Ex miembros del Opus Dei hablan de como era su vida en la orden: explotación, manipulación y problemas de salud mental
El Opus Dei, la organización fundada hace casi 100 años por Escrivá de Balaguer, atraviesa un momento crítico. La fiscalía argentina ha acusado a cuatro de sus responsables de trata y explotación de personas, y el Vaticano está revisando sus estatutos. Ex miembros del Opus relatan a EL PAÍS su proceso de captación siendo menores.
Lucía Giménez, una de las pioneras en la denuncia argentina. Fue reclutada a los 13 años en un pueblo rural de Paraguay. Se quedó en la obra 20 años trabajando como cocinera y limpiadora para 15 hombres en una casa en Buenos Aires. Nunca le pagaron para su trabajo.
- “Tenía la espalda destrozada y estaba muy mal psicológicamente. Me daban ataques de pánico en la calle porque yo no sabía qué era la calle”, recuerda.
Laura, nombre ficticio de una española. Entró en la Obra con 18 años y salió a los 44. La captaron con la promesa de ofrecerle formación profesional, pero acabó sirviendo en un centro en Madrid donde vivían otros miembros del Opus.
- La ingresaron varias veces en hospital tras dos intentos de suicidio. “Pero yo no quería morirme, quería salir de allí”, dice.
Blanca, fue captada en un colegio. Cuenta que el suyo es un modelo muy común: “Padres que no son del Opus, pero que te mandan ahí porque el nivel académico es bueno y creen que en los colegios no hay labor de captación, pese a que es el principal foco”.
© Foto: Opus Dei Rome (Getty Images)
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