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El obispo emérito de Ecatepec renuncia a su candidatura para no perder el título

Onésimo Cepeda, jubilado eclesiástico que fue agente de bolsa, buscaba convertirse en diputado local, pero asegura que la Iglesia se lo impidió

Onésimo Cepeda
Onésimo Cepeda, obispo emérito de Ecatepec, a su llegada al funeral de Antonio Chedraoui, Arzobispo Metropolitano de la Iglesia Ortodoxa de Antioquía en el Estado de México en 2017.Saúl López (CUARTOSCURO)
Micaela Varela

Las elecciones más grandes de la historia de México, donde cerca de 20.000 cargos pasarán por las urnas, sumaron durante horas otro polémico candidato. El obispo emérito de Ecatepec, Onésimo Cepeda Silva, ha renunciado la noche de este lunes a postularse tras registrar su precandidatura a la Cámara de Diputados para este municipio por el partido de centroizquierda Fuerza por México. El eclesiástico ha asegurado en una entrevista con Milenio Televisión que el nuncio apostólico le comunicó que no podía presentarse a los comicios de junio “a riesgo de perder el obispado”. Por esta razón, ha manifestado, ha decidido dar un paso atrás, al considerar que ser sacerdote “es mucho más importante que ser diputado”.

Cepeda fundó hace décadas el Grupo Financiero Inbursa con Carlos Slim y se jubiló en 2010, envuelto en un juicio por una supuesta simulación de un préstamo de 130 millones de dólares para hacerse con una de las colecciones de arte más valiosas del país. Entonces, mostró por primera vez abiertamente su interés por dedicarse a la política. “Me tienta, siempre me ha tentado”, sentenció en su despedida.

A sus 84 años, el obispo emérito ha vuelto durante un día a la escena pública más de una década después de haber colgado el hábito. En 1995 el papa Juan Pablo II lo designó como el primer obispo de Ecatepec, cargo que ejerció hasta que se jubiló. Cuando le entregó personalmente al Papa su renuncia al cumplir los 75 años, alegó una salud delicada y estar “viejo”, pero no cerró la puerta a dedicarse a la política. “Todo hombre es un zoon politikón, como decía Aristóteles. Un hombre político, el que busca el bien a la comunidad a la que sirve. Yo buscaré el bien de la comunidad a la que sirvo”, afirmó aquella tarde de mayo de 2010.

En Fuerza por México había encontrado su hueco para entrar en la carrera electoral. El partido consiguió registrarse el pasado octubre impulsado por Pedro Haces Barba, senador suplente de Morena y líder de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM). El grupo reúne a más de 1.000 sindicatos y a millones de trabajadores. El polémico líder sindical —la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, tuvo que impedir la celebración de su cumpleaños en julio—, amante de la tauromaquia, ofreció su lealtad y la de la CATEM al presidente Andrés Manuel López Obrador y a su proyecto “sin miedos ni titubeos”.

Cepeda, dentro de su controvertida imagen, comparte con Haces la afición a las corridas de toros. En Acapulco se le vio asistir a la plaza de toros con Carlos Ahumada, el empresario argentino nacionalizado mexicano imputado por fraude. Sus amistades también incluyen al expresidente Enrique Peña Nieto y a su predecesor, Vicente Fox, a quien conoció cuando era candidato a la presidencia. Al concluir su encuentro, aseguró en rueda de prensa que él no hacía distinciones entre partidos políticos. “Yo soy daltónico. Yo no veo los colores del PAN, del PRI o del PRD. ¡Me vale gorro quién se siente en la silla presidencial! Yo creo en el hombre que esté enamorado de México”, aseguró.

Antes de iniciar su carrera dentro de la Iglesia trabajó como banquero y agente de bolsa. Junto a Carlos Slim, fundó la empresa de servicios financieros Inbursa, que en 2019 fue una de las 2.000 compañías más importantes del mundo, según la revista Forbes. “No estaba yo muerto de hambre si era socio de Slim”, aseguró ante los medios de comunicación a su salida del cargo. En ese momento, se defendía de la prensa que le acusaba de enriquecerse siendo obispo en el municipio, la entidad más poblada del país y una de los más violentas de México. “Para los que decían que yo me había hecho rico en Ecatepec, mi sueldo en Ecatepec era de 15.000 y mi jubilación es de 15.000 pesos. Con eso no creo que pueda llegar muy lejos, ni para pagar mi gasolina”, sentenció.

Sin embargo, en el momento de su jubilación la sombra por el juicio de la apropiación de una colección de arte millonaria todavía le acechaba. Cepeda siempre defendió que le prestó 130 millones de dólares a Olga Azcárraga Madero, fundadora de la empresa Arthinia Internacional y hermana del presidente del Consejo de Administración del Grupo Fórmula, Rogerio Azcárraga Madero. Al fallecer Azcárrega, Cepeda alegó que en el pagaré constaba un lote de obras de arte a cambio del préstamo. En la colección se incluían 42 obras de autores como Rufino Tamayo, Frida Kahlo, Diego Rivera, Marc Chagall, Pablo Picasso, Salvador Dalí o Francisco de Goya. Finalmente, un fallo impidió ejecutar la orden de detención contra el obispo emérito pese a la acusación de simular el préstamo para poder apropiarse de las obras.

Su próxima batalla será en las urnas, donde disputará un cargo a diputado local. Con todo, pese a que Cepeda se retiró de la Diócesis de Ecatepec tras jubilarse, todavía se encuentra registrado con la Conferencia del Episcopado Mexicano. La ley mexicana establece que ningún ministro de culto religioso puede ser diputado ni ejercer un cargo público. El obispo emérito deberá separarse definitivamente de la Iglesia antes de poder hacer efectiva su candidatura.

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Sobre la firma

Micaela Varela
Es periodista de EL PAÍS en Ciudad de México. Nacida en Argentina y criada en Valencia, España. Graduada en la carrera de Periodismo en la Universitat Jaume I y máster de Periodismo en EL PAÍS. Trabaja en la mesa digital de América y escribe sobre derechos humanos, sociedad y cultura.

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