Tascas, barras y cafeterías con ‘Solete’, el nuevo reconocimiento a los bares de toda la vida

Esa taberna con solera especializada en vinos por copa. Helados elaborados con frutos y aromáticas de su propia huerta. Lugares donde comer casi a diario o tomarse un café, de estilo desenfadado y nada encorsetados. La mayor parte de los grandes listados gastronómicos atienden a la alta cocina y muy poco a los bares y establecimientos que se frecuentan en el día a día. A partir de este martes, más de 1.000 locales de todas las provincias estarán distinguidos con un Solete de la Guía Repsol, con el objetivo de poner en valor este tipo de establecimientos en los que se sirven desde huevos...

Esa taberna con solera especializada en vinos por copa. Helados elaborados con frutos y aromáticas de su propia huerta. Lugares donde comer casi a diario o tomarse un café, de estilo desenfadado y nada encorsetados. La mayor parte de los grandes listados gastronómicos atienden a la alta cocina y muy poco a los bares y establecimientos que se frecuentan en el día a día. A partir de este martes, más de 1.000 locales de todas las provincias estarán distinguidos con un Solete de la Guía Repsol, con el objetivo de poner en valor este tipo de establecimientos en los que se sirven desde huevos con bechamel rebozados, como los del bar José Luis, en Tudela (Navarra), hasta menú del día, como el bar Puñal, en Santiago de Compostela, pasando por la hamburguesa de Juanchos BBQ, en Madrid, premiada como la mejor de España.

“Había una necesidad de poner en valor esos sitios que no te fallan y darles una visibilidad”, explica María Ritter, directora de la Guía Repsol, que ha presentado la nueva categoría con un acto en el mercado de Vallehermoso, uno de los referentes gastronómicos de Madrid y donde se ubica uno El dos, una de las tabernas galardonadas gracias a su cocina de cercanía. La clasificación, que se une a las ya existentes —soles y recomendados— incluye desde restaurantes con terrazas sobre el mar como Es Boldado, en Ibiza, hasta cafeterías como La más bonita, en Valencia, con vistas a la playa de La Patacona. Los fines de semana, la fila de clientes esperando para entrar en el local valenciano se extiende hasta el paseo marítimo. Imposible encontrar mesa para desayunar sin reserva previa. Por su parte, el restaurante ibicenco, frente a Cala d’Hort, posee una de las terrazas más cotizadas de la isla desde la que casi se puede tocar el mar. En su carta, mariscos y arroces y algunos platos tradicionales como el bullit de peix, un guiso de pescado. En total, la lista se divide en seis grupos según su actividad: cafeterías, pastelerías y heladerías; bares, tascas y barras; bodegas y sidrerías; fast good; restaurantes y menú del día; y chiringuitos y terrazas.

En la clasificación destacan principalmente más de 200 bares, tascas y barras de ciudad, pero también de rincones que se salen de los circuitos habituales, como La Autóctona, en Mogarraz (Salamanca), donde la población no llega a los 300 habitantes, o El Rinconcito, en Mora de Rubielos (Teruel). Otros negocios incluidos son ya lugar de peregrinaje para locales y visitantes, como es el caso de la bodega La Ardosa, en el barrio madrileño de Malasaña, ampliamente reconocida por su tortilla de patata y que forma parte, además, de la lista de restaurantes centenarios de la capital. También en Madrid, en la calle Ponzano, se encuentra El Doble, popularmente conocido por ser uno de los bares de la capital donde mejor se tiran las cañas de cerveza.

Con el verano recién estrenado, no faltan las heladerías, las clásicas y las de vanguardia. En esta categoría, aparece por ejemplo la desenfadada y rompedora Rocambolesc, en Girona, comandada por Alejandra Rivas y Jordi Roca, que traslada algunos de los postres más emblemáticos de El Celler Can Roca al formato helado. Más tradicional, pero con un trabajo artesanal cuidado y reconocido, es la propuesta de la heladería dellaSera, en pleno centro de Logroño y famosa, entre otras razones, por el sabor de sombra de higuera. La labor de su chef, Fernando Sáenz, ha seducido a cocineros como Quique Dacosta o Eneko Atxa. También al norte, en Galicia —aunque con locales en toda España—, hay una distinción para Bico de Xeado, marca que elabora sus helados con leche de vacas frisonas criadas con mimo en una cooperativa agraria de A Coruña.

La nueva categoría será cuatrimestral y los establecimientos seleccionados estarán señalizados por un Solete diseñado por el Luis Úrculo. El artista madrileño es también el creador de los actuales Soles Repsol, unos galardones fabricados en cerámica esmaltada y pintados a mano en un taller de la Región de Murcia. En el caso de los Soletes se ha querido continuar con la misma línea gráfica, aunque la imagen cuenta con dos particularidades: el contorno difuminado y la sonrisa. “La misma con la que vuelves a casa” después de visitar alguno de los locales de la lista, indica la Guía.