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Balas, ‘influencers’ e Instagram: la muerte de Anjali Ryot en un tiroteo en Tulum

La joven india, de 25 años, fue una de las dos turistas asesinadas esta semana en el Caribe mexicano. Su hermano ha pedido a las autoridades que aceleren los trámites para repatriar el cuerpo

Beatriz Guillén
La joven india Anjali Ryot
La joven india Anjali Ryot, asesinada este miércoles en Tulum.RRSS

En la última publicación en Instagram de Anjali Ryot se entremezclan los halagos con los mensajes de despedida. La influencer subió hace tres días un video en el que disfrutaba en bikini de unas increíbles vistas al mar en Tulum, en el Estado de Quintana Roo, uno de los principales destinos turísticos de México. Unas horas después, la joven india, de 25 años, era asesinada en un restaurante junto a otra turista alemana. Los disparos no iban dirigidos a ellas, pero rebotaron cuando un grupo de sicarios irrumpió a tiros en el local. Son las últimas víctimas de la guerra del narcotráfico en esta joya del Caribe mexicano.

El miércoles por la noche, cinco turistas cenaban en la terraza de La Malquerida, situada en una de las principales arterias de Tulum, cuando cuatro hombres armados con rifles de asalto dispararon contra una mesa contigua en el local alrededor de las 22.30 horas. Las balas perdidas alcanzaron a los extranjeros: las dos mujeres fallecieron y los otros tres jóvenes, provenientes de Alemania y Holanda, resultaron heridos. Todavía permanecen ingresados en el hospital. Las autoridades apuntan a un enfrentamiento entre bandas rivales del crimen organizado. Anjali Ryot y sus amigos fueron solo las víctimas colaterales.

La joven se encontraba en Tulum desde principios de semana, donde había viajado para celebrar su cumpleaños. Ryot dedicaba su cuenta de Instagram con 40.000 seguidores a los viajes y a la moda. En sus últimas publicaciones aparece en Hawai, Puerto Rico o Turquía. La joven, que se definía como bloguera de viajes, trabajaba como ingeniera de sistemas en California. “Nunca dejes de soñar”, es la frase que corona su perfil en la red social.

De origen indio, su hermano, Ashish Ryot, ha pedido al alcalde de Tulum, Marciano Dzul, que acelere los trámites para poder repatriar su cuerpo. Ryot reclamaba a las autoridades ayuda para que su visa fuera aprobada y pudiera entrar en México “lo antes posible”, para llevar de vuelta a su hermana a la India para “sus últimos ritos”.

El caso de Anjali Ryot es el último, pero no es nuevo. Hace alrededor de un año que la violencia y la diversión conviven con naturalidad en Tulum. En marzo, una balacera en una taquería hirió de gravedad a una turista española que acabó muriendo en el hospital; y dos días antes, dos tiroteos consecutivos más que crearon el pánico en la única arteria de la ciudad, que conecta Tulum con el resto de ciudades de la Riviera Maya. En aquellos días, junto a los cordones de la Fiscalía que aseguraban las pruebas y la sangre, un turista compraba souvenirs, como contó EL PAÍS.

Con la llegada de la pandemia, Quintana Roo vivió una explosión de nuevos visitantes a sus principales destinos turísticos. Cancún, Playa del Carmen o Tulum disfrutaban de una burbuja en la que no había que cumplir ninguna medida sanitaria para evitar la propagación del coronavirus; ni cubrebocas ni distancia de seguridad, a pesar de que los contagios se disparaban en el país. Esto unido a la facilitad total de entrada en México, que nunca impuso ni siquiera pruebas de antígenos para ingresar en el territorio, convirtió a la Riviera Maya en el paraíso de los extranjeros. La cantante Dua Lipa o todo el plantel de influencers europeas tenía su foto en las aguas cristalinas del Caribe mexicano.

El boom de turistas trajo consigo una ardua batalla entre grupos de narcotráfico por controlar el mercado. La guerra del narco ha alcanzado a Tulum ahora como lo hizo antes con otras joyas del turismo nacional, como Playa del Carmen o Acapulco. Las balaceras y asesinatos en sus calles amenazan con golpear a la principal fuente de ingresos de este municipio de la Riviera Maya. En el Estado de Quintana Roo, donde se encuentra Tulum, el turismo supone un 87% del PIB.

Tras el asesinato de las dos jóvenes, Alemania, por ejemplo, ha pedido a sus ciudadanos que se encuentren en la ciudad que no salgan de sus hoteles y que solo tomen taxis oficiales para llegar seguros al aeropuerto. “Se están producido incidentes y ataques dramáticos”, advierte la página del Gobierno alemán.

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Sobre la firma

Beatriz Guillén
Redactora de EL PAÍS en México. Trabaja en la mesa digital y suele cubrir temas sociales. Antes estaba en la sección de Materia, especializada en temas de Tecnología. Es graduada en Periodismo por la Universidad de Valencia y Máster de Periodismo en EL PAÍS. Vive en Ciudad de México.

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