
INTELIGENCIA ARTIFICIAL
La IA avanza, los despidos crecen… y estalla el debate sobre si debería (o no) pagar impuestos
La pregunta suena provocadora, pero resume un debate real que ya está encima de la mesa: si la inteligencia artificial acaba haciendo el trabajo de millones de personas, ¿quién paga entonces los impuestos que hoy sostienen las arcas públicas? Las grandes tecnológicas están invirtiendo miles de millones en estas herramientas mientras recortan plantilla, y eso ha encendido todas las alarmas.
El impacto es real, pero aún imposible de medir:
- Expertos como Sanjay Patnaik recuerdan que la recaudación depende sobre todo del trabajo humano, aunque admiten que el efecto de la IA sigue siendo una incógnita.
- Es decir, puede disparar la productividad y, al mismo tiempo, destruir empleos.
Entonces, ¿tiene sentido un impuesto a la IA? Para economistas como Daniel Waldenström, no.
- Considera que no hay pruebas de un aumento significativo del desempleo y que ni siquiera está claro qué se consideraría “robot” a efectos fiscales.
- Su receta es mantener los impuestos existentes sobre trabajo, consumo y capital.
- El Fondo Monetario Internacional coincide en evitar un impuesto directo porque podría frenar la innovación, pero sí pide vigilar el impacto.
Las ganancias pueden llegar, pero no para todos a la vez. Si la IA crea empleos más productivos y mejor pagados, la recaudación podría recuperarse.
- Pero la transición será lenta, con riesgo de más desigualdad y de que los trabajadores menos cualificados se queden atrás.
©Foto: Malte Mueller (Getty Images)