La ciencia encuentra una explicación a por qué a veces quieres y no puedes hacer ejercicio
En muchas ocasiones, la intención de practicar deporte no es suficiente para acabar haciéndolo. Esta brecha entre lo que queremos hacer y realmente hacemos puede tener una explicación científica (incluso instintiva): la teoría de la minimización del esfuerzo en la actividad física.
¿De qué trata? En el pasado, la supervivencia dependía de conservar energía para después tener fuerza para cazar o enfrentarse a un entorno peligroso. Hoy en día, nuestro cerebro sigue programado para evitar el esfuerzo excesivo.
Pero hay diferencias. Hay personas más dispuestas a esforzarse físicamente que otras.
- Estudios recientes han demostrado que las personas con mejor función ejecutiva (capacidad para planificar y para resistir impulsos) tienen más probabilidades de mantenerse activas físicamente.
- Y la actividad física mejora aún más esta función, creando un círculo que e refuerza a sí mismo.
¿Entonces no se puede dejar de ser sedentario? Sí, los expertos creen que la clave para entrar en este círculo está en convertir la actividad física en algo placentero.
- Por ejemplo, con ejercicios que nos generan sensaciones agradables y refuerzan el hábito, como caminar en la naturaleza o hacer ejercicio con música.
© Foto: Emirmemedovski (Getty Images)