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La Cámara de Diputados aprueba la polémica reforma eléctrica de López Obrador

Los legisladores avalan con la mayoría de Morena el plan impulsado por el presidente tras desechar más de 400 reservas presentadas por la oposición

Francesco Manetto
Debate en la Cámara de Diputados en México
Debate en la Cámara de Diputados de México de la ley que reforma la industria eléctrica.Cámara de Diputados (EFE/Cámara de Diputados)

La aprobación en el Congreso del polémico plan energético eléctrico impulsado por el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, era en última instancia solo cuestión de números, como en la inmensa mayoría de los debates parlamentarios. Morena, el partido que sostiene al Gobierno, y sus aliados los tenían de sobra. Pero la discusión de la Ley de la Industria Eléctrica se convirtió en una eterna enmienda, prácticamente punto por punto, de sus artículos. La Cámara de Diputados avaló, tras más de 16 horas de intercambio, la reforma con 289 votos a favor, 152 en contra y una abstención. Los diputados de Morena no aceptaron finalmente ningún cambio al dictamen presentado por la Comisión de Energía. Con 412 reservas, la mayoría desechó todas las propuestas de modificación para cambiar el cuerpo del proyecto, remitido por el mandatario al Poder Legislativo a principios de febrero. La iniciativa deberá debatirse ahora en el Senado.

El debate en sí reflejó la carga polémica del plan, que no solo no gusta al PAN, al PRI o a Movimiento Ciudadano, sino que también preocupa a los inversores. La filosofía del cambio legal es en esencia política. Se trata, según han recalcado López Obrador y los líderes de Morena en repetidas ocasiones, de fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), una empresa productiva del Estado, frente a la iniciativa de particulares. La reforma busca que haya una mayor soberanía también en el sector energético. Sin embargo, según la oposición y la mayoría de los analistas, las repercusiones económicas y ambientales pueden ser muy graves. El presidente dio las gracias este miércoles a los legisladores y afirmó que la iniciativa dará “seguridad de que no va a haber apagones y no va a haber aumentos en el precio de la energía eléctrica”.

“Queremos que no se incrementen las tarifas eléctricas y lo lograremos. El dictamen tiene sentido de responsabilidad democrática, popular y nacional”, había manifestado ayer Pablo Gómez Álvarez, de Morena. Ese argumento, esto es, el de que finalmente bajarán las facturas de la luz gracias al ahorro derivado de los subsidios públicos destinados a compañías privadas, ha sido el más empleado por AMLO para defender su plan ante los ciudadanos. La diputada Raquel Bonilla mantuvo, según el boletín de la Cámara, que con la nueva ley se acabará con la especulación, favorecida en su opinión por el sistema actual.

Tanto Acción Nacional como el Partido Revolucionario institucional (PRI), Movimiento Ciudadano o el Partido de la Revolución Democrática (PRD) presentaron objeciones que plantean la ineficacia del nuevo sistema y serias preocupaciones en materia ambiental. Ese tipo de reparo, relacionado con las fuentes renovables, también se da en las propias filas de Morena.

En cualquier caso, pese a que el debate va camino de convertirse en una maratoniana sesión, celebrada de forma semipresencial, la correlación de fuerzas garantiza finalmente a López Obrador una aprobación de la ley. El dictamen, que ya fue aprobado por la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados el viernes pasado, asegura que “el cambio normativo en examen de ninguna manera implica la concesión de un trato preferencial a la CFE” y, al mismo tiempo, que es “primordial implementar las medidas necesarias para dejar de debilitar a la CFE en detrimento de los usuarios finales”.

La diputada María de los Ángeles Ayala Díaz, del PAN, señaló que el plan incumple importantes acuerdos internacionales. La misma Cámara de Comercio de Estados Unidos incidió en que la reforma supone en la práctica una violación de los compromisos suscritos en el T-MEC, el tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá que entró en vigor hace menos de un año. También la Cámara Española de Comercio (Camescom) manifestó sus dudas y recordó que, según los propios cálculos de la Secretaría de Economía del Gobierno mexicano, las inversiones en el sector aportaron al país casi 18.000 millones de dólares. Aun así, para el presidente se trata de una batalla política e ideológica que, tras este debate y su paso por el Senado, en la que tiene todos las premisas de ganar.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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