Cruzar España para dar un abrazo en Marruecos tras dos años de espera: “Esto es la calma antes del tsunami”
La Operación Paso del Estrecho arranca con calma, a la espera de los picos de movimientos que se esperan para julio
Fátima Gámez y Samal Lamaayzy arrancaron su todoterreno negro la tarde de este pasado miércoles y condujeron los 1.001 kilómetros que separan Vitoria de Algeciras con las paradas justas para descansar. 15 horas después, ya al filo del mediodía del jueves, esperaban tranquilos, pero agotados, en la zona de espera habilitada en estos días para embarcar en el ferri que les llevará a Tánger. “Cuando bajas, tienes la ilusión”, se justifica Lamaayzy. Él y su mujer tienen un abrazo pendiente en Rabat desde hace dos años. Como la suya, el puerto algecireño es un condensador de historias familiares a ambos lados del Estrecho que se quedaron congeladas por la pandemia y la crisis diplomática con Marruecos.
Con ambas trabas aparentemente superadas, la Operación Paso del Estrecho ya ha comenzado con la calma tensa inicial que es habitual y con la duda de si funcionará un nuevo sistema de venta de billetes que anima a buena parte de los 3,6 millones de viajes esperados de ida y vuelta, procedentes de todos los puntos de Europa, a comprar su embarque antes de llegar a puerto.
Los puertos de Algeciras y Tarifa —ambos gestionados por la misma autoridad— condensan el 70% de los movimientos de pasajeros de cada OPE, aunque este pasado jueves por la mañana costaba imaginarlo ante la calma chicha de solo unas decenas de coches atestados de maletas y bultos atados con maestría en sus bacas. “Me gusta decir a mi gente que esto es solo la calma antes del tsunami que se nos viene”, bromea Esther Mendoza, inspectora jefe del Puesto Fronterizo del puerto algecireño. Nada fuera de lo habitual en el mayor operativo europeo de movimiento de viajeros. Los primeros días de junio —oficialmente arrancó el miércoles pasado— son solo un espejismo de lo que viene detrás. “En julio, cuando los niños cojan las vacaciones, esto será muy diferente”, apunta el trabajador Francisco Orihuela, mientras canaliza los coches que están a punto de embarcar, como el de Gámez y Lamaayzy.
A ese factor se suma otro de peso, la Fiesta del Cordero —una de las grandes celebraciones de los musulmanes—, que este año cae el próximo 9 de julio. “Esos serán los días de alta intensidad”, adelanta Mendoza. Para ese momento, se espera que los 15.995 agentes de la policía y la Guardia Civil ya estén desplegados en los puertos de Algeciras, Tarifa, Málaga, Motril, Melilla, Ceuta, Almería, Valencia y Alicante —estos tres últimos puntos, conectados con puertos de Argelia— , además de los diversos puntos intermedios de un recorrido que también abarca zonas clave, como los pasos fronterizos de La Junquera (Girona) e Irún, conectados mediante la DGT con los puertos de embarque para evitar colapsos.
Después de recorrer miles de kilómetros, esos 3,6 millones de viajes de pasajeros y 800.000 vehículos esperados entre el movimiento de ida de estas semanas y el de vuelta que arranca ya a mediados del verano —1,8 millones de personas y 400.000 vehículos—, se encuentran con un engrasado engranaje digitalizado a tiempo real que empleará a 22.000 profesionales, entre fuerzas de seguridad, sanitarios, traductores, técnicos de puerto. En total, son hasta siete compañías navieras y 33 buques los que operan en 7.500 metros cuadrados de muelles y 500.800 de explanadas de espera que, en el caso de Algeciras, estarán plenamente operativas en las próximas semanas. Por ahora, a fecha del 15 de junio, por todos los puertos andaluces han pasado 5.549 pasajeros y 1.756 vehículos: el 85,1% de esos movimientos se han producido en los puertos de Algeciras y Tarifa, según cifras de la Delegación del Gobierno en Andalucía.
La ausencia de viajes en el Estrecho marcada por la pandemia, primero, y la crisis con Marruecos, después, llenó de desolación los alrededores del puerto algecireño, que ha perdido hasta diez millones de pasajeros en estos dos años. Después de que en abril se retomasen los enlaces con Tánger, Josef Bentaouet, dueño de la cafetería Snack El Puerto, ubicada en la avenida más cercana a la infraestructura, esperaban “una OPE histórica”. Pero el empresario tiene sus dudas: “Por ahora, no lo hemos notado mucho, esperemos a ver si la semana que viene va mejor”. Bentaouet teme que la subida de los precios de los carburantes y de los billetes de ferri lastren los buenos resultados que se esperaban para esta operación marcada por el reencuentro.
Lamaayzy cifra rápido el incremento: “Los billetes del barco nos han costado 433 euros, el precio casi se ha duplicado con respecto a 2019. Solo en la ida y en la vuelta, creo que nos gastaremos unos 1.000 euros, cada vez compensa menos con respecto al avión”. Con todo, el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández trabaja con unas estimaciones de crecimiento de viajes “del 10%”, en la senda del aumento constante de cifras de la OPE de los últimos años: “Las ganas de viajar después de dos años son grandes, además el itinerario de los que han viajado por Francia o Italia —en 2021 fue la única alternativa dada por Marruecos— eran trayectos de dos o tres días en el mar. Tanto en tiempo como en dinero, esta es la ruta más rentable”.
La subida generalizada de precios no es la única traba que se encontrarán los viajeros en esta OPE. Este año, se pide a los usuarios que viajan en coche hasta el puerto de Algeciras que vayan con el billete cerrado y comprado de antemano, en lugar de hacerlo en el mismo puerto. “Insistimos en la necesidad de que los pasajeros lleguen al puerto con billete cerrado para planificar todos los servicios que vamos a darle”, encomió este pasado miércoles Manuel Sánchez Alcázar, jefe del Departamento de Protección de la APBA, en referencia a las colas de espera que se pueden producir ante los mostradores de venta de las navieras. Pese a las quejas que ha despertado la medida entre usuarios y asociaciones de magrebíes en España, Fernández asegura que es “una recomendación, pero no es obligatorio”. “Se está haciendo porque la adquisición previa con billete cerrado mejora todo el operativo para el viajero”, apunta el delegado del Gobierno.
Ajena a tanta cifra y operativo, a Fadila —”con el nombre ya está bien”, aclara— lo único que le importa es ver por fin a su hermana, que la mañana de este jueves estaba a punto de llegar a Algeciras en su particular Operación Marhaba —nombre que recibe la OPE en Marruecos—. La tangerina de origen, residente desde hace décadas en Algeciras, está alegre por la llegada, aunque le cuesta olvidar los dos años que estuvo sin poder visitar a su madre en Tánger. “Aquello sí que fue un sufrimiento de verdad. El primer día que abrió el puerto de Tarifa ahí estaba yo. Me monté en el barco, me hacía fotos y decía ‘esto no puede ser”, explica entusiasmada la mujer, preparada ya para dar otro abrazo robado durante demasiado tiempo.
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