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El presidente del PRI culpa a López Obrador del repunte de la violencia contra los políticos

Enrique Ochoa asegura que los ataques han incrementado desde que el candidato de Morena sugirió una amnistía para los criminales

Luis Pablo Beauregard
Enrique Ochoa, durante la plenaria del PRI, en enero.
Enrique Ochoa, durante la plenaria del PRI, en enero.Adolfo Vladimir (Cuartoscuro)

¿Cómo explicar la violencia en México? Hay dos versiones que, curiosamente, han sido explicadas este jueves. Renato Sales, el comisionado nacional de seguridad, ha dicho que esta se debe a “la disputa de los grupos criminales por controlar las plazas y la oferta de las drogas”. El presidente del PRI, sin embargo, piensa diferente. Enrique Ochoa cree que la violencia, al menos la violencia política reciente, es responsabilidad de Andrés Manuel López Obrador.

A menos de una semana de su último dislate verbal, el dirigente del PRI vuelve a levantar polémica con sus dichos. Este sábado, durante un mitin del candidato priista José Antonio Meade en Tabasco, el líder del partido en el poder llamó “prietos” a los militantes que abandonan su organización para irse a la de López Obrador, Morena. El uso peyorativo del término incendió las redes sociales. Ochoa hizo una operación de control de daños llamando y escribiendo por Whatsapp a varios periodistas para poner en contexto sus dichos y quitarle lumbre al asunto.

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La lengua de Ochoa ha vuelto a la carga. Este jueves, durante una entrevista radiofónica con el periodista Joaquín López Dóriga, el político aseguró que “la violencia en contra de candidatos y precandidatos y de algunos políticos se ha incrementado más del doble desde el momento en que López [Obrador] propuso como idea darle una amnistía a los narcotraficantes y criminales”.

Ochoa respondía a un cuestionamiento de López Dóriga por el reciente asesinato de Francisco Rojas, un exdiputado federal del PRI que iba a convertirse en candidato a alcalde de un municipio de la zona metropolitana de la capital mexicana. Ochoa dedicó apenas un suspiro a lamentarse por el crimen para después golpear al puntero en los sondeos presidenciales. Este jueves, el diario Reforma, uno de los más importantes del país, colocó a Meade en el tercer sitio, a 19 puntos de López Obrador (14% contra 33%). Esta tendencia se repite en la mayoría de las encuestas, cerrando la disputa de julio a una contienda entre el aspirante de Morena y Ricardo Anaya, de Por México al Frente (PAN-PRD-Movimiento Ciudadano). 

La declaración del dirigente del PRI ha supuesto una sacudida comparable a la respuesta que el  aspirante de Morena dio en diciembre a una pregunta de un periodista durante una gira por Guerrero. Esa entidad, gobernada por el PRI y una de las más violentas de México, es una prueba fehaciente del rotundo fracaso de los principales partidos en el tema y las estrategias de seguridad. Allá el PRI si quiere hacer campaña politizando este problema, uno de los conflictos que guiarán la narrativa de la elección de 2018 junto a la corrupción. El partido lleva las de perder después de que 2017, el quinto año de Gobierno de Enrique Peña Nieto, fue el más violento en la historia reciente del país.

Ochoa también aseguró en la radio que la violencia política se ha reflejado en “prácticamente todos los partidos políticos salvo en el caso de Morena”. El presidente del PRI asegura que lo respaldan “la numeralia y la estadística”. Sin embargo, la hemeroteca desnuda la mentira. El líder de Morena en el municipio de Teotihuacán (Estado de México) fue hallado muerto el pasado 18 de enero. Ese mismo día fue asesinado también un dirigente de Encuentro Social, un partido aliado a Morena en la coalición Juntos Haremos Historia, en Petatlán (Guerrero). El dirigente local de este partido en el Estado de México fue víctima de un atentado la mañana del 9 de febrero en el municipio de Chalco.

A pesar de lo que el presidente del PRI crea, lo que la estadística sí demuestra es que el monstruo de la violencia castiga a todos los mexicanos sin perdonar oficio ni género. Maestros, médicos, ingenieros, alumnos, periodistas y un largo etcétera son las víctimas de un drama del que somos testigos mientas los políticos se culpan los unos a otros. ¿Por qué la epidemia de la violencia iba a excluir a los políticos?

Las declaraciones de Ochoa vuelven a abrir un frente al dirigente del PRI. Tras sus dichos del fin de semana, los rumores de una rebelión en la Cámara de Diputados comenzaron a surgir. El líder de la bancada del tricolor tuvo que desmentir públicamente las versiones que aseguran que algunos legisladores han perdido la confianza en Ochoa. Cinco días después, estas versiones no terminan de disiparse. ¿Cada vez más priistas creen que la lengua de Ochoa es un lastre para una campaña presidencial que busca despegar?

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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