Juan Carlos I, preguntado si dará explicaciones a su hijo: “¿De qué?”
El rey emérito asegura que espera de su visita este lunes a La Zarzuela “muchos abrazos y ver a la familia”
Ha sido una breve conversación con una periodista de La Sexta desde el interior del vehículo de su amigo Pedro Campos, en el que el rey emérito regresaba del Club Náutico de Sanxenxo, sentado en el asiento del copiloto, una vez concluida la jornada de regatas.
—¿Qué la va a decir mañana [por este lunes] a su hijo?
―¿Cómo que qué le voy a decir? ¿Qué le dirías tú a tu hijo?
―Supongo que tendrá muchas ganas de verle.
―Hombre, muchísimas.
―¿Le va a dar algún tipo de explicaciones?
―Explicaciones ¿de qué?
Tras esta breve conversación, el vehículo ha arrancado mientras se escuchaba la risa de Juan Carlos I.
La gran tormenta que cayó el sábado por noche en las Rías Baixas no borró la sensación de bochorno. Poco antes de las 10.30, el rey emérito se trasladaba al puerto deportivo. A la salida del domicilio fue preguntado por primera vez sobre la visita que hará este lunes a La Zarzuela para verse con su hijo: “A eso voy, a eso voy”, contestó mientras saludaba brevemente. Posteriormente, desayunó en el puerto deportivo con la tripulación del Bribón. A la salida aseguró que su estancia estaba yendo “muy bien” y, cuando se le insistió en el encuentro previsto para este lunes con Felipe VI, contestó: “Pregunta tú. Yo estoy aquí, en Sanxenxo”, aunque no quedó claro si había entendido bien la pregunta o eludía la respuesta.
Después fue trasladado al pantalán para llevar la caña del Bribón, que ganó la prueba en la modalidad de seis metros de embarcaciones clásicas (construidas antes de 1970) en el IV Circuito Copa de España. Tras recibir el premio pasadas las 16.30 en la marina, volvió a intercambiar unas palabras con los periodistas a su salida para decir que espera “muchos abrazos y ver a la familia” este lunes. En todo momento se le ha visto caminar con bastante dificultad, apoyado en un bastón y en miembros de la tripulación.
Un puñado de curiosos esperaba su llegada bajo un cielo a punto de descargar en la que era la tercera jornada completa del rey emérito en la localidad. Una mezcla de muestras de cariño y alguna protesta le han acompañado, entre la indiferencia de la mayoría de los ciudadanos. “Pensé que había una fiesta”, comentaba Pilar Roget, una turista que pasa unos días de vacaciones, a propósito de la concentración de medios de comunicación. Rafael Turnes, hostelero compostelano, se preguntaba por el rechazo hacia la figura del emérito por los delitos eue pudo haber cometido. “¿Que si robó? Se lo regalaron. ¿Que no lo declaró? Ahí estuvo el fallo, pero yo creo que fueron sus asesores. Este hombre ha dado mucho más a España durante su reinado”. Otros paseantes han afeado las protestas que el sábado concentraron a varias decenas de personas con lemas como “Galicia no tiene rey”. “Eran cuatro gatos del BNG”, decía Antonio Sánchez, acompañado por unos amigos. “Hizo mucho por este país durante la Transición. Hay que ponerlo todo en la balanza”, opinaba Pedro González, que se acercó al puerto con unos amigos. Para la gallega Duli Pérez, lo relevante de la visita es “el incentivo turístico” que supone para las Rías Baixas, “más allá de lo que hizo, que ahí no entro”. Durante la entrega de premios, decenas de personas se asomaron a la barandilla del puerto para aplaudir al exmonarca. El alcalde, Telmo Martín, confirmó que volverá a Sanxenxo en junio para ver las regatas del campeonato del mundo de vela y criticó a los que pensaban que la visita iba a pasar desapercibida: “Hay más juancarlistas de lo que se quiere hacer creer”.
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