Bolivia se polariza por el empeño de Morales en su reelección
El 60% del país rechaza un nuevo mandato a un año de la consulta que lo descartó
Con marchas y concentraciones en contra y a favor del Gobierno, los bolivianos conmemoraron este martes el aniversario del referendo en el que el 51% de la población rechazó cambiar la Constitución para habilitar al presidente Evo Morales a reelegirse por cuarta vez. La celebración adquirió importancia por el deseo que tiene el mandatario de continuar intentando, por diversas vías, ser candidato presidencial en 2019.
Si el referéndum se repitiera, más del 60% de los bolivianos votaría no a la habilitación de Morales. Sin embargo, existen otros métodos que el presidente puede practicar, aprovechando el control que su partido tiene de todas las instituciones del Estado, como renunciar con antelación a la conclusión de su mandato. Estas posibilidades están en el centro de un debate jurídico que polariza a la sociedad boliviana y que desgasta al Gobierno, cuya popularidad es todavía alta, pero que viene cayendo continuamente en los dos últimos años.
Diversos colectivos que dirigen intelectuales, periodistas y personalidades vinculadas a la oposición convocaron a manifestarse en el 21-F para exigir que “se cumpla la voluntad popular y la Constitución” y cese el “continuismo” de Morales, quien, con 11 años en el Gobierno, ya es el presidente que más ha permanecido en el poder en el país.
Por su parte, el oficialismo ha bautizado esta fecha como el “día de la mentira”, porque, en su opinión, el triunfo del no en el referéndum, que se dio por solo 50.000 votos, se originó en la “campaña sucia” que supuestamente se desató antes los comicios, y cuyo principal elemento fue el intento de involucrar al presidente en un caso de corrupción, a raíz de su pasada relación sentimental con Gabriela Zapata, una joven que, cuando estalló el escándalo, era la gerente comercial de la principal contratista china del Gobierno boliviano.
El “niño falso”
Actualmente Zapata se encuentra tras las rejas, acusada de enriquecimiento ilícito, entre otros cargos. Desde allí apareció en una grabación para aclarar que su frustrado intento de atribuirle un hijo inexistente al presidente Morales fue, en el último tramo del mismo, financiado por el jefe opositor Samuel Doria Medina, quien según ella actuó a través de quien entonces era su abogado defensor.
Estas declaraciones, que fueron presentadas en un formato poco periodístico por un canal de televisión local, han dado lugar a una fuerte reacción de los opositores y de muchos usuarios de las redes sociales. Se las considera un acto de manipulación por parte del Gobierno a Zapata, la que ha mentido varias veces, para atacar a sus enemigos políticos. Doria Medina rechazó haber participado en el escándalo denominado como del “niño falso”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.