Las vidas que se llevó la dana
Una mujer y su bebé, un agricultor jubilado, un guardia civil fuera de servicio... La peor catástrofe natural en décadas ha arrasado con más de 200 vidas
La catástrofe provocada por la dana se ha llevado consigo más de 200 vidas; la inmensa mayoría en Valencia, pero también en Castilla-La Mancha y Andalucía. Es el peor desastre natural en España en más de medio siglo. Entre las víctimas hay una mujer que murió con su bebé, un agricultor jubilado, un guardia civil fuera de servicio, una pareja de británicos que se había mudado a España para disfrutar del sol... Estos son algunos de los nombres, fotografías e historias de quienes han fallecido a consecuencia de las riadas más graves de la historia reciente de España. EL PAÍS irá actualizando este muro de la memoria conforme vaya verificando las identidades de las víctimas.
Lourdes María García Martín y Angelina Tarazona García
34 años y 3 meses
Paiporta
Lourdes nació en Venezuela hace 34 años y llevaba cinco en Paiporta. Cuando vieron que las inundaciones se complicaban, salieron en su coche hacia Valencia ella, su marido, Antonio Tarazona, y su bebé de tres meses, Angelina. El agua se lo impidió. Antonio, que consiguió salir por la ventana de su vehículo cuando el agua alcanzaba el metro y medio, intentó resguardar a su hija, pero la fuerza de la riada arrastró el coche. No pudo hacer nada por Lourdes y Angelina, cuyos cuerpos fueron encontrados el miércoles 30 de octubre.
Rubén Lima Rábago
33 años
La Torre
Patrullero de la Policía Local de Valencia. Rubén era hijo de otro policía local jubilado y llevaba en el cuerpo local desde 2019. Servía en el Distrito Marítimo porque es una unidad con mucha actividad relacionada con la Seguridad Ciudadana y a él le gustaba. “Un día como hoy, Rubén hubiera sido el primero en ofrecerse voluntario para ayudar donde sea. Era muy querido entre todos”, explica un compañero. Su cuerpo apareció el jueves 31 de octubre en un garaje de la pedanía de La Torre, en la ciudad de Valencia.
Eva Canut
54 años
Ribarroja
Eva residía en Valencia, iba saliendo de su trabajo en el polígono de la Reva, en Ribarroja, junto a su amiga, cuando las sorprendió el agua en la carretera. Ambas salieron del coche y lograron subirse encima de un vehículo, según contó la propia Eva por teléfono a su familia. Pero tiempo después, la corriente separó a las dos mujeres. La amiga sobrevivió, pero tras varios días de búsqueda, se ha confirmado el fallecimiento de Eva. “Se nos ha ido la persona más increíble, maravillosa, luchadora y preciosa del mundo”, ha dicho su hija en una publicación en X.
Janine Mercado Rodríguez
32 años
Ribarroja
Janine, de origen boliviano, estaba embarazada de ocho meses. Trabajaba en el polígono de Ribarroja. En la tarde del martes 29 de octubre regresaba del trabajo a su casa cuando se desató la tromba de agua. Por el último contacto que sus familiares tuvieron con ella, se sabe que se había subido encima de un coche para mantenerse a salvo. Un hombre que estaba con ella sobre ese mismo coche, y que sobrevivió, explicó a los medios que un contenedor chocó contra ellos, por lo que cayeron al agua. Una amiga suya explicó a EL PAÍS que le faltaban dos días para pedir la baja por maternidad.
Milagro Martínez Martínez
63 años
Picanya
Salió a las 18.45 del martes de su trabajo como administrativa en una fábrica de espumas y colchones en Picanya, rumbo a su casa en Silla. La tromba de agua la sorprendió en el camino, subió al capó del coche y fue arrastrada por la corriente. “Era una maravilla de mujer, todos la apreciaban y ella respetaba a todos”, asegura su marido, José Enrique Domingo. El Ayuntamiento de Silla respaldó que era “una persona muy querida” en el pueblo. Era madre de un joven de 22 años.
Iluminada Ramírez Villalba
81 años
Alfafar
Iluminada vivía sola en su casa en los bajos de un edificio en el barrio conocido como Parque Alcosa, en Alfafar. Cuando comenzó todo, Juan Carlos Peñalver, su hijo, llamó a su vez a su hijo, nieto de la mujer, Abraham Peñalver, para que fuera a recoger a su abuela, lo que fue imposible debido a que ya estaban cortadas las carreteras, por lo que tuvo que irse a la casa de su pareja, donde estuvo incomunicado por un día y medio. Su abuela, que era “terca”, no quiso subir al piso de alguno de sus vecinos de toda la vida. Cuando pasaron las inundaciones, una de las hijas de Iluminada fue a la casa de su madre y comprobó que ella no estaba allí, por lo que se alegraron de que finalmente hubiera decidido irse, aunque seguían sin encontrarla. La familia publicó un anuncio de desaparición y, a partir de entonces, cuenta Abraham, la familia comenzó a recibir información falsa de que estaba viva o de que la habían encontrado muerta. Tras varios días de búsqueda por su propia cuenta, un Guardia Civil, que era familiar, les aseguró que él mismo había recogido el cuerpo de Iluminada, que aparentemente fue arrastrada por el agua fuera de su casa.
Nelson Quijano
59 años
Valencia
Nelson, colombiano, oriundo de Bucaramanga, había viajado en julio a España para reencontrarse con su hijo, Diego, que vive en Valencia y a quien no veía hacía tres años. El plan inicial era pasar unas vacaciones, pero cada vez cogía más fuerza la idea de arraigarse con su esposa (que también había viajado con él) en Valencia, junto a su hijo. Días antes de su muerte, había hablado con su hermano en Colombia y le había dicho que le estaba yendo muy bien, que estaba muy contento. De hecho, el martes de la tragedia estaba trabajando con una furgoneta llevando envíos. De regreso a su casa, se encontró un atasco por las inundaciones. Le dio tiempo a llamar a su hijo y le dijo que tenía mucho miedo. Días después fue encontrado su cuerpo.
Ernesto Fuster Lázaro
70 años
Picanya
Ernesto estaba en su casa en Picanya junto a su esposa cuando comenzó la inundación. Sobre las 19.00, sin dar explicaciones a su mujer, salió de su casa y se subió al coche. No regresó. Una de sus hijas, que también vive en Picanya, volvía del trabajo a esa hora cuando llamó a sus padres para avisarles de que no podía entrar al pueblo porque las vías estaban cortadas debido a las inundaciones, cuenta Sara, su hermana e hija del matrimonio. Por eso, la familia cree que Ernesto quizás salió de casa porque quería encontrar un camino alternativo para que su hija no se quedara varada en medio de la carretera. O que quizás solo quería ver el estado en el que se encontraba el pueblo.
Fernando Páez Robles
62 años
Benetússer
Cuando comenzaron las inundaciones, Fernando bajó a ver a su esposa que estaba trabajando en el Consum de Benetússer, en la misma calle donde vivían ambos. Tras verla, bajó al aparcamiento del supermercado y no supieron más de él. El vehículo fue encontrado, pero él no. La familia no supo nada de su paradero durante días, hasta que un familiar les avisó de que a través del ADN que había aportado la hermana de la víctima cuando puso la denuncia de desaparición, habían identificado el cuerpo. La familia no sabe aún dónde ni cuándo ha sido encontrado.
Don y Terri Turner
78 y 74 años
Pedralba
Don y Terri eran británicos, se mudaron a España hace una década porque “siempre habían querido vivir en una zona soleada”, contó la hija de ambos, Ruth O’Loughlin, a la BBC. Los Turner salieron el martes por la tarde a echar gasolina, justo el día de la inundación. El jueves, unos amigos fueron a su casa para saber de ellos y encontraron a sus mascotas solas y el coche no estaba en el garaje. Fue ahí cuando avisaron a las autoridades, que poco después encontraron ambos cuerpos dentro de su vehículo, en una carretera cercana a Pedralba.
Jorge Díaz Mullor
42 años
Buñol
Iba de regreso a casa en su coche la noche del martes. Jorge estaba casado con Jessica Bermejo desde 2008 y tenía dos hijos gemelos de 14 años. Su familia encontró su cuerpo en un barranco. Era amante del fútbol y del baloncesto, de hecho, era jugador del Club Baloncesto Turís. Tanto el club como la Federación de Baloncesto de la Comunidad Valenciana expresaron sus condolencias por la muerte del deportista. “Maravillosa persona, lo queríamos involucrar en la directiva por sus valores”, ha dicho también el expresidente del club de fútbol del que sus hijos formaban parte.
Andrés Treviño
76 años
Paiporta
Andrés padecía Alzheimer, por lo que vivía en la residencia de Paiporta, donde murieron seis personas mayores. En su juventud fue marinero, principalmente trabajó en un barco de transporte de contenedores. Pero al nacer su hija Raquel, decidió establecerse en tierra firme. Su siguiente trabajo fue como encofrador y, aunque no le dejaba mucho tiempo libre, siempre tenía espacio para su familia, contó su hija Raquel Treviño a los medios.
Isabel Ibáñez
84 años
Catarroja
Isabel falleció ahogada en Catarroja cuando estaba en su casa cenando. Isabel trabajó como modista, incansable, para dar una vida mejor a sus dos hijos. Uno de ellos, Juan José, va cada día a limpiar el cementerio de Catarroja para poder enterrarla allí junto a su padre, Salvador, como ella deseaba. “Mare, vaig lluitar per vosté i per totes les víctimes per la vostra mort. No vaig a parar hasta que tinguem penes de presó. Pelearé per la vostra justícia. Et vuic, mare” ("Madre, luché por ti y por todas las víctimas por vuestra muerte. No voy a parar hasta que tengamos penas de prisión. Pelearé por vuestra justicia. Te quiero, madre"), ha dejado escrito en su estado de WhatsApp.
José Carlos Macario Gil
63 años
Cheste
El cuerpo de José Carlos fue encontrado en un campo de naranjos cerca de la localidad de Cheste. Se encontraba a varios cientos de metros del vehículo que conducía el martes 29 de octubre, cuando regresaba a casa desde el trabajo. Deja atrás seis hijos. Dos de ellos, Cristian y Paco, de 40 y 30 años, habían estado buscándolo durante días por los barrancos y campos en torno a Cheste. "Mi padre nació en Cheste, en su casa, y ya fue un superviviente desde su nacimiento, ya desde pequeño era muy amigo de sus amigos, era muy familiar, cariñoso, sociable y zalamero y bruto como nadie", cuentan sus hijos. "Le encantaban los toros, iba siempre con nuestra tía Fabi", recuerdan. "Era muy trabajador, muy bueno con sus hijos, con los que mantuvo y entre los que propició que hubiera muy buena relación", relatan. "Le encantaba jugar al frontenis e ir de acampada. Fue siempre, siempre un luchador".
Adolfo Torres Lafuente
51 años
Paiporta
Adolfo había dedicado 34 de sus 51 años a servir en la Guardia Civil, desde que tenía 17. Era natural de Ojos Negros, un municipio de poco más de 300 habitantes en Teruel, pero pasó la mayor parte de su carrera destinado en Valencia. La enorme tromba de agua y lodo le sorprendió en el cuartel de Paiporta, de donde sus propios compañeros no pudieron rescatar su cuerpo hasta dos días más tarde.
Jorge Garrido Rosas, Raquel Pagán Romero y Neizan Garrido Pagán
45 años, 43 años y 4 años
Aldaya
Jorge y Raquel salieron desde Calicanto hasta Aldaya a recoger a su hijo Neizan, de 4 años, en el colegio. El agua pilló al matrimonio y al niño de vuelta a casa. Tenían una empresa de desatascos, Desatascos Realizat, en la que Raquel se encargaba de la contabilidad y la gestión administrativa.
Susana Vicent Vidal
30 años
Pedralba
Susana, con síndrome de Down, apareció sin vida tras 10 días de búsqueda, cuenta su madre, Susana Vidal. En el momento de la catástrofe, ella y su padre, Jose Javier Vicent Fas, de 56 años, se encontraban en una casa rural en Pedralba, un municipio de unos 3.000 habitantes en la provincia de Valencia. El hombre continúa desaparecido. Su familia intentó buscarlos allí, pero la vivienda estaba totalmente destrozada por dentro y sin rastro de ellos. La madre trabaja en un centro de salud ocupacional y el padre se dedicaba a las tareas de la casa.
Francisco Moreno Garcés
77 años
Picanya
Paco, como era conocido por sus amigos y familiares, vivía en la calle Sant Francesc, en el municipio de Picanya. Estaba soltero y no tenía hijos, según contó su sobrino a EL PAÍS. Era un agricultor jubilado de 77 años de Picanya. Como tanta gente en este municipio, se dedicó profesionalmente al cultivo de la naranja. Como jubilado, tenía una vida muy corriente y rutinaria en la que todas las mañanas frecuentaba el mismo bar para tomarse un café y reunirse con la gente. Paco era muy conocido en Picanya, pues toda su familia era de allí de toda la vida.