Lourdes Melgar: “Es un sinsentido que el PRI se plantee votar a favor de la contrarreforma energética”
La subsecretaria de Electricidad con Peña Nieto considera que la propuesta constitucional del actual Gobierno detiene el crecimiento de las renovables y llevará a un aumento de las tarifas eléctricas
Lourdes Melgar (Ciudad de México, 59 años) fue uno de los cerebros de la reforma que liberalizó el sector energético mexicano en 2013. Como subsecretaria de Electricidad y luego de Hidrocarburos de Enrique Peña Nieto, le tocó vender a los legisladores y a la sociedad las virtudes de un modelo que ahora está bajo asedio. El presidente Andrés Manuel López Obrador acaba de presentar una propuesta de contrarreforma constitucional que concentra el poder en la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y limita la generación de las plantas privadas, muchas de ellas renovables. “Regresamos al modelo de los años sesenta”, dice ella tajante. Melgar atiende a EL PAÍS por videoconferencia desde su domicilio en Ciudad de México en vísperas de viajar a Estados Unidos para retomar su actividad como investigadora afiliada al MIT.
Pregunta. La propuesta de reforma dice que Peña Nieto buscaba desaparecer la CFE y otorgar “beneficios ilimitados” a los privados...
Respuesta. Es un documento de un corte ideológico, plagado de falsedades, en algunos momentos de claras mentiras. No ha habido voluntad política para entender por qué se hizo la reforma eléctrica de 2013.
P. El Gobierno señala que las tarifas no han caído y que es culpa de la reforma que usted impulsó.
R. Eso es bastante cuestionable. Las tarifas no subieron a pesar de los vaivenes que tuvieron los precios de los combustibles fósiles. Pero sobre todo quien iba a ser el gran beneficiario de la reforma era este sexenio. A partir de la segunda parte se iban a empezar a notar los cambios. La generación de las plantas privadas que salieron de las subastas eléctricas es hasta tres veces más barata que la generación de la CFE.
P. ¿Cómo afectaría esta iniciativa las tarifas eléctricas?
R. En el mediano y largo plazo los precios van a subir. Se va a dar prioridad a plantas de CFE que son más costosas y más contaminantes. La cancelación de todos los contratos de los privados quiere decir que la CFE va a decidir a qué precio compra la energía y a quién la vende. Algunas empresas energéticas se van a ir a la quiebra, otras cerrarán sus plantas y algunas se alinearán a este esquema, pero veo muy difícil que haya la inversión privada necesaria para el abasto que requiere el país a futuro. Es un monopolio, no hay que buscarle siete pies al gato.
P. El Gobierno dice que quiere bajar las tarifas, pero se queja de que hay un excedente de oferta.
R. Es una contradicción. A ver, pongámoslo en términos muy sencillos. Si vamos al mercado a comprar plátanos y hay un solo productor te va a salir caro. Cuando tienes a cientos de productores y hay un excedente, el costo del plátano va a ser más barato. Si hay más energía, por supuesto los precios tienen que bajar. Lo estaban haciendo en un sentido real y no ficticio, porque puedes bajar tarifas incrementando subsidio o hacerlo de manera real que es la fórmula que se buscaba.
P. ¿Qué consecuencias tiene para el combate al cambio climático?
R. México no va a cumplir con los compromisos del Acuerdo de París. No lo dudo yo; hay organizaciones como Climate Tracker que dan seguimiento y claramente estamos en la zona naranja de cumplimiento insuficiente. Es absurdo que un país de alta vulnerabilidad ante el cambio climático en vez de estar luchando por frenar las emisiones las esté incrementando. Tampoco vamos a conseguir el compromiso del 35% de energía limpia para 2024.
P. ¿No puede la CFE llegar a ser más limpia? La iniciativa plantea que el Estado se haga cargo de la transición energética.
R. Este Gobierno muchas veces juega con las palabras, pero cuando le rascas no tiene nada que ver con la realidad. Las inversiones públicas en renovables están proyectadas para después de 2025, en el próximo sexenio. En esta Administración se han frenado todos los proyectos que se estaban construyendo y ahora están diciendo que van a cancelar los contratos vigentes con privados.
P. La reforma también elimina los órganos reguladores del sector. ¿Va contra la práctica internacional?
R. Solo puedo pensar en dos países que tienen un esquema como el que está proponiendo el Gobierno, Venezuela y Corea del Norte. Hay un malentendido, igual adrede: los reguladores son parte del Estado mexicano. No son órganos de los privados y su función es establecer reglas transparentes para todos los participantes, ya sea una empresa pública o privada.
P. ¿Eliminarlos supone darle un cheque en blanco a la CFE?
R. Por supuesto. La CFE va a decidir dónde se ponen las plantas y dónde se amplían las redes de distribución. Imagina que eres el gobernador de un Estado y quieres ampliar un área de una ciudad, pero le caes gordo al director de la CFE y decide que no te va a apoyar. No vas a poder hacer nada. Deja de ser una compañía de electricidad para convertirse en un ente superpoderoso, con mucho más poder que una Secretaría de Estado e incluso que la Presidencia porque va a tener el switch, la opción de dejarte en la oscuridad.
P. ¿Qué mensaje envía la propuesta al sector privado?
R. Hay una señal muy importante para las empresas, no solo para las que invierten en el sector energético, de que aquí no hay ninguna certidumbre para las inversiones porque estaremos violando todos los tratados internacionales que tenemos suscritos. Esta propuesta es retroactiva, lo cual se contrapone al artículo 14 constitucional. Es una expropiación indirecta.
P. El Gobierno ya ha intentado varias veces echar para atrás la reforma de Peña Nieto. ¿A la tercera va la vencida?
R. Después de la elección de junio uno esperaría que la alianza [opositora] se mantendría y que esta iniciativa no se votaría. Hemos visto ya posicionamientos claros de PAN y PRD, pero no del PRI. Y eso es muy preocupante. Es un sinsentido que el partido que votó la reforma en 2013 ahora se esté planteando echarla para atrás. Hay todo tipo de rumores, de si están siendo amenazados. El lunes escuché al presidente decir que él va a estar exhibiendo a los que voten en contra, lo que me parece completamente inaceptable en una democracia.
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