Los colombianos en España: una comunidad numerosa y arraigada
Con perfiles variados, es una comunidad socialmente integrada, pero que ha resultado golpeada por la crisis económica. Desde la distancia han visto los cambios en su país y están a la expectativa sobre quién será su nuevo presidente
La inmigración de Colombia viene de lejos. Ha sido como una “lluvia fina” que ha ido calando en la sociedad española, dice el catedrático Manuel Alcántara, del Instituto de Iberoamérica de la Universidad de Salamanca. Un goteo que comenzó en los años ochenta y que tuvo un momento de mayor afluencia durante la época de la bonanza económica de finales de los noventa hasta la crisis económica de 2008. En este periodo destacó su presencia en el sector servicios, pero también en otros ámbitos como la educación y la medicina. La comunidad colombiana ha vivido en la distancia grandes cambios en su país, como el acuerdo de paz del Gobierno con las FARC, gestado durante la presidencia de Juan Manuel Santos, quien a punto de terminar su mandato realiza una visita oficial a España. En dos semanas asistirán a otro más, con la elección de un nuevo presidente.
Los colombianos encabezan la lista de la población extranjera residente en España entre los países de Latinoamérica, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). El padrón difundido el mes pasado, indica que a fecha 1 de enero había 165.608 colombianos inscritos como extranjeros en alguna localidad española, seguidos de los ecuatorianos (135.045) y los venezolanos (95.474). No obstante, si se tiene en cuenta aquellos que tienen doble nacionalidad, la cifra asciende a 394.038. Y aunque los ecuatorianos les superan (404.075), no dejan de ser una comunidad muy numerosa, con un fuerte arraigo en España.
Alcántara, que el pasado año recibió la nacionalidad colombiana por adopción, en reconocimiento a su labor investigadora, señala que "no hay una oleada específica como pasó por ejemplo con Argentina en la época de la dictadura”. Por definir un periodo de mayor afluencia, Alcántara señala a mediados del siglo XX, con la bonanza económica y su incorporación al sector servicios, sobre todo en el cuidado de ancianos. "La incidencia de personas colombianas atendiendo a personas mayores va a ser muy importante a partir de 2000 y luego en el ámbito profesional también, en el de la educación y también en el de la medicina”.
Este es el ámbito de María Paula Gómez, especializada en trasplantes de órganos, que acaba de cumplir 10 años en Barcelona. Gómez, que vino a España por una oportunidad laboral, asegura que se nota más su presencia en la sociedad española. “En todo, en torno a la cultura colombiana, los restaurantes y la parte de ocio ha crecido también”. En esta década su país también ha cambiado y si bien celebra el acuerdo de paz alcanzado entre el Gobierno y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), mira con expectación las elecciones presidenciales que se celebran el próximo 27 de mayo. “No se sabe qué va a pasar”. Sus años en España considera que han sido positivos, aunque le gustaría volver a su país para poner en práctica la experiencia adquirida. A España, le pediría que “se reconozca a los profesionales el estatus y facilite las homologaciones”.
Los colombianos no se fueron
La crisis provocó el retorno de algunos inmigrantes, principalmente de países como Ecuador, Bolivia y Paraguay, pero no sucedió lo mismo con los colombianos, entre otros motivos porque por parte del Gobierno colombiano "no hubo política que articulara la situación de los migrantes", explica Yolanda Villavicencio presidenta de la organización América-España, Solidaridad y Cooperación (AESCO). Si bien hubo algunos retornados, la mayoría optó por quedarse o migrar a otros países de Europa. "Las remesas siguieron teniendo gran importancia" para el país, explica Villavicencio, que aterrizó en España hace 25 años como refugiada y llegó a convertirse en la primera mujer de origen latinoamericano en ocupar un escaño en la Cámara regional de Madrid. La activista, que nunca ha dejado de preocuparse por la comunidad, asegura que "el colombiano socialmente se ha integrado, pero ha resultado muy golpeado por la crisis, igual que los españoles más empobrecidos".
Migración con rostro de mujer
Perfil diverso
El perfil del migrante colombiano es muy variado, como lo refleja el profesor de la Universidad Nacional de Colombia, David Roll, que ha estudiado este fenómeno durante décadas. Él mismo llegó a España en 1988 para hacer su doctorado cuando todavía no había mucha inmigración. “Éramos pocos y casi todos estudiantes”, recuerda. En esa época homologó su título de abogado y ejerció esta profesión en un bufete como abogado de migrantes en Madrid, mientras estudiaba el doctorado. “He podido percibir la transformación de la inmigración latinoamericana y de colombianos en España, pero también cómo esto transformó a España”, señala. Roll que ha entrevistado a decenas de migrantes colombianos durante su carrera y es autor de Iberoamérica soy yo; relatos de inmigración, explica que además del componente económico en la inmigración entre 1997-2007, se sumó un terremoto en el eje cafetero y “una coyuntura de problemas políticos, que hicieron más atractivo irse”.
España se convirtió además en un lugar al que migrar por un inesperado motivo: “Hay que tener en cuenta que poco después sucedió lo de las Torres Gemelas y las fronteras en EE UU se cerraron, y entonces España se volvió como un tercer destino”. Los colombianos hasta entonces habían emigrado a Venezuela y Estados Unidos. “Se podía venir sin visa, se hablaba el mismo lenguaje, había trabajo y cierta afinidad cultural, lo que demuestra su buena adaptación aquí”. En cuanto al factor de la violencia, Roll opina que “más que por la guerrilla misma, fue por una percepción de la inseguridad”. “Los estudios han demostrado que no necesariamente los sectores más pobres se desplazaron, sino los que podían pagar un billete de avión. El tema político sí estaba ahí, pero revuelto con todo”.
Preocupaciones comunes
El experto señala que entre españoles y colombianos existe una afinidad cultural que ha facilitado la integración. En cuanto a las preocupaciones de la comunidad colombiana en España, apunta a las mismas que el resto de sus compatriotas: el proceso de paz y las próximas elecciones. Señala que con herramientas como internet y WhatsApp el colombiano participa más del debate nacional en el que la sociedad se ha dividido a favor o en contra del proceso, y de figuras como el expresidente Álvaro Uribe apunta: “Lo que hay aquí es un espejo”.
Desde AESCO, Villavicencio coincide en que hay una expectativa de cambio, ante las presidenciales, pero además menciona otras inquietudes, como que se reconozcan los convenios de la Seguridad Social entre ambos países cuando llegue la jubilación, las dificultades para el acceso a una vivienda en caso de regresar al país y el pobre sistema público de salud colombiano.
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