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El Chapo, aislado en la sala blindada de la prisión de Ciudad Juárez

El Gobierno mexicano libera una imagen del líder del cártel de Sinaloa para desmentir su supuesta fuga

J. M. A.
Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, en la prisión de Ciudad Juárez, en una foto difundida por el Gobierno mexicano.
Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, en la prisión de Ciudad Juárez, en una foto difundida por el Gobierno mexicano.

El preso 3192 sigue encarcelado. Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, no ha escapado del módulo de máxima seguridad de la prisión de Ciudad Juárez. Así lo aseguró anoche el Gobierno mexicano en un inédito desmentido al que, para mayor verosimilitud, añadió la foto del convicto. Los rumores sobre su nueva fuga, reproducidos por algunos medios, alcanzaron tal calibre que fue el propio secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, quien salió a la palestra y liberó la fotografía de su encierro: “Para los rumores, una imagen”, señaló en Twitter.

En la foto, el líder del cártel de Sinaloa aparece en su uniforme marrón, sin bigote y en la sala central de la almendra de seguridad de la cárcel de Ciudad Juárez (Chihuahua). Ahí fue trasladado repentinamente hace dos meses.

Capturado el 8 de enero pasado en Los Mochis (Sinaloa), en primer lugar fue encerrado en la prisión de El Altiplano, la fortaleza de la que en julio de 2015 se escapó por un túnel de 1.500 metros. En esta cárcel, tras reforzar las medidas de seguridad, se detectó una fisura. Sus reuniones con los abogados y visitas a la enfermería obligaban a sacarle del perímetro de seguridad. Un punto débil que determinó su envío, esposado de pies y manos, a 1.800 kilómetros al norte, al penal Ciudad Juárez.

Ahí, antes de su llegada 81 presos fueron trasladados a otros centros penitenciarios para evitar altercados y aumentar el blindaje del mayor narcotraficante del planeta. Entre los desplazados figuraban sicarios de La Línea, el brazo armado del cártel de Juárez, el enemigo mortal de Guzmán Loera.

Desde entonces, El Chapo pasa ahora sus días aislado y a la espera de su extradición. Un proceso que el propio presidente Enrique Peña Nieto ha convertido en cuestión de Estado y que difícilmente frenarán la catarata de recursos presentados por el preso.

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Sobre la firma

J. M. A.
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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