Venezuela ratifica su rechazo a que la OEA observe sus elecciones
El Gobierno de Maduro dice que la Organización de Estados Americanos "no es confiable"
La Organización de Estados Americanos (OEA) no está invitada, ni lo estará, para observar las elecciones legislativas de Venezuela el 6 de diciembre. Así lo ha vuelto a reiterar este lunes el Gobierno venezolano, que acusa al organismo interamericano de no ser digno de confianza.
“Venezuela no tiene confianza en la OEA”, afirmó Germán Saltrón, Agente del Estado para los Derechos Humanos de Venezuela, tras una audiencia sobre la situación de los derechos políticos en este país celebrada en la sede en Washington de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), adscrita a la OEA. En la sesión, el relator de la Comisión para Venezuela, Felipe González, había destacado la "importancia", dijo, de que "se pudiera garantizar la presencia internacional a través de la OEA".
Venezuela ha acudido en los últimos años de forma reiterada a la OEA y, en estos momentos, ejerce incluso la presidencia rotatoria de su Consejo Permanente. Pese a ello, según el enviado del Gobierno de Nicolás Maduro, esta organización, “como todo el mundo sabe, ha apoyado dictaduras, no ha tenido ninguna práctica democrática durante todo su funcionamiento (…) y no tiene credibilidad internacional, es un organismo caduco”. Saltrón justificó la negativa a la falta de “observación contra las irregularidades” cometidas, dijo, durante los gobiernos previos a la llegada al poder de Hugo Chávez en 1999. No hizo referencia sin embargo a que Caracas sí aceptó la observación de la OEA en los primeros años de gobierno del chavismo, hasta en 2006, momento desde el cual ha rechazado sistemáticamente la presencia del organismo que sí reclama la oposición.
Hasta el momento, Venezuela solo ha aceptado que envíen una misión electoral organizaciones afines como Unasur o Celac. Expertos advierten sin embargo que solo la OEA tiene la capacidad e instrumentos -internacionalmente reconocidos- para realizar una labor de seguimiento electoral antes, durante y tras la jornada en las urnas. Pese a que el Gobierno venezolano cita recurrentemente al expresidente estadounidense Jimmy Carter para afirmar que “el sistema electoral venezolano es el más perfecto del mundo”, el Centro Carter anunció en agosto que cerraba sus oficinas en Venezuela para “enfocar sus recursos limitados en otros países que han solicitado su apoyo”.
A menos de dos meses de los comicios venezolanos, el proceso electoral fue este lunes punto central de las críticas de organizaciones no gubernamentales que cuestionaron la integridad de un sistema que, afirman, no se somete a auditorías ni permite la vigilancia externa.
Los representantes de la organización Un Estado de Derecho (UED) Antonio Cánovas y Rosa Rodríguez denunciaron la “falta de independencia” del Consejo Nacional Electoral (CNE), al que acusaron de “actuar de la mano del Gobierno y de carecer de controles”. Alertaron además de la “manipulación” del registro electoral donde, denunciaron, hay un alto porcentaje de electores “no verificables” que según UED han inclinado la balanza a favor de los candidatos oficialistas en los últimos años. Los solicitantes de la audiencia pusieron también en cuestión el sistema automatizado de voto del que no se ha permitido, afirmaron, realizar auditorías serias que confirmen o denieguen sus sospechas de manipulación de voto.
La asesora de Saltrón María Alejandra Díaz replicó en nombre del Estado venezolano haciendo otra referencia más a Carter para afirmar que el de Venezuela es “el mejor sistema y el más pulcro del mundo”.
Mientras, la funcionaria del CNE Carmen Stebbing rechazó las acusaciones de una ONG que, dijo, forma parte de un tipo de organizaciones “exclusivamente creadas para atacar procesos democráticos en países soberanos”.
En Venezuela se garantiza la “democracia para las grandes mayorías”, sostuvo Stebbing, mientras que Díaz recordó que la oposición venezolana “utiliza el sistema automatizado” ahora criticado “para sus propias elecciones”. “Entonces, es un poco difícil decir que todos los venezolanos están engañados”, agregó.
Según Stebbing, las denuncias formuladas ante la CIDH forman parte de una “estrategia internacional contra la próxima elección en Venezuela para buscar atajos violentos”.
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