Biden y López Obrador celebrarán una reunión virtual el próximo 1 de marzo
La migración, el comercio y la cooperación frente a la pandemia se perfilan como los temas principales del encuentro
Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden sostendrán una reunión por videoconferencia el próximo lunes 1 de marzo. Así lo ha anunciado el Gobierno de México como parte de los acuerdos que se alcanzaron tras la “visita virtual” que hizo el secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, este viernes. Los principales temas que se tratarán serán la migración desde Centroamérica, el acuerdo comercial de América del Norte (TMEC) y la cooperación bilateral frente a la pandemia, se detalla en un comunicado.
“Inicia un diálogo que será productivo y positivo para ambas naciones”, ha declarado el secretario mexicano de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, y ha asegurado que la reunión de ambos presidentes marca el comienzo de una nueva etapa de cooperación entre ambos países. Se trata de la segunda toma de contacto desde que Biden asumió la presidencia el pasado 20 de enero.
En esa ocasión, los mandatarios de México y Canadá fueron los elegidos por la Casa Blanca para ser los primeros en tener conversaciones telefónicas con Biden, al argumentar que se buscaba cerrar filas con “socios” y “aliados”, y fortalecer los lazos entre los tres países de Norteamérica. Blinken ha refrendado que la vecindad con México ocupa un lugar prioritario en la política exterior estadounidense. “Quería ‘visitar’ México en primer lugar para demostrar la importancia que concede el presidente Biden a la relación entre nuestros países”, dijo Blinken, quien conversó con Ebrard y la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier.
Mientras Biden estaba de visita en Texas, Blinken tuvo encuentros virtuales con sus pares de Canadá y México. Las líneas de las conversaciones son las mismas que se anticipan para la próxima semana: un nuevo acercamiento hacia la migración irregular de la Administración Biden, la intención de México de que EE UU respalde su plan de desarrollo para Centroamérica y las implicaciones que el T-MEC tendrá en el mercado laboral de esos países, una de las principales preocupaciones del Partido Demócrata tras la entrada en vigor del acuerdo comercial en julio.
El Ejecutivo estadounidense también trajo a la mesa temas medioambientales, a la luz de la iniciativa que López Obrador impulsa en el Congreso mexicano sobre el sector eléctrico y que le ha traído críticas por desfavorecer las fuentes de energía renovables. Del lado mexicano se empuja que se avance en el tráfico de armas, que históricamente ha alimentado a los cárteles de la droga y que se ha convertido en una forma de contestar al reclamo recurrente de Estados Unidos sobre el flujo de drogas desde su frontera sur.
Es en temas de seguridad y justicia donde la agenda bilateral se ha tensado más. López Obrador convirtió la detención del general Salvador Cienfuegos, secretario de la Defensa durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto, en un asunto de Estado. La posterior exoneración del militar mexicano de más alto rango jamás detenido en EE UU provocó roces entre ambos Gobiernos, tras los reclamos del lado estadounidense y el discurso soberanista que enarboló el Ejecutivo mexicano.
Después de postergar las felicitaciones a Biden hasta que las denuncias de fraude electoral del expresidente Donald Trump se resolvieran, México ha optado por un tono conciliador y ha celebrado la iniciativa del nuevo presidente estadounidense de regularizar a millones de migrantes sin papeles. El demócrata también ha dado marcha atrás a las políticas insignia de Trump, como el programa que obligaba a miles de solicitantes de asilo a esperar en México. El viraje en el discurso no se ha traducido en una política de puertas abiertas. “La frontera está cerrada para la inmigración irregular”, afirmó Blinken durante su reunión con los funcionarios mexicanos.
Las medidas conjuntas ante la pandemia son también prioritarias para México. Estados Unidos ha reservado la producción nacional de vacunas para el mercado local y ha limitado las exportaciones, lo que ha obligado a México a diversificar su portafolio de biológicos para avanzar en la vacunación. Pfizer, la única vacuna estadounidense que aplica el país latinoamericano, se importa desde la planta del laboratorio en Bélgica. La crisis sanitaria también ha trastocado varias cadenas productivas trasnacionales. Aún no se ha detallado el horario del encuentro virtual entre ambos mandatarios.
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