Ortega intensifica el asedio contra sus críticos
Líderes feministas y varios periodistas, entre ellos Carlos Salinas, colaborador de EL PAÍS, sufren la persecución de afines del régimen
El Gobierno de Daniel Ortega ha intensificado en los últimos días el asedio y la contra sus críticos. Una líder feminista ha sido expulsada del país y a dos activistas españolas y una suiza, que también forman parte del movimiento feministas, se les prohibió participar en actos políticos y se les exige presentarse cada 15 días ante las autoridades migratorias. La persecución ha crecido también contra periodistas, entre ellos Carlos Salinas Maldonado, editor del diario Confidencial y colaborador de EL PAÍS en Nicaragua, que ha sido amedrentado en las últimas horas por afines a Ortega a la salida de su domicilio.
Las feministas nicaragüenses han mantenido una posición crítica y un rechazo frontal contra el Gobierno de Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo. Un peso que ha terminado por pagar Ana Quirós, líder del Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM), que fue expulsada el lunes del país, un día después de la marcha contra la violencia machista, que fue prohibida por el régimen. Quirós había tildado la decisión de violación de la Constitución.
Ana Quirós tiene una larga trayectoria reivindicando los derechos de las mujeres. Nacida en Costa Rica en 1956, llegó a Nicaragua en 1972, como parte de las brigadas de solidaridad que se desplegaron para atender la emergencia causada por el terremoto que destruyó Managua ese año y dejó al menos 12.000 muertos. Más tarde se involucró en la solidaridad internacional con la lucha guerrillera sandinista, que buscaba derrocar a la dictadura somocista, que había gobernando durante 47 años Nicaragua con bota militar.
El Gobierno citó a Quirós el fin de semana, después de que la policía prohibiese la marcha del domingo. La activista se presentó a la sede de la Dirección de Migración, donde la tuvieron al menos tres horas retenida, según dijeron fuentes del MAM. Luego fue esposada y encarcelada en las celdas de “El Chipote”, la prisión denunciada por organizaciones de derechos humanos como centro de torturas del régimen. A Quirós la acusan de organizar “actividades terroristas”. Después, funcionarios de Migración, la montaron en un vehículo oficial y la enviaron a la frontera, para expulsarla, según denuncian desde el movimiento feminista.
“Ya esperábamos ese zarpazo”, asegura a este diario Sofía Montenegro, periodista, escritora y una de las fundadoras del movimiento feminista de Nicaragua. “Lo que ha pasado con Ana es un secuestro y represalia por ser una de las delegadas en la organización de la marcha del domingo. Estamos frente a la cuarta oleada de represión del régimen, enfocada contra las feministas y contra los periodistas”, explicó Montenegro.
El lunes también fueron citadas a la sede de Migración las ciudadanas españolas Ana Ara y María Jesús Ara y a la suiza Beatriz Huber. Las tres llevan décadas viviendo en Nicaragua, apoyando el trabajo de las organizaciones feministas del país centroamericano país. Según compañeras suyas del movimiento, las autoridades retuvieron sus documentos y les ordenaron que no participen en activadas políticas y que se presenten cada 15 días ante Migración.
Los reporteros críticos con Ortega sufren también un asedio constante desde que se iniciaron las protestas en abril y se ha intensificado en los últimos días. Entre los periodistas amedrentados se encuentra Carlos Salinas Maldonado, editor del diario Confidencial y colaborador de EL PAÍS en Nicaragua desde hace 10 años. Salinas denunció este martes que varios hombres vestidos de negro se apostaron frente a su casa desde la mañana; cuando se dirigía a su trabajo, uno de ellos le siguió en moto. En un momento dado, se paró frente a su coche y le gritó: “¡Estás cagado, ¿verdad? Estás cagado!”. Cuando regresó a su domicilio, por la tarde, los mismos hombres seguían a las puertas de su condominio, donde permanecieron hasta las 10 de la noche. Este miércoles, Salinas ha vuelto a ser seguido por dos motos hasta su trabajo.
No es la primera vez que Salinas sufre la persecución de partidarios de Ortega. El pasado 19 de julio, durante la celebración del aniversario de la revolución sandinista, fue agredido junto a este periodista por varios simpatizantes de Ortega, que le insultaron y le llamaron “golpista” y “terrorista”, sin que la situación fuese a mayores tras la intervención de la policía. Además, en los últimos meses ha crecido la presión contra él en las redes sociales.
Además, el periodista Gustavo Jarquín, de Radio Corporación, fue golpeado con rudeza por oficiales de la Policía, que lo detuvieron y le exigieron que le entregara su celular. Como el reportero se negó, los policías lo vapulearon: el rostro del periodista muestra hematomas en uno de sus ojos y los pómulos hinchados. Otros policías detuvieron a Miguel Mora, director del Canal 100% Noticias, pero antes de liberarlo le advirtieron de que “sus días estaban contados”. El domingo Mora denunció que un dron sobrevoló su casa en Managua y captó videos de la vivienda y el jardín, en lo que calificó como espionaje político. Mientras tanto, Luis Sánchez, de 76 años y editorialista del diario La Prensa, cumplió el lunes 48 horas detenido tras verse involucrado en un accidente de tránsito, en el que resultó lesionado un motociclista. El periodista había llegado a un acuerdo privado con el hombre, pero las autoridades decidieron no reconocer dicho acuerdo y apresar a Sánchez. También hubo campañas de desprestigio contra reporteros en las redes sociales.
El lunes también fueron citadas a la sede de Migración las ciudadanas españolas Ana Ara y María Jesús Ara y a la suiza Beatriz Huber. Las tres llevan décadas viviendo en Nicaragua, apoyando el trabajo de las organizaciones feministas del país centroamericano país. Según compañeras suyas del movimiento, las autoridades retuvieron sus documentos y les ordenaron que no participen en activadas políticas y que se presenten cada 15 días ante Migración.
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