México intensifica las gestiones para adquirir las vacunas comprometidas y más dosis de Estados Unidos
El Gobierno persigue cubrir las carencias de los próximos meses antes de recibir la mayor parte de los lotes acordados
Estados Unidos es la pieza clave de la sostenibilidad de la campaña de vacunación contra la covid-19 puesta en marcha en México, donde apenas se han superado los 10 millones de dosis aplicadas en un país con casi 130 millones de habitantes. Al menos en el corto plazo, la Administración de Joe Biden es la única que puede garantizar que el ritmo de inmunización, que todavía no ha cubierto a toda la población de mayores de 60 años y va por detrás de otros países de la región como Argentina, Brasil o Chile, no se estanque aún más. Ante un horizonte de probable escasez, el Gobierno ha intensificado su estrategia diplomática y el canciller, Marcelo Ebrard, anunció esta semana que tiene previsto viajar a Rusia, China y a la India para asegurar los acuerdos ya firmados. Pero la prioridad en lo inmediato es el vecino del norte, donde cerrará esta gira, que ya entregó 2,7 millones de dosis de AstraZeneca.
Desde esta semana, México tiene seis vacunas aprobadas por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). La última, la india Covaxin, se añade a los otros cinco fármacos autorizados, de AstraZeneca, CanSino, Sinovac, Pfizer y la Sputnik V. Hoy mismo se ha realizado la segunda entrega de CanSino, más de 434.000 dosis envasadas en Querétaro. Ebrard viajará también próximamente a China y a Rusia para garantizar que continúen los envíos como este, que sobre el papel son ingentes pero pueden afrontar retrasos como ya ha ocurrido. El país espera de China unos 34 millones de viales y de Rusia unos 24 millones de aplicaciones Sputnik V. El objetivo de la gira del canciller mexicano, apuntan desde Exteriores, es tratar de agilizar al máximo que se cumplan los compromisos adquiridos.
El país ha recibido en total alrededor de 15 millones de vacunas, es decir, solo un 6% de los más de 250 millones que ha adquirido. Las autoridades son conscientes de que los fabricantes están produciendo a marchas forzadas, pero al mismo tiempo los principales países productores están a punto de entrar en la fase más intensiva y masiva de las campañas de vacunación. Por esta razón, están explorando varios caminos, que pasan también por la producción propia, como ya estaba previsto. En el horizonte está el reparto de las dosis de AstraZeneca que se han comenzado a envasar en Ciudad de México pese a las demoras y que están a la espera de aprobación, previsiblemente en las próximas semanas. Esos lotes forman parte del acuerdo alcanzado con el Gobierno argentino de Alberto Fernández, uno de los aliados de Andrés Manuel López Obrador en la región, que contempla la producción en el país sudamericano, el envase en México y la distribución de los fármacos en el resto de América Latina.
México ha registrado oficialmente más de 205.000 muertes, aunque sus autoridades sanitarias reconocen un subregistro de fallecimientos que puede superar el 60% En términos generales, es el tercer país del mundo más afectado por la pandemia, mientras que Washington tiene ante sí un panorama enormemente más despejado. La Administración estadounidense anunció que a partir del 19 de abril permitirá a todos los adultos pedir cita para vacunarse y en los Estados fronterizos el ritmo de la campaña ha sido muy acelerado. Los intercambios cotidianos entre los dos países, que comparten una frontera de más de 3.000 kilómetros, hizo que Estados Unidos enviara a finales de marzo un lote de 1,5 millones de viales, el primero que cedió a un Gobierno extranjero. La semana pasada llegó otro cargamento de 1,2 millones. Un gesto que el Gobierno mexicano agradece profundamente, pero que aún es insuficiente para cubrir las necesidades del país.
“Por supuesto, los Estados Unidos por razones evidentes es el país con el que tenemos más relación. Ellos van a buen ritmo en su vacunación, nos importa mucho que nos sigan apoyando”, señaló Ebrard el martes al anunciar su gira internacional. Y este miércoles la subsecretaria para Asuntos Multilaterales de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Martha Delgado, ha afirmado en una entrevista a Bloomberg que las autoridades estadounidenses reconocen “la necesidad de México para acceder rápidamente a las vacunas en los meses de abril, mayo y junio”. Ha hablado de una “petición permanente” y ha resaltado los vínculos comerciales, económicos y humanos entre los países.
Estados Unidos es consciente de ello y de los riesgos que suponen nuevos retrasos incluso para la región, y el propio Ebrard admitió el martes que “se ha acentuado también la desigualdad en el acceso”. El reparto equitativo de los fármacos y la distribución en los países en vías de desarrollo fueron uno los reclamos centrales de México ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y también ocuparon buena parte de la agenda de la reunión que a principios de marzo tuvieron Biden y López Obrador. Y en esa misma línea, este miércoles la Comisión Interamericana de Derechos Humanos emitió una resolución que insta, entre otras urgencias, a “promover la distribución justa y equitativa de las vacunas”.
A la estrategia diplomática de México contra la pandemia se suman también otras prioridades que tienen que ver directamente con Estados Unidos. En este contexto, López Obrador y la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, han mantenido hoy una conversación para mejorar la colaboración para lograr una “migración regular, ordenada y segura”. En este punto, las autoridades mexicanas llevan meses reclamando a Washington más inversión directa en la región, sobre todo en los países centroamericanos, que a finales del año pasado sufrieron los efectos devastadores de los huracanes Iota y Eta.
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