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La Constitución de la Ciudad de México contempla la revocación de mandato

El anteproyecto de la primera Carta Magna que tendrá la capital mexicana permitiría deponer al Jefe de Gobierno y otros funcionarios, así como anular una elección

La elección de un gobernante en México es un tema delicado, no sólo porque los mexicanos eligen a quien administrará los recursos públicos, sino porque no pueden dar marcha atrás: si se inconforman con su desempeño no pueden deponerlo, pues no existe la figura de referendo ni revocación de mandato. La capital quiere convertirse en la primera entidad mexicana en ofrecer esta posibilidad, al incluirla en la nueva Constitución que tendrá a partir de 2017.

El alcalde de la Ciudad de México, Miguel Mancera.
El alcalde de la Ciudad de México, Miguel Mancera.Saúl Ruiz

En enero pasado, la Ciudad de México sufrió la más importante transformación desde su fundación: una reforma política elevó su estatus al de un Estado, con su propio gobernador, congreso y por primera vez, una Constitución Política. Este documento está en proceso de redacción por un grupo de expertos que revelarían su primer borrador el 15 de septiembre –día de la Independencia en México-, pero este miércoles fue difundido el texto, que incluye la revocación de mandato, el consumo de marihuana, la libertad sexual y los derechos de los animales, entre otros polémicos puntos.

Hasta ahora, la única posibilidad que la ley mexicana contempla para deponer al jefe de algún Gobierno es desaforarlo para hacerle un juicio político, y la única ocasión en que ha ocurrido fue en 2005 con el exalcalde Andrés Manuel López Obrador, al que el Congreso retiró el fuero para juzgarlo por un supuesto abuso de autoridad que cometió su Gobierno al expropiar un predio al sur de la ciudad. Eran tiempos preelectorales, por lo que se presumió que el partido que gobernaba el país (Acción Nacional, PAN) intentaba frenar la creciente popularidad de Obrador, quien ya se perfilaba desde entonces como candidato. El alcalde libró la cárcel gracias a que dos congresistas del PAN pagaron su fianza, regresó a su cargo y un año después peleó la presidencia del país contra quien finalmente lo venció, Felipe Calderón.

Uno de los abogados que defendieron a López Obrador en el proceso de desafuero fue Miguel Mancera, actual alcalde de la Ciudad de México, y quien impulsó la Reforma política del Distrito Federal para convertirlo en un Estado. La Carta Magna de esa nueva entidad, en el texto elaborado hasta ahora, ha cuidado que las leyes no puedan ser utilizadas para linchamientos políticos entre partidos: contempla la revocación de mandato pero bajo la condición de que el 5% de los electores voten a favor, o que 7,5% lo soliciten mediante su firma, en el caso de la jefatura de Gobierno. El cese del funcionario sólo podrá solicitarse cuando haya transcurrido la mitad de su mandato y sólo ocurrirá una vez.

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La inconformidad de los mexicanos con su Gobierno no se limita a los gobernantes, ellos también desconfían de los resultados de las elecciones y de las instituciones que las realizan. En el anteproyecto de la Constitución de la capital, está prevista también la nulidad de un proceso electoral “cuando se acrediten irregularidades graves que violenten los principios” previstos en ella. Y para evitar que los principios de la Carta Magna queden sin efecto ante una situación catastrófica o la falta de Gobierno, el texto prohíbe el estado de excepción. “Esta Constitución no puede ser alterada por actos de fuerza (…) Mantiene su vigencia incluso si se rompe el orden institucional”, precisa el borrador.

La marihuana como derecho constitucional

“En la Ciudad de México no se sancionará de forma alguna el uso de la cannabis, excepto en caso de peligro o daño a derechos de las demás personas, conforme a los límites que fije la ley”, señala el artículo 14 del anteproyecto. Esto ya está contemplado en la Ley General de Salud que rige a todo el país: la legalidad en la posesión y consumo de hasta cinco gramos de marihuana, pero destaca que en este caso, se eleve a rango constitucional. “Se promoverá su uso medicinal y la investigación científica de la misma”, agrega el texto, para sellar la intención que el Gobierno de Miguel Mancera ha tenido de impulsar la legalización de la cannabis para uso médico.

En caso de aprobarse, este proyecto también hace un guiño a los maestros disidentes que se oponen a la evaluación docente, incluida en la Reforma educativa del presidente Enrique Peña. El artículo 13 señala la obligación de las autoridades a garantizar “la estabilidad laboral del magisterio” e indica que las evaluaciones que se les apliquen tendrán un carácter “diagnóstico, no punitivo”. Este punto se contrapone con la Reforma, que despide a los profesores que falten a clases por tres días consecutivos, lo que ha afectado directamente a los miembros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), el grupo opositor que constantemente abandona las aulas para realizar marchas y bloqueos en las calles.

Esto no significa, sin embargo, que los maestros capitalinos que pertenezcan a la CNTE quedarán exentos de los ordenamientos de la Reforma Educativa, sino que no será la Ciudad quien los sancione, explica el constitucionalista Saúl López Noriega. La nueva Constitución de la Ciudad deberá apegarse a los ordenamientos federales, como la de cualquier otro Estado, aunque las leyes y reglamentos propios de la capital sí se alienarán a lo establecido en esa Carta Magna, indica. “No es una cuestión de jerarquías sino de distribución de competencias”.

El anteproyecto se refiere, sin mencionarlas específicamente, a dos de las grandes victorias legales y sociales de la Ciudad de México: el aborto y la homosexualidad. “Toda persona tiene derecho al ocio, a disponer de su cuerpo y a manifestar públicamente sus afectos”, sentencia el proyecto de Constitución de una ciudad que aprobó el aborto y el matrimonio homosexual, pero donde los gais aún son discriminados y todavía se cree que una mujer deja de ser dueña de su cuerpo cuando se embaraza. No obstante, estos grandes temas no aparecen en el texto con nombre y apellido, como en el caso de la cannabis.

Este anteproyecto de Constitución también hace incluye por primera vez los derechos de los animales, a quienes denomina como “seres sintientes”, aunque aún no debe considerarse como una versión final de la Carta Magna, según aclaró el alcalde Mancera en un comunicado, luego de que el texto fuera difundido antes de lo previsto.

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