‘Del cielo a Madrid’

El profesor de dibujo técnico Félix Castaño rinde homenaje a los héroes de la pandemia reflejando el cielo de Madrid en su obra y lanza un guiño a su mujer, anestesista que estuvo al pie del cañón desde el primer momento

felix castaño

“No hay ningún otro atardecer como el de Madrid”. Eso piensa Félix Castaño cada vez que contempla la puesta de sol en su ciudad, cuya espectacularidad se debe a la ausencia de cerros y montañas en el horizonte. Y ese cielo tan despejado fue el que iluminó a este docente para diseñar una de las réplicas con las que vestir al Oso y al Madroño que han resultado ganadoras del concurso ¡Muchas Gracias, Madrid!.

Amante del mundo del cómic, Castaño quiso diseñar en el oso un dibujo que “mostrara los edificios más emblemáticos con sus espacios verdes, porque ese color es el que para mí reflejaba la esperanza de salir de todo esto cuanto antes”, indica este madrileño de 44 años. Y, sobre todos ellos, un límpido cielo azul arropando a los ciudadanos.

En menos de una hora, su diseño ya estaba listo y enviado. Aunque reconoce que, sin la ayuda e insistencia de sus alumnos a los que enseña plástica y dibujo técnico, no se habría presentado: “Hicieron varios bocetos en el colegio. Me arrepiento de no haber mandado algunos de sus diseños, porque muchos tenían un altísimo nivel”, comenta satisfecho este profesor.

Castaño recuerda el confinamiento como una etapa muy dura. Su mujer, anestesista en el hospital Ramón y Cajal de Madrid, es una de esas heroínas a las que Castaño quería homenajear con el proyecto: “Jamás ha dejado de estar al pie del cañón, entiendo su agotamiento y hastío. Fue muy duro ver cómo se tenía que desinfectar entera antes de abrazar a nuestros hijos cada vez que volvía de trabajar”. E insiste: “Hace falta más inversión, medios y personal”.

Lo mismo reclama para la educación, a la que define como “uno de los pilares fundamentales junto a la sanidad y la justicia’'. En su opinión, fue ejemplar el comportamiento del profesorado “por cómo supo adaptarse, sin directrices y en tiempo récord al mundo online”. Explica que todo lo fueron aprendiendo sobre la marcha, pero a pesar del “miedo, estrés y locura que supuso el encierro, logramos impartir todo el temario y sacamos con creces ese curso y el siguiente gracias al esfuerzo colectivo”, añade, orgulloso.

Castaño confiesa que, además del homenaje, con su obra ha querido exaltar esa luz intensa y esos tonos rojizos del cielo de una ciudad al caer la tarde, y que provocan que “cada día esté más enamorado de Madrid”.

Iberia apoya esta iniciativa

El homenaje que rinde Félix Castaño en su obra es lo que impulsó a Iberia a participar en este proyecto y apoyar el talento de su autor: “Cómo ha pintado los edificios más representativos de la ciudad, así como sus zonas verdes y su cielo, es una muestra de cómo Madrid se ha convertido en un destino turístico” al que el 80% de sus visitantes llegan, precisamente, a través de ese cielo en avión, explican desde la aerolínea. Y añaden: “Madrid es nuestra casa, donde Iberia desarrolla su actividad, donde trabaja la mayor parte de nuestros empleados, donde generan riqueza y prosperidad y donde conectamos a personas a uno y otro lado del mundo”. Por eso, la elección de la plaza de la Villa como emplazamiento de esta obra tiene mucho simbolismo: es uno de los sitios más representativos del casco histórico de la ciudad, rodeada de edificios como el de Cisneros, de 1537 y que alberga parte de las dependencias del Ayuntamiento. 

El símbolo del oso y el madroño de Madrid

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