Valérie Plante, la mujer que irrumpió en un “mundo de hombres” para gobernar Montreal
La alcaldesa rebasa el umbral de los primeros 100 días con una apuesta de gobierno por la movilidad y el empoderamiento femenino
Pocos creían que Valérie Plante (Rouyn-Noranda, 1974) sería alcaldesa. A unas semanas de la elección, algunas encuestas la ponían 20 puntos porcentuales debajo de Denis Coderre, un veterano político que aspiraba a un segundo mandato al frente de Montreal. La fórmula del éxito de Plante, que sigue dando qué hablar en los círculos políticos de Canadá, no encierra grandes misterios y se concentra en dos grandes promesas: mejorar el transporte público e invertir en vivienda digna y a precios accesibles para sus habitantes. "El hecho de que tuviera la posibilidad de ser la primera mujer en ocupar el cargo tuvo algo que ver, pero creo que la gente votó por mis ideas y porque tenía una plataforma muy audaz", señala tras su participación en la cumbre del C40, que agrupa a las mayores metrópolis del mundo.
La reunión, celebrada en Ciudad de México esta semana, convocó a líderes ambientales y alcaldesas de 16 ciudades del mundo para buscar soluciones que combatan el cambio climático y empoderen a las mujeres. La premisa es simple: se necesita dar voz a las mujeres para tener ciudades más sostenibles. Y hay razones para ser optimistas. El encuentro del C40 llegó precedido de movimientos como #MeToo o #TimesUp y hoy París, Roma, Madrid y Barcelona están gobernadas por mujeres.
Pero aún existen grandes resistencias, con el presidente de la principal potencia mundial afianzado en el poder pese a frases como "agarrarlas por el coño" y "el calentamiento global es un concepto creado por y para los chinos". Plante afirma: "No es normal que la mitad de la población no participe en la toma de decisiones, si queremos cambiar eso tenemos que dar un paso adelante y romper el techo de cristal porque sigue siendo un mundo de hombres". La alcaldesa cambia el semblante sonriente cuando escucha el nombre de Donald Trump. "El feminismo es importante para luchar contra este sexismo institucionalizado que predomina en nuestras sociedades y que se ha vuelto cada vez más sofisticado", apunta.
La visita de Plante a México coincidió con el arranque de la séptima ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), que se ha tambaleado ante la amenaza de Trump de abandonarlo. En medio del atolladero del TLC, las ciudades de Norteamérica quieren poner el ejemplo y sortear los obstáculos que sus países no han logrado superar, asegura la alcaldesa de la segunda ciudad francófona más grande del mundo. "Queremos trabajar juntos y tenemos que hablar de cooperación económica, acuerdos ambientales y, por supuesto, de migración", dice Plante. Hay cerca de 100.000 mexicanos en Canadá y más de 15.000 viven en Montreal.
Plante, electa en noviembre pasado, ha rebasado recién la llamada "luna de miel" de los primeros 100 días en el Gobierno. El balance es agridulce. La alcaldesa ha comprado 300 nuevos autobuses para mejorar la red de transporte, pero aún está a la espera de recursos estatales y federales para la construcción de la línea rosa de metro, su apuesta más ambiciosa. Los presupuestos no fueron los prometidos y Plante abogó por una impopular alza a los impuestos. "Todo mundo quiere más espacios verdes, seguridad en las calles, mejores vialidades, pero cuando eso implica un cambio de hábitos, empiezan las disputas", dice y hace una pausa: "Es normal que exista resistencia al cambio".
Tras el fin de la campaña, el gran reto para la musicóloga y antropóloga es desmentir a los escépticos y hacer realidad las promesas de una sociedad incluyente y fortalecida a partir de sus diferencias étnicas, sociales y culturales. "No soy alcaldesa para tomar decisiones populares, solo hago lo que creo que es correcto", sentencia la política de Projet Montréal.
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