¿Por qué ha ardido tan rápido el incendio de Tenerife?
La configuración del terreno y la presencia del pino canario han contribuido a que el fuego de Arafo y Candelaria fuera tan virulento
La rápida expansión del incendio de Tenerife, estabilizado desde el 25 de agosto, se ha debido principalmente a la densidad forestal de la zona y a su orografía, es decir, a la forma del terreno y los montes. Ha sido el incendio más extenso del año y ha preocupado a las autoridades, sobre todo por su virulencia. El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, ha definido el incendio como “una tormenta perfecta”.
Las llamas han ardido durante una semana, arrasando casi 15.000 hectáreas, y han afectado en el entorno del 30% de la superficie forestal de la isla. Han golpeado gran parte de la Cordillera Dorsal, que asciende desde la punta superior de la isla hacia el Teide, situado en la parte central. Aquí se encuentran espacios naturales protegidos como Las Lagunetas, el Parque Natural de la Corona Forestal, el Parque Nacional del Teide y también el Observatorio Astronómico homónimo (que no ha llegado a ser alcanzado por las llamas).
La Laguna
S/C de Tenerife
La Orotava
Candelaria
Foco del fuego
Güimar
Teide
Adeje
Núcleos
de población
20 km
La Laguna
S/C de Tenerife
La Orotava
Candelaria
Güimar
Parque Natural
Adeje
20 km
La Laguna
S/C de Tenerife
La Orotava
Candelaria
Güimar
Parque Nacional
del Teide
Adeje
20 km
La Laguna
S/C de Tenerife
La Orotava
Candelaria
Güimar
Adeje
20 km
El foco principal se originó el 15 de agosto cerca del municipio de Arafo, de unas 5.600 personas, y se extendió por los bosques que fue encontrando a su paso. Sin embargo, las características geológicas de la zona y la labor de los servicios de emergencias, que crearon una línea de control, evitaron que avanzase hacia los municipios cercanos.
Fue clave en este sentido la densidad forestal en esta área de la cordillera. El incendio debería haber ascendido hasta el Teide, el punto más alto de la isla, pero no fue así: el terreno forestal decrece conforme asciende el terreno hasta casi desaparecer. Y el fuego no encontró alimento para continuar. Desde el punto inferior del terreno calcinado, unos 200, hasta el más alto, a unos 2.200, hay alrededor de 2.000 metros.
Pero hasta ese punto, el pino canario, que ocupaba unas 41.000 hectáreas antes del incendio, ha funcionado casi como gasolina. El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, explicó que las piñas de este árbol explotaban “como cotufas [canarismo de las islas occidentales para denominar las palomitas de maíz]” y se propagaban incandescentes. Además, recordó que, debido a la sequedad del terreno, “aquello corrió como la pólvora”.
Las dimensiones del mayor incendio 2023 son más comprensibles al comparar su extensión con la de grandes ciudades. La superficie quemada iguala la capital de la isla, Santa Cruz de Tenerife. Si se compara con una metrópoli como Madrid, equivale a un cuarto de la urbe.
En un verano con menos incendios que hace un año, cuando hubo fuegos asoladores como los de Zamora, en la Sierra de la Culebra y en Losacio, o el de Bejís, en Castellón, que rondó las 18.000 hectáreas, las llamas de Arafo-Candelaria representan el desastre más grave en suelo español.