Guiso exprés de lentejas con mejillones en escabeche

Un plato de cuchara sabroso y reconfortante que se prepara en poquísimo tiempo casi sin más trabajo que abrir una lata y un tarro, y encurtidos para rematarlo con un toque picantito y gustoso

Cocina de ensamblaje, perfecta para días con poco tiempoMònica Escudero

De los creadores de “las lentejas de bote son tus amigas” y los productores de “comidas rápidas y apañadas de fondo de despensa”, llega a vuestras pantallas este guiso exprés en el que las legumbres se mezclan con elementos no muy novedosos: el vinagre -que se usa para alegrarlas ya en el plato, tal cual o en forma de guindilla encurtida en diferentes formatos-, el sofrito y el pimentón, que se añaden normalmente durante la cocción.

Además, les añadiremos otro ingrediente no tan común pero que les dará un toque muy sabroso: los mejillones que acompañan a estos aderezos en la clásica lata de escabeche que, si no tienes en la cocina, puedes encontrar fácilmente en cualquier supermercado. ¿Hace falta que estos mejillones sean gordos como puños? Yo suelo usar para este tipo de recetas unos de tamaño mediano en aceite de oliva, y reservo los buenos buenísimos para comerlos solos en el aperitivo, pero allá cada cual con sus gustos y presupuestos. Prueba el guiso durante la cocción y decide si quieres añadir un poco más de pimentón (a veces las conservas son un poco planas).

Para una versión extremadamente vagoneta solo hay que usar mejillones en salsa de vieira -una de mis paradojas culinarias favoritas, con esa salsa se comercializan varios mariscos, pero no el que le da el nombre-, que ya tienen incorporado el sofrito. Para una versión más finolis, puedes pasar la salsa o el escabeche por la batidora para conseguir una emulsión cremosa. En cualquier caso, es importante que los mejillones no pasen por la cazuela para que no se resequen o se rompan, el calor residual del guiso será más que suficiente para templarlos.

Si quieres cocinar las lentejas desde crudo -aquí te dejamos unos cuantos trucos para que te salgan perfectas-, hiérvelas con una cabeza de ajos partida por la mitad y una o dos hojas de laurel y aprovecha para preparar más cantidad (para esta receta necesitarás unos 350 gramos en seco). Yo suelo hacer un kilo entero cada vez y, si veo que no las vamos a usar en los siguientes tres días -algo que no suele pasar porque entre platos de cuchara, ensaladas, cremas, un curry o lo que sea nos las ventilamos deprisa-, las congelo y listo.

Tiempo: 15 minutos

Dificultad: Podría hacerlo una ameba

Ingredientes

Para 4 personas

  • 800 g de lentejas cocidas (con su líquido de cocción)
  • 1 cebolla grande
  • 3 dientes de ajo
  • 80 g de tomate frito (o 2 cucharadas de concentrado de tomate)
  • 2 latas de mejillones en escabeche (de unos 120 gramos, peso sin escurrir)
  • Sal
  • Aceite de oliva
  • Piparras, guindillas o alegrías riojanas (opcional)
  • Perejil (opcional)

Instrucciones

1.

Pelar y laminar los dientes de ajo. Dorarlos en una cazuela con un poco de aceite a fuego medio-bajo, desde frío. 

2.

Mientras, pelar y picar la cebolla y añadir a la cazuela donde tenemos el ajo. Dar unas vueltas, subir un poco -muy poco- el fuego y dejar que se dore (añadir un chorrito de agua para que suelte vapor y no se pegue si es necesario).

3.

Si se quiere, separar con una cuchara un poco del aceite de la conserva de mejillones. 

4.

Poner el tomate y remover un minuto para que se integre. Verter las lentejas, remover y añadir el escabeche de los mejillones y un poco de agua (no tiene que quedar muy caldoso). 

5.

Llevar a ebullición suave unos 10 minutos, removiendo un par de veces en el proceso. Servir con los mejillones y unas piparras, alegrías o guindillas por encima, rematar con el aceite -si lo hemos reservado- y un poco de perejil picado (opcional). 

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