Sánchez pide cambiar el nombre al plan de Von der Leyen: “El término ‘rearme’ no me gusta en absoluto”
El presidente español se coloca con las posiciones de progresistas que discuten el enfoque militarista del plan de 800.000 millones que anunció la presidenta de la Comisión
Pedro Sánchez ha decidido dar un salto discursivo importante a su llegada a Bruselas, justo antes de entrar al Consejo Europeo, para mostrar sus primeras discrepancias claras con el plan de 800.000 millones de euros que anunció la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, hace dos semanas. El presidente español se ha mostrado en contra del nombre, ReARM Europe (”rearmar Europa”) por su contenido claramente militarista. En Italia ha habido ya mucho debate en contra de este nombre, al que se oponen desde los progresistas de Elly Schlein, de la familia política de Sánchez, a la propia Giorgia Meloni, muy alejada políticamente del español. Sánchez ha sido muy claro: “Tenemos algunos matices sobre el marco en el que se desarrolla el discurso del libro blanco de defensa. A mí el término rearme no me gusta en absoluto, no comparto ese término. Creo que tenemos que hablar de otra manera, dirigirnos de otra manera a nuestros ciudadanos cuando hablamos de la necesidad de mejorar las capacidades en seguridad y defensa”.
Sánchez no rechaza así el fondo del plan, ni la idea de que haya que aumentar el gasto en defensa. Pero el presidente español lleva semanas intentando que se incluya también los gastos en seguridad, es decir no solo armamento sino inversión para cibeseguridad, control de fronteras o lucha contra el terrorismo. Sánchez sí discute el discurso político, y esto supone un cambio significativo en un momento en el que el presidente vio en la ronda de portavoces que hizo la semana pasada que muchos de sus aliados, y también en Sumar, existen muchas discrepancias con la idea del aumento del gasto en defensa.
El presidente del Gobierno se suma así a una corriente en contra de un enfoque exclusivamente militarista. En Italia ya se ha propuesto una alternativa, en vez ReARM Europe, Defend Europe, pero de momento Sánchez no ha concretado qué nombre le gustaría. En una segunda intervención inicial ante la prensa, esta vez en inglés, Sánchez ha insistido en ese mensaje que llevaba preparado de rechazo al nombre y dado alguna explicación más detallada. “No me gusta el término rearme. Creo que la UE es una alianza de soft power [poder blando]. En estos días tenemos también una obligación de hard power [poder duro], pero también tenemos que reforzar nuestra capacidad de soft power. Esta es la principal objeción que tengo con el término rearme”, ha explicado.
“Estamos de acuerdo con aumentar nuestro gasto en defensa, pero también tenemos que tener esta visión de la seguridad, porque como siempre les digo a mis colegas en la mesa en el Consejo Europeo, es importante tener en cuenta que los desafíos que enfrentamos en el sur de Europa no son los mismos que en el Este. Esto quiere decir que tenemos que reforzar nuestros controles fronterizos”, ha rematado Sánchez, que está presionando mucho para que se acepten estos gastos en el concepto más amplio de “seguridad y defensa” y de esta manera reducir el peso del aumento del gasto en defensa. De hecho España e Italia, que también presiona en este sentido, han logrado un cambio importante en el borrador de las conclusiones de esta cumbre. Donde antes ponía “defensa europea” ahora hay un apartado que dice “defensa y seguridad europeas” y también se colocan allí conceptos que interesan especialmente a Sánchez y en lo que ha insistido mucho como la “visión 360″, que implica más conceptos que la defensa en exclusiva.
Las concesiones podrían, sin embargo, acabar ahí. En Bruselas hay pocas ganas de ampliar el concepto de defensa en el sentido que piden países como España. La Comisión aboga por una definición precisa e inequívoca que permita avanzar rápidamente en su plan, temerosa de que algunos caigan en la tentación de hacer pasar por defensa otro tipo de gastos, sobre todo aprovechando la cláusula de escape del pacto de estabilidad propuesta para incentivar el gasto en seguridad de los países. Ante el escepticismo ciudadano en algunos países, Bruselas apuesta por que los gobiernos hagan un mayor esfuerzo y expliquen que la amenaza “existencial”, como se define en la capital belga la situación, es real para todos los europeos, estén más cerca o lejos de la frontera rusa. Fuentes de la Comisión Europea señalan que son conscientes de la sensibilidad que genera en algunos países este nombre de “rearm” y admiten que están intentando ampliar el foco y hablar también de seguridad, pero no dan garantías de que se vaya a cambiar el nombre del plan.
España e Italia son dos países muy endeudados —Italia bastante más— y con poco margen fiscal, en los que además según las encuestas las opiniones públicas rechazarían cualquier ajuste social para subir gastos en defensa. De hecho, Sánchez ha garantizado que no reducirá un solo céntimo de gasto social para aumentar el de defensa, algo trascendental no solo para sus socios a la izquierda sino también para su propio electorado socialista.
El presidente español ha aprovechado además el arranque de una cumbre en la que se va a hablar mucho de competitividad para reivindicar el Pacto Verde, un gran acuerdo europeo que precisamente ahora pone en cuestión el PP desde Valencia, después del pacto para los Presupuestos con Vox. “Es importante trasladar que la transición ecológica no es un freno a la competitividad, al contrario. Es fundamental cumplir con el Pacto Verde para ser más competitivos”, ha explicado el presidente.
Sánchez también ha defendido que Europa debe ser un interlocutor clave en las negociaciones de paz sobre Ucrania. “Europa tiene que estar en la mesa” de negociaciones entre Estados Unidos, Rusia y Ucrania, ha reclamado.
El jefe de Gobierno español también ha resaltado la importancia de la invitación a la cumbre de los Veintisiete al secretario general de la ONU, António Guterres, en un momento en que “hay grandes potencias que están abandonando acuerdos multilaterales”, ha indicado en referencia a Estados Unidos y su marcha del Acuerdo de París o de la Organización Mundial de Salud (OMS).
Justo en una coyuntura así “es importante que Europa dé una señal inequívoca de la defensa del orden multilateral” y que “demuestre un mayor compromiso si cabe con debates multilaterales” en materia de cambio climático o ayuda al desarrollo, ha indicado, recordando que Sevilla albergará en los próximos meses una conferencia de financiación al desarrollo en la que reclamará que se hable de “cómo reformar el sistema de financiación internacional”. “El desafío de Europa es crecer hacia adentro y abrirse aún más hacia afuera, seguir tejiendo lazos con Mercosur, Chile, México, Canadá, India. Estamos en un momento en que necesitamos más Europa, más seguridad y más defensa”, ha concluido.
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