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¿Cansado de ligar en Linkedin y Wallapop? Ahora también puedes hacerlo en Spotify

La plataforma de ‘streaming’ de audio más popular se suma a la moda de convertir cualquier servicio digital en una red social

Una persona cualquiera escucha una canción. Le recuerda a alguien. Desbloquea el móvil, pulsa el botón de compartir y, luego, el logo de Whats­App. Selecciona un contacto y la envía. Hasta agosto, ese intercambio ocurría fuera de Spotify. Pero la empresa se ha subido a una ola que recorre el universo de las aplicaciones: la interacción dentro de la plataforma. Ahora, los oyentes pueden enviarse mensajes privados sin abandonar el servicio de audio.

Cada vez más aplicaciones apuestan por integrar funciones sociales. La industria de los videojuegos fue pionera, pero fenómenos como Strava —el servicio deportivo que ha crecido vertiginosamente en los últimos meses— o Duolingo demuestran cuán importante es crear comunidades de usuarios, sin importar el rol que tenga la aplicación. El ingeniero en inteligencia artificial Tibor Blaho afirma incluso que ChatGPT está probando una versión beta para incluir mensajes directos.

Según ha comunicado Spotify por correo electrónico, la novedad se debe al interés de los usuarios por “compartir canciones, podcasts y audiolibros con amigos y familiares, así como para llevar un mejor seguimiento de las recomendaciones que reciben”. Pero para Borja Adsuara, abogado experto en derecho digital, el cambio responde a una estrategia de fidelización. “Mientras creas lazos con otros usuarios, creas lazos con la aplicación. Porque, claro, te das de alta por el precio, pero si están ahí tus amigos ya no te das de baja”.

Toda nueva forma de contacto supone una posibilidad de exposición. El chat de Spotify identifica y muestra los hiper­vínculos de canciones, podcasts, listas de reproducción o audiolibros intercambiados entre dos personas por fuera de la aplicación años atrás. Aunque podría parecer una amenaza para la protección de datos, Adsuara lo interpreta como un paso hacia una comunicación más segura: “Vamos hacia eso. La manera de luchar contra los ciberdelitos es tener herramientas que no permitan suplantar identidades”. El abogado ha planteado en 2023 una propuesta para crear un registro de equivalencias entre seudónimos en redes sociales y nombres reales para que los jueces puedan identificar rápidamente delitos digitales. Por su parte, Spotify afirma que la plataforma recopila metadatos (quién envía un hipervínculo a qué número y cuándo) con fines de seguridad y para sugerir a quiénes enviar mensajes.

La herramienta, que había sido descartada en 2017, puede utilizarse en móviles en la versión gratuita y en la de pago, pero solo para mayores de 16 años. Como se ha visto en otras aplicaciones, que sea posible enviar mensajes directos puede trastocar la finalidad de las plataformas. LinkedIn, por ejemplo, un espacio pensado para tejer vínculos de trabajo, ha sido utilizada muchas veces para ligar e, inversamente, Grindr, Tinder y Bumble, para buscar trabajo y hacer networking. Y pueden deslizarse mensajes menos inocentes, como los que utilizan Wallapop y Vinted para enviar mensajes sexuales. Al igual que en las otras plataformas, Spotify permite reportar mensajes y bloquear usuarios para evitar contactos no deseados.

Hace ya tiempo que la música salió del armario de la intimidad. La plataforma ya había abierto esa puerta cuando habilitó las listas de reproducción colaborativas, las jams y la “actividad de amigos”, una función que muestra en tiempo real las canciones y podcasts escuchados por las personas seguidas. Los mensajes directos acentúan ese camino que, hasta ahora, otras plataformas como YouTube, Netflix, Disney+ y HBO no han experimentado.

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