Golpe de mano del chavismo para evitar la reelección de Guaidó
Un diputado opositor disidente se juramenta como nuevo presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela mientras Guaidó, sin poder entrar al Parlamento, fue reelegido en una sesión paralela
El caos en Venezuela no parece tener freno. La jornada en la que estaba previsto abordar la reelección de Juan Guaidó como presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela ha desembocado en un golpe de mano del chavismo y la juramentación como nuevo jefe del Parlamento de un diputado opositor disidente. Luis Parra, acusado de corrupción, se ha proclamado presidente de la Asamblea Nacional con el apoyo del chavismo y de una forma rocambolesca, sin validar que hubiese quórum suficiente y mientras Guaidó y diputados opositores se encontraban fuera del hemiciclo. El dirigente venezolano denunció que la policía chavista trató de impedir que él y sus afines accediesen al Parlamento.
"Golpe al Parlamento. Sin votos ni quórum diputados del PSUV intentan juramentar falsa directiva", denunció el equipo de Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por cerca de 60 países y que trató de acceder entre golpes y empujones con la policía al edificio de la Asamblea. En medio de un desbarajuste dentro del hemiciclo, un grupo de diputados disidentes de la oposición se juramentó como nueva junta directiva. Sin que durante la sesión llegase a instalarse una verificación formal del quórum, aunque sí el hemiciclo se encontraba lleno, y la confirmación de votos, Luis Parra se juramentó ante el diputado de mayor edad, Héctor Agüero, del PSUV, hablando con un megáfono por fallos en el audio del salón, que también había registrado problemas con el acceso a Internet durante toda la mañana. Poco después el equipo de Guaidó aseguró a través de Twitter: “La sesión real de la Asamblea de Venezuela se va a realizar y será ratificado Juan Guaidó como presidente. El reglamento y la Constitución establecen claramente que Juan Guaidó es el presidente de la Asamblea Nacional hasta que se dé la sesión formal”. La sesión fue convocada en la sede del periódico El Nacional. Su equipo informó de que "con una votación de 100 diputados presenciales [Juan Guaidó] queda ratificado como presidente de la Asamblea Nacional".
Parra pertenecía a Primero Justicia y fue separado en noviembre, junto a otro grupo de diputados, cuando una investigación periodística del portal Armando.info reveló que estarían formando un grupo de presión internacional para favorecer a empresarios vinculados a Nicolás Maduro, como Carlos Liscano, socio de Alex Saab, quien provee los alimentos para el programa de comida subsidiada, conocido como CLAP y que fue sancionado por Estados Unidos y es investigado en varios países. El mandatario reconoció a Parra y mantuvo durante la inauguración de un estadio de béisbol que Guaidó se ausentó porque no quiso "dar la cara". "No las tienes puestas porque si uno tiene que enfrentar una situación da la cara pero no quiso dar la cara", dijo.
La de este domingo ha sido una nueva jornada tensa en la política venezolana. Desde muy pronto, Guaidó denunció los impedimentos y bloqueos por parte del chavismo, que ha tratado de vetar su acceso y el de dirigentes opositores al Parlamento. El sindicato de periodistas denunció también que una treintena de medios no ha podido acceder al hemiciclo.
Guaidó no llegó a entrar al edificio del Parlamento. Tras la juramentación de Parra trató de acceder escalando unas verjas, mientras la policía lo impedía. Antes, no entró, según su equipo, porque quería garantizar que todos los dirigentes opositores pasaran junto a él y evitar que si entraban solo algunos dirigentes la bancada chavista y los disidentes tuviesen quórum suficiente para iniciar la sesión e impedir su reelección. “Si no entran todos no entra ninguno”, dijo Juan Guaidó en la entrada del Parlamento, donde las fuerzas de seguridad someten a una rigurosa verificación las credenciales de los parlamentarios.
La fracción del chavismo y los diputados opositores asociados al escándalo de corrupción del programa CLAP pudieron entrar sin mayores problemas. Algunos de estos dirigentes opositores habían propuesto, con el beneplácito del chavismo, que les apoyaría con sus votos, una nueva mesa directiva del Parlamento con Parra, de Primero Justicia, como presidente. Le acompañarían Franklin Duarte (Copei), José Gregorio Noriega (Voluntad Popular), Negal Morales (Acción Democrática) y Alexis Vivenes (Voluntad Popular). Todas las formaciones han asegurado que estos diputados han actuado por libre y no representan a los partidos, que optan por reelegir a Guaidó.
Guaidó se estaba jugando su reelección este domingo para continuar con su ruta de la transición, para lo que ya había logrado en septiembre pasado un acuerdo con los partidos minoritarios a quienes por rotación correspondía asumir la dirección durante el último año legislativo de esta Asamblea. En 2015, en la que ha sido su mayor victoria política en dos décadas, la oposición se alzó con una mayoría calificada de 112 diputados y dejó al chavismo arrinconado con 54 escaños.
La persecución judicial de Maduro rebanó desde el primer año tres diputados, dejando sin representación al Estado indígena de Amazonas, lo que además le quitó la mayoría calificada. Luego, a través de bloqueos de sus competencias y declarándola en desacato, generó un conflicto institucional que ha complicado aún más la crisis venezolana y que sirvió de argumento a los chavistas para retirarse durante dos años de las sesiones y conformar un parlamento paralelo con la Asamblea Constituyente, electa de forma fraudulenta en 2017. Este año, la bancada chavista regresó a la Asamblea Nacional.
La persecución directa de diputados también ha ido restando fuerza a la oposición. En este momento clave hay 49 diputados con procesos judiciales. Juan Requesens está preso y Gilber Caro desaparecido, a 29 se les ha revocado la inmunidad parlamentaria y otros 27, entre principales y suplentes, están en el exilio. En septiembre, la conformación de un pacto entre una fracción de la oposición y el régimen de Maduro volvió a restar fuerzas al proyecto de relección de Guaidó. Ese giro propició la reincorporación del chavismo al Parlamento, con solo 38 de los 54 diputados que tuvieron inicialmente, cuya participación es lo que ha hecho posible la confusa sesión de hoy. El escándalo de corrupción develado en noviembre con parlamentarios de Primero Justicia y Voluntad Popular generó nuevas fracturas en la mayoría de Guaidó. Las últimas semanas denuncias de compras de diputados, con ofrecimientos de pagos en moneda extranjera, fueron la ultima maniobra del chavismo para terminar de hundir a la oposición.
Pese a toda la ofensiva chavista para frustrar su reelección, Guaidó había llegado a este 5 de enero con 93 votos asegurados. Para escoger a la junta directiva se necesitaba una mayoría simple con un quórum de 84 diputados, que no ha quedado claro si se logró este domingo para la juramentación de Parra.
El hostigamiento contra los dirigentes opositores se inició la víspera de la sesión de este domingo. Durante la madrugada, funcionarios de inteligencia (Sebin) tomaron el hotel donde se hospedaban 40 parlamentarios de las provincias que tenían previsto asistir a la sesión. Pasada la 1 de la madrugada comenzaron a tocar las puertas de las habitaciones y ordenaron el desalojo por una supuesta amenaza de bomba. Los policías inspeccionaron algunos cuartos y después de dos horas se retiraron.
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