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Los científicos que defienden los fideicomisos: “No podemos depender del presupuesto del Gobierno, es cada vez más magro”

Académicos e investigadores concentrados frente al Senado obligan a cancelar la sesión legislativa que discutiría la extinción de los fondos públicos

Ignacio Gallello
Academicos e investigadores se manifiestan afuera del Senado.
Academicos e investigadores se manifiestan afuera del Senado.Daniel Augusto (Daniel Augusto)

El Senado mexicano ha amanecido rodeado esta mañana por diferentes grupos que protestaban por la desaparición de los fideicomisos, que debía ser discutida por la Cámara alta. La presión, sin embargo, ha llevado a los legisladores a posponer la sesión. Diversos colectivos de personas desaparecidas, braceros y científicos han desfilado afuera del recinto. Los académicos e investigadores, entre los más afectados, han gritado “más ciencia, menos obediencia” acompañados de pancartas sobre Paseo de la Reforma. Algo más de 60 personas se han plantado en una de las esquinas traseras del edificio para exigir la continuidad de los fideicomisos y una mayor inversión en ciencia, en un momento en que la austeridad toca todas las políticas públicas mexicanas.

La inversión en ciencia del Gobierno se ha visto reducida a 179.257 millones de pesos (8.400 millones de dólares). Es la peor cifra en un sexenio, y solo por encima del presupuesto otorgado en 2012, de 177.586 millones de pesos (8.300 millones de dólares), según datos del Centro de Estudios de Finanzas Públicas. Los científicos se quejan de estos magros apoyos que se verán agravados con la desaparición de los fideicomisos, pues perderán un “colchón” que les permitía continuar con sus proyectos, según Liliana Quintana, investigadora del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav). El centro tiene 123 proyectos apoyados por uno de estos fondos que la mayoría de Morena pretende desaparecer. “Somos la plantilla de científicos más productiva del país, hemos formado a 15.000 profesionales en la investigación y el fideicomiso nos ha ayudado a continuar con los proyectos más allá del calendario fiscal”, ha asegurado desde la manifestación.

Quintana opina que habrá muchas iniciativas que se verán directamente impactadas de forma inmediata con la desaparición del fideicomiso que apoya al Cinvestav: “Por eso estamos aquí”. Esta química cuenta que hay un proyecto relacionado con la investigación del alzhéimer que está apoyado por el fondo y que ahora quedará en el aire.

El Centro de Investigación y Docencias Económicas (CIDE) es otro de los organismos afectados por los recortes. Jimena Moreno lleva 12 años trabajando en la división de estudios jurídicos. “No podremos continuar con estos proyectos que generan docencia, investigación y conocimiento”, denuncia. Y añade: “Queremos seguir construyendo ciencia”. Uno de los proyectos de esta universidad, apoyado por el Fideicomiso de Ciencia y Tecnología, es la Clínica de Interés Público. Moreno y María Solange Mateo, su compañera, explican que esta ha servido para dar apoyo y acceso a la justicia a colectivos vulnerables como periodistas amenazados, mujeres o indígenas. “Muy sonado fue el caso de las mujeres que fueron a la cárcel por abortar, en Guanajuato”, cuentan Mateo y Moreno. La reducción en el presupuesto hará más difícil la investigación, añade Mateo. “No vamos a poder depender directamente del presupuesto que nos da el Gobierno, porque cada día es más magro, no tiene lógica”, argumenta.

María del Carmen Domínguez forma parte del departamento de Biomedicina en el Cinvestav. Actualmente trabaja en una investigación sobre cómo afectan los procesos inflamatorios agudos en la metástasis producida por el cáncer de mama. Domínguez defiende la transparencia en el uso de los fondos públicos de los fideicomisos, uno de los motivos que ha llevado a la propuesta gubernamental para desaparecerlos. “Siempre son evaluados, cada peso que se gasta es comprobado”, apunta. Critica la actitud de los diputados del Congreso, que votaron la extinción la semana pasada: “Les preguntamos cuáles eran los fideicomisos que no tenían transparencia y no supieron qué decir”.

Junto a Domínguez se manifiesta también Francisco Silva Olmedo, técnico auxiliar del departamento de biotecnología y bioingeniería del Cinvestav. Más allá del personal docente e investigador, la supresión de las ayudas también afectará a trabajadores como Silva, que se encarga de apoyar la investigación directamente sobre el terreno. Concretamente, este hombre afable de ojos vidriosos se encarga de recorrer el lago Guadalupe con unas “lanchitas” para medir los niveles de metano y otros gases presentes en el agua, en el marco de una iniciativa que estudia la contaminación en lagos y lagunas. Silva teme que con la desaparición de los fondos, muchos proyectos no puedan llevarse a cabo y él no pueda trabajar más: “Si no llega el proyecto, nosotros no trabajamos”.

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