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Entrevista | Responsable de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB)

Karla Quintana: “La dimensión de la fosa en ese barrio de Guanajuato induce a pensar que enterraban periódicamente allí”

La comisionada nacional para la búsqueda de desaparecidos cree que los vecinos conocían necesariamente “que algo estaba pasando” en ese lugar

Carmen Morán Breña
Un grupo de trabajo realiza labores de búsqueda este miércoles en Salvatierra (Guanajuato).
Un grupo de trabajo realiza labores de búsqueda este miércoles en Salvatierra (Guanajuato).STR (EFE)

Los cadáveres de 59 personas, en su mayoría jóvenes, y entre ellos unas 10 o 15 mujeres, hallados en unas fosas de un barrio de la localidad de Salvatierra confirman a Guanajuato como uno de los Estados mexicanos más peligrosos en la actualidad. Pero no es el único. La responsable de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) de desaparecidos, Karla Quintana (Mazatlán, Sinaloa, 1978), está ahora en Chihuahua en las mismas tareas de rescate de personas, con mala suerte cadáveres enterrados que han de identificarse y devolverse a sus familias “con dignidad”. En los dos años de Gobierno de Morena, se han hallado 1.257 fosas y exhumado 1.957 cuerpos. Eso supone el 30% del total de las fosas registradas en un archivo histórico que arranca en 2006 y el 28% de las exhumaciones. Una labor que los responsables del actual Gobierno dicen haber fortalecido tras años de “abandono”. Un 41% de los cuerpos ha sido identificado y el 23% de ellos entregado ya a los familiares, según los últimos datos disponibles. Buena parte de este trabajo de búsqueda había recaído “antes de 2017 en las familias”, dice Quintana.

Pregunta. Según los primeros indicios, ¿los cadáveres encontrados en Salvatierra corresponden a un mismo enterramiento o han ido llegando hasta allí en distintos tiempos?

Respuesta. Hay restos de esqueletos, pero también algunos que conservan tejidos, lo que parece indicar que son de distintas épocas, pero la temporalidad depende mucho de las condiciones de cada terreno. Es plausible por la primera impresión que sean de momentos distintos. Pero eso dependerá del análisis forense.

P. Los cadáveres han aparecido en un barrio de una ciudad, no en un lugar despoblado. ¿Es posible entonces que los ciudadanos que ahora han facilitado las pistas llevaran años viendo lo que allí ocurría?

R. En efecto, está en un barrio [el de San Juan], lo que sugiere que, necesariamente, la gente se tiene que haber dado cuenta de que algo estaba pasando allí. Pasa en muchas partes del país. Y sí, la dimensión del hallazgo hace pensar en que una hipótesis probable es que fuera un lugar del barrio a donde acudían periódicamente a enterrar. Además son puntos distintos en un mismo enclave. Hay 59 cuerpos pero menos fosas. De haber sido un único enterramiento quizá habría una sola fosa para todos.

P. En caso de llevar varios años o meses enterrando gente allá, lleva a preguntarse por qué ahora, y no antes, los vecinos se deciden a mostrar esa pista a los familiares de los desaparecidos.

R. A lo largo y ancho del país las familias han ido recibiendo mucha información, por eso buscan en sitios concretos. No podría confirmar cuándo recibieron la pista sobre la ubicación de este enterramiento clandestino. El abanico de posibilidades es muy amplio. En Guanajuato, concretamente, las familias llevan año y medio reclamando búsquedas en lugares específicos donde nadie había entrado antes, como el caso de Salvatierra. Nunca sabemos muy bien cómo reciben esa información, a veces es de forma anónima, y otras conocen perfectamente a quienes se lo cuentan. Es importante reseñar que la Comisión Nacional de Búsqueda ha abierto la posibilidad de que la gente denuncie de forma anónima o solicite una búsqueda sin haber denunciado antes, o que señalen sitios donde excavar. En Guanajuato y en otras partes hay miedo.

P. ¿El examen forense de estos cuerpos podría, en un contexto jurídico, culminar con la detención de algunos de los culpables o simplemente se trata de entregar los restos a las familias?

R. La identificación de una persona sin vida o la determinación de las causas de su muerte tendrían que aportar elementos para sumar a una carpeta de investigación para ver quiénes son los posibles culpables, como un indicio más. A menos que se encuentren elementos mayores, depende de lo que cada cadáver cuente a los forenses.

P. ¿No tiene la impresión de que los familiares están haciendo el trabajo que le corresponde a la policía?

R. Las comisiones de búsqueda existimos en aquellos lugares donde hay una falta de respuesta por parte de los Estados, son países con dictaduras, conflictos bélicos, situaciones fuera de lo común. Allá donde las instituciones no alcanzan a responder a la demanda social. Estas comisiones se crean con un mandato de búsqueda, aunque la figura jurídica varía de un país a otro. En algunas naciones tienen más atribuciones, por ejemplo de fiscalía, forenses, de geolocalización. En México no. Antes de que se creara la ley de 2017, el trabajo que no se hacía y el sistema que no respondía era cubierto por los familiares. Y las familias siguen en pie de búsqueda. Las comisiones existimos por su impulso y estamos cada día más fortalecidas. Pero aún falta mucho, sobre todo a nivel estatal. En año y medio hemos creado un registro para conocer cuándo, dónde, edades, sexo.

P. Dice que teme por la seguridad de los equipos que aún están buscando en Salvatierra.

R. En todo el país hay cuestiones de seguridad muy complejas. En Salvatierra hemos trabajado en silencio y no tomamos la determinación de informar sobre ello hasta ahora precisamente para brindar protección al grupo de búsqueda y para visibilizar la situación. En el sitio contamos con la Guardia Nacional y con fuerzas de Defensa, pero el peligro no se corre necesariamente allí. La gente cuando termina la jornada regresa a su casa. En Guanajuato y en todo el país sabemos que la gente tiene miedo. Tienen miedo a denunciar y a las repercusiones de todo ello.

P. Guanajuato se ha puesto en muy poco tiempo en el segundo puesto, tras Jalisco, como el Estado con mayor número de personas desaparecidas.

R. Como en otras regiones del país, hay que relacionar esto con la movilidad de los grupos delincuenciales. No es un secreto que en los últimos años es un territorio en disputa y eso, aunque no es el único, es un elemento muy importante. En esta fosa de Salvatierra, el hallazgo de tantas personas jóvenes es un dato muy grave que remite de nuevo al crimen organizado, pero el número de mujeres abre también la hipótesis de la trata de personas [con fines sexuales]. Aunque ambas cosas suelen estar relacionadas.

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

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