Ferraz registra la última noche de protestas antes del debate de investidura
Unos 1.300 participantes acuden a la calle de la sede de PSOE, mientras que apenas medio centenar se concentra en las cercanías del Congreso
La investidura de Pedro Sánchez prevé dos jornadas intensas en el Congreso y sus inmediaciones. Sin embargo, en la víspera de la primera de las dos sesiones del debate en la Cámara baja, las ya habituales concentraciones cerca de la sede federal del PSOE, en la madrileña calle de Ferraz, han aflojado esta semana en afluencia e intensidad con respecto a la pasada. Fuentes de la Delegación del Gobierno en la Comunidad de Madrid cifran en 1.300 personas las asistentes el martes, unas 100 más que las 1.200 del lunes y la misma cifra del domingo anterior, pero lejos del récord del jueves, día festivo en la capital, cuando concitaron a 8.000 participantes.
Las protestas en contra de la ley de amnistía han dejado, un día más, imágenes variopintas. Si en los últimos días grupos de asistentes rezaban el rosario, la noche del martes varios manifestantes han irrumpido en las primeras filas de la concentración con una veintena muñecas hinchables al grito de “vuestras madres, aquí están”, “puteros” o “no es una sede, es un puticlub”. Otro de los cánticos que se han escuchado son “la deuda catalana que la paguen tus fulanas”, en referencia a la condonación de un porcentaje de la deuda de Cataluña contraída con el Estado.
Muchos vecinos de la zona, en apariencia ya acostumbrados a las continuas protestas nocturnas, bajaban a pasear a sus perros o tomaban algo en los bares de calles circundantes a la sede, como Quintana, Buen Suceso o en la misma Ferraz, en sus zonas más alejadas de los manifestantes. La sucesión de manifestaciones ha paralizado la actividad social y económica del barrio durante días, provocando la molestia de vecinos y hosteleros.
El ambiente en la calle Marqués de Urquijo era similar al del domingo, con grupos reunidos en círculo. La actitud era tranquila, se compartían cervezas y chascarrillos, con poca participación en los cánticos. La distribución espacial era la ya habitual desde que comenzaron las protestas. Los más jóvenes y radicales, la mayoría miembros de Revuelta, copaban las primeras filas junto a la valla policial y cantaban animosamente en contra de Pedro Sánchez, la amnistía o el expresident Carles Puigdemont. En un segundo escalón, familias de edad más avanzada quedaban rezagadas a la esquina.
La presencia de banderas rojigualdas se ha intensificado con el paso de los días; eso sí, de la veintena que se apreciaban el martes en las primeras filas, tan solo dos lucían el escudo constitucional. La mayoría habían arrancado la heráldica y la habían sustituido por el símbolo de Noviembre Nacional. Otros simplemente lucían banderas rojigualdas con un toro, y en menor medida, había banderas franquistas y carlistas.
Ante cada aparición del helicóptero policial que sobrevolaba la zona, como ya es costumbre, se escuchaban gritos homófobos en contra del ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska. A partir de las 10, una noche más, se intensificaron los gritos y el tono de los mensajes se revestía de un color ultra. “PSOE, PP, la misma mierda es”, “moros no, España no es un zoo”, “España cristiana y no musulmana” y “prensa española manipuladora” eran algunos de los cánticos que se escuchaban, junto a todo tipo de insultos, silbidos y cortes de mangas contra la zona habilitada para los periodistas.
Proximidades del Congreso
Otra protesta, aunque muy minoritaria, también se ha llevado a cabo en las proximidades del Congreso. Medio centenar de manifestantes se han concentrado en la esquina de la plaza de Neptuno con la Carrera de San Jerónimo, donde se encuentra la Cámara baja, para mostrar su rechazo, no solo a la ley de amnistía, sino a todo el sistema político surgido de la Transición. Equipados con megáfonos y luciendo pancartas en defensa de la “libertad” y la “separación de poderes”, el tono de los concentrados no tenía nada que ver con lo presenciado durante los últimos 11 días en la calle Ferraz.
En lugar de centrar las críticas en la figura de Pedro Sánchez, los oradores han enmendado el sistema político español en su totalidad, comparándolo con un “casino trucado” en el que “siempre pierde la libertad de los ciudadanos”. Según los convocantes, el problema no reside en Sánchez, ni tampoco en el PSOE o el PP, sino en una “partitocracia” que se engendró en 1978 y que no se solucionará mientras el modelo del Estado español siga vigente. La organización ha estado a cargo de Junta Democrática de España, en un evento que no ha contado con la presencia de manifestantes ultras.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
Más información
Archivado En
- España
- Investidura parlamentaria
- Investidura parlamentaria Pedro Sánchez 2023
- PSOE
- Congreso Diputados
- Sedes sociales
- Ultraderecha
- Manifestaciones
- Delegaciones del Gobierno
- Ley de amnistía
- Políticos
- Partidos políticos
- Política
- Manifestaciones políticas
- Marchas protesta
- Cargas policiales
- Ultras
- Partidos ultraderecha
- Derecha alternativa