Iván Duque: “La paz no es posible dando prebendas a los violentos, porque solo genera nuevas formas de violencia”
El expresidente de Colombia, centrado ahora en la defensa del medio ambiente, critica a su sucesor, Gustavo Petro, por enviar mensajes que “generan incertidumbre”
Iván Duque (Bogotá, 46 años) no ha perdido un solo segundo desde que el pasado 7 de agosto Gustavo Petro le sucediera al frente de la presidencia de Colombia. Está de visita en Madrid para participar en un acto organizado por la fundación del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, la Fundación Internacional para la Libertad. Ahora, fuera de la política nacional, ...
Iván Duque (Bogotá, 46 años) no ha perdido un solo segundo desde que el pasado 7 de agosto Gustavo Petro le sucediera al frente de la presidencia de Colombia. Está de visita en Madrid para participar en un acto organizado por la fundación del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, la Fundación Internacional para la Libertad. Ahora, fuera de la política nacional, el ya expresidente cultiva su perfil “académico” como miembro de programas de liderazgo en varias universidades y centros de estudio (“soy fellow en la Universidad de Oxford y en la Universidad Internacional de Florida y distinguished fellow en el Centro Woodrow Wilson de Washington”, asegura) y quiere centrarse en la promoción de la protección del medio ambiente, aunque critica el objetivo de Petro de frenar la exploración del petróleo para potenciar las energías renovables. Recién nombrado director de la iniciativa Concordia por la Amazonía, asegura que su “obsesión es movilizar la mayor cantidad de recursos del sector privado hacia la promoción” del pulmón del planeta sin olvidar “la defensa de los valores democráticos en América Latina”.
P. ¿Cómo ve la Colombia que hereda Gustavo Petro con respecto a la Colombia que usted heredó de Juan Manuel Santos?
R. Recibimos una economía que estaba creciendo al 1,7% en 2017. El año pasado creció al 10,7%, el mayor crecimiento de esta historia, y dejamos este año una senda de crecimiento por encima del 7%. Pero a eso, hay que sumarle que logramos la mayor expansión de la red de protección social en Colombia o la educación pública universitaria gratuita. Hoy vemos que hay una situación de inflación global y que los mercados financieros están mirando con preocupación las políticas populistas que se dan en muchos países emergentes. Y mi preocupación es que, hasta el 6 de agosto, estábamos viendo tasas de colocación de los bonos de tesorería que eran bastante bajas y hoy prácticamente se han triplicado, tal vez porque se han dado mensajes que han generado incertidumbre.
P. ¿A qué mensajes se refiere?
R. Creo que cuando un país anuncia que se va a suspender la exploración petrolera, está dando un mensaje muy peligroso frente a la sostenibilidad de las finanzas públicas. Creo que insinuar impuestos a las inversiones de capital también es algo que puede generar incertidumbre. O anunciar una expansión del gasto público para el sector rural financiado con bonos de tesorería.
P. Sin embargo, el Centro Democrático, el partido con el que ganó las elecciones, quedó muy debilitado en los pasados comicios presidenciales. ¿Siente alguna responsabilidad?
R. La política tiene ciclos. El Partido Centro Democrático, en 2014, disputó la presidencia en la segunda vuelta y después en 2015 tuvo un pésimo resultado de las elecciones locales. Después, cuando asumí la candidatura del partido, lo llevé por primera vez a la victoria presidencial. Los partidos tienen que ir generando nuevos liderazgos.
P. Si la Constitución colombiana se lo hubiera permitido [una reforma parlamentaria eliminó en 2015 la reelección], ¿se hubiera vuelto a presentar a las elecciones?
R. Claro que lo hubiera hecho. Como lo mostró el diario El Tiempo, el 6 de agosto, un día antes de que yo terminara la presidencia, las cifras de esa última encuesta me daban el 44% [de apoyos en unas presidenciales]. Mi antecesor se presentó a unas elecciones para la reelección en 2014 con el 25% y fue reelecto. Pues con más razón yo lo hubiera podido hacer también. Seguramente nos hubiéramos presentado y hubiéramos vuelto a ganar.
P. ¿Por qué no fue a la presentación del informe de la Comisión de la Verdad [un documento presentado en Bogotá el 28 de junio que contiene más de 30.000 entrevistas con las distintas voces del conflicto armado de Colombia, desde militares y guerrilleros a las víctimas, y que constituye uno de los actos más importantes desde la firma del tratado de paz con la extinta guerrilla de las FARC]?
R. Yo tenía una agenda internacional comprometida de tiempo atrás y eso se informó.
P. ¿Hubiera asistido si se hubiera cambiado la fecha?
R. Claro que sí. De hecho, intentamos por muchas vías buscar esa fecha. Después me reuní en la Casa de Nariño [residencia y sede de trabajo del presidente de Colombia] con el presidente de la comisión e hicimos una rueda de prensa conjunta. Le garanticé a la Comisión de la Verdad su funcionamiento. Pero obviamente creo que en el contenido del reporte hay muchos aspectos que nada tienen que ver con la búsqueda de la verdad y que tienen tendencias de carácter político. Yo valoro el esfuerzo que se hizo allí, pero ni ahí está toda la verdad ni es toda la verdad lo que está reflejada en esas páginas.
P. ¿Qué opina del concepto de búsqueda de “paz total” en Colombia que defiende Gustavo Petro?
R. Yo creo que una cosa es la paz total y otra cosa es la impunidad total. Yo siempre he creído que la paz se tiene que lograr como una derivación del imperio de la ley. La paz no es posible dándole canonjías o prebendas a los violentos, porque lo único que van a generar son nuevas formas de violencia. Los grupos criminales tienen que pagar por sus delitos y no se les puede permitir que se queden con sus fortunas.
P. ¿Cree que en Colombia se le están dando prebendas a los violentos?
R. En el clan del Golfo, con sus remanentes, siguen narcotraficantes; en las disidencias de las FARC, están narcotraficantes. Yo fui el primer presidente que extraditó por narcotráfico a miembros del ELN [Ejército de Liberación Nacional], porque son grupos narcoterroristas. Mi Gobierno hizo una reforma constitucional para que ni el narcotráfico ni el secuestro fueran delitos conexos al delito político y, por ende, no pueden ser amnistiados.
P. Usted dio por muerto a Iván Mordisco, último gran cabecilla de la disidencia de las FARC. Sin embargo, hace unos días reapareció y dijo que la disidencia de las FARC está dispuesta a dialogar en el marco de la política de paz total. ¿Qué opina?
R. Durante nuestro Gobierno, cayeron muchos símbolos del mal y en el caso de las operaciones que se hicieron contra Iván Mordisco, Inteligencia nos informó de que había fallecido en un bombardeo. Y ahora sale a dar entrevistas tratando de posar como un gran pacifista. Ojalá caiga en alguna acción de las fuerzas militares o de policía. Esa escoria no le hace ningún bien a la sociedad estando con vida.
P. La ONU documentó al menos 28 muertes durante el paro nacional [las protestas sociales que estallaron en Colombia en 2021]. ¿Cree que su Gobierno ha hecho lo suficiente para esclarecer la muerte de estas personas?
R. Nosotros estuvimos trabajando con todos los organismos de control. Se le dio todo el apoyo a la Fiscalía y todo el apoyo a la Procuraduría para cumplir con su deber. Nuestro Gobierno siempre ha enfrentado cualquier conducta individual que deshonre el uniforme de la fuerza pública.
P. ¿Cuántos policías fueron procesados?
R. Hicimos todas las investigaciones internas. Pero también exigimos que se hicieran las investigaciones de grupos que practicaron terrorismo urbano, que le quitaron la vida a miembros de la Fuerza Pública.
P. ¿Qué opina del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Colombia y Venezuela?
R. Lo primero que hay que recordar es que en mi Gobierno siempre mantuvo las relaciones consulares, y quien expulsó al personal consular [colombiano] de Venezuela fue Nicolás Maduro a comienzos de 2015. Nosotros tuvimos una relación fraterna con el pueblo venezolano, con un programa de acogimiento de migrantes que ha repartido un documento físico a más de 1,6 millones venezolanos en nuestro país. Con Maduro no tuvimos relación ni me interesó tener, porque cuando uno establece relaciones diplomáticas con un criminal que está lacerando su pueblo, uno termina siendo un validador de esas atrocidades.
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