacer referencia a las grandes desigualdades que causan esta inseguridad y el poco acceso a la justicia que tienen las mayorías empobrecidas. Tenemos el reto de fortalecer a las autoridades civiles para que se implementen estrategias, legislaciones y políticas que promuevan un uso humanizante de la seguridad ciudadana.
Otro tema que se tiene que estar en la agenda es la migración. Tenemos que respetar el derecho a toda persona a moverse libremente, garantizar sus derechos y fortalecer las instituciones que promueven la atención integral a migrantes. Creo que es muy importante promover políticas de prevención y de no contención de la migración. [También ] me parece importante recomponer el sistema de salud pública y garantizar el acceso a la salud de las personas más desfavorecidas.
P. Habla usted de derechos humanos, rector. ¿Cuál es su posicionamiento sobre el aborto y su despenalización en México?
R. Pues yo creo que son temas que tienen que ser ampliamente debatidos. A nosotros como universidad nos toca promover el debate y analizarlo desde una perspectiva académica, no desde una perspectiva moral.
P. ¿Qué me dice de las denuncias por acoso y la violencia machista contra alumnas y profesoras dentro de la universidad?
R. Queremos colocar la igualdad de género como una prioridad institucional y una prioridad en las obras de la Compañía de Jesús. La Ibero ha ido a la vanguardia en esos esfuerzos institucionales por atender este problema al interior y el exterior. Hemos creado una política institucional de equidad de género y colocado el tema de la igualdad de género y la no discriminación como una prioridad. La violencia contra las mujeres es un problema generalizado en nuestro país y en el mundo, y nuestra misión es prevenirlo, atenderlo y solucionarlo.
P. Hablemos de los derechos de la diversidad sexual dentro de la universidad, ¿qué importancia van a tener durante su mandato?
R. La Ibero siempre va a ser una universidad que respete plenamente la libertad de expresión. Y creemos que la diversidad de género, de clase, de orientación sexual, de pertenencia étnica, de raza... enriquecen a la institución y a la vida universitaria.
P. La Ibero siempre ha dado seguimiento a los movimientos migratorios en la región, especialmente en México. ¿Cuál es su diagnóstico sobre la actual política migratoria del Gobierno?
R. Hay que promover una política de prevención y de no contención. Las instituciones que promueven la atención integral a los migrantes y sus derechos han sido golpeadas y han denunciado las violaciones que se cometen en agravio a los migrantes. Nosotros queremos seguir construyendo vínculos y ser fuente de diálogo entre estas organizaciones y el Gobierno para que exista una visión humanizadora con las personas, independientemente de su condición migratoria.
P. Entiendo que poner a la Guardia Nacional a las puertas de la frontera con Guatemala no es precisamente esto que está usted describiendo...
R. Exacto. La respuesta en atender la migración no es la militarización. Esa es mi postura. Tienen que fomentar políticas integrales de atención a los migrantes.
P. Entonces, ¿cree usted que la política que se está aplicando actualmente en temas de migración no es la correcta?
R. Debe de ser orientada a poner al centro a los de los derechos humanos. Esa es mi opinión.
P. ¿Diría usted que han aumentado las violaciones de derechos humanos dada esta militarización?
R. Pues habrá que revisar los informes que han emitido también las instancias internacionales de derechos humanos en esta materia y todo indica que sí ha habido y se siguen cometiendo estas violaciones a estos grupos.
P. ¿Cómo va a seguir siendo la Ibero esa universidad crítica que cuestiona e incomoda para generar un cambio social?
R. Mi intención es robustecer el intercambio de conocimiento, la vinculación con otras instituciones que enriquezcan nuestras iniciativas, nuestros proyectos y nuestras perspectivas de una forma crítica, creativa e intercultural. Quiero que la Ibero esté insertada en la realidad social de México y continúe formando a los mejores agentes de cambio. Que nuestros egresados incidan en modificar las condiciones de vida que tienen las mayorías desfavorecidas en este país y que se han agudizado producto del covid-19. Hay que fortalecer las funciones de la universidad: docencia, investigación, profesionalización, innovación e incidencia social.
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