350 nuevos ‘soletes’ Repsol: lugares donde comer y beber bien (a buen precio) en el centro de las ciudades españolas
La guía española presenta una tanda de restaurantes, bares, pastelerías, cafeterías y coctelerías que ensalza esos negocios que resisten el paso del tiempo con una clientela fiel
Ha llegado el otoño, con temperaturas benévolas, lo que lleva a la gente, ya de vuelta de las vacaciones, a salir a la calle, a reencontrarse con la ciudad, a disfrutar del ocio al aire libre. De hecho, algunas ciudades, como Madrid, parece que están de fiesta permanentemente.
Como viene siendo costumbre, Guía Repsol distingue —en esta novena edición, y lleva más de 3.600 negocios seleccionados— a locales con cierta gracia y precio amable para comer, tomar una copa o merendar dentro de las ciudades. Son aquellos que lucen el solete, una pegatina amarilla en la puerta del local, una recomendación que, según la citada guía, no defraudan.
María Ritter, directora de Guía Repsol, explica: “Es la época del año en la que se retoma la ciudad con apetito, como si la hubieras estado echando de menos en verano. Quedas con amigos, celebras con la familia y te tomas algo con los compañeros de trabajo. Siempre hay un sitio perfecto, según el momento, para el café y el pincho a media mañana, para el vermú, para convertir una comida de trabajo en un disfrute o para un picoteo informal antes del cóctel más sofisticado”. La presentación de la guía se celebra este jueves en Santander, ciudad que acogerá este fin de semana el evento gastronómico Santander Foodie.
En el centro de las ciudades, no solo de las capitales de provincias, sino también en localidades como Cartagena, Gijón, Santiago de Compostela —donde se encuentra el cocinero Jorge Gago al frente del restaurante O Testo—, Reus o Talavera de la Reina, es donde se explican las diferentes categorías de la distinción.
Desde el nacimiento de estos reconocimientos, en verano de 2021, los establecimientos premiados están clasificados en cuatro categorías diferentes: bares, barras y tascas; cafeterías y pastelerías; restaurantes y casas de comidas; y vinotecas y coctelerías. También pretenden reconocer el valor de negocios que han resistido el paso de los años y las modas sin perder el encanto y la clientela, en su mayoría local, a la vez que apoyan a jóvenes que se inician en su primer proyecto.
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