Lleida, la aventura interminable
El turismo activo garantiza emociones fuertes en esta provincia del interior de Cataluña. Más aún si es entre paisajes tan deslumbrantes
Es en verano cuando la naturaleza convierte a Lleida en el destino perfecto para soltar adrenalina por tierra, agua y aire. Algunas propuestas: descender en rafting por los ríos Noguera Ribagorzana, Noguera Pallaresa, Garona y Segre, al pie de los Pirineos; disfrutar del piragüismo, hidrotrineo, vela, windsurf y ultratube en entornos tan impresionantes como el embalse de Rialb, el Ràfting Parc de La Seu d’Urgell, las balsas de Gimenells, Sant Llorenç de Montgai y la Torrassa, entre otros; o lanzarse en parapente en Àger y Organyà.
Mención aparte merece el senderismo, con centenares de rutas señalizadas para todos los niveles. Algunas ascienden a los picos más emblemáticos de Cataluña, como la Pica d’Estats, el Sotllo, el Montardo, el Besiberri y el Comaloforno. Para reconectar con la naturaleza, el plan ideal es adentrarse por el Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, con sus bosques de pino negro y abeto entre 200 lagos naturales. O recorrer el Parque Natural del Alt Pirineu, el más extenso de Cataluña. Se pueden descubrir estos paisajes a pie, en bicicleta o a lomos de un caballo. Pero hay mucho más: espeleología, vías ferratas, escalada, descenso de cañones...
Cultura popular
Lo mismo sucede con el patrimonio cultural. La Ruta Joan Oró permite conocer cómo se generó la vida en la Tierra con visitas a lugares como el Parque Astronómico del Montsec, el Pirineus Geological Open Museum y el conjunto rupestre de la Roca dels Moros. O participar de 39 experiencias vinculadas con el aceite gracias a Oleoturismo de Lleida. Una última recomendación para dar la bienvenida al verano: contemplar las bajadas de fallas por los pueblos de las comarcas de El Pallars Jussà y El Pallars Sobirà, La Val d’Aran, L’Alta Ribagorça y L’Alt Urgell. Pura magia.