Salamanca: inspiración dorada, azul y verde
Contemporánea, universitaria y viva las 24 horas del día, esta ciudad es Patrimonio de la Humanidad. Su legado histórico, el encanto nocturno y la naturaleza conforman un destino con museos, programas y planes a diario
A orillas del río Tormes se alza, majestuosa y orgullosa de su historia, Salamanca. Declarada por la Unesco como ciudad Patrimonio de la Humanidad, basta con pasear por las calles de su casco histórico para entender los motivos. Fundada hace ya ocho siglos, su Universidad es la más antigua de España y mantiene vivo el recuerdo de profesores ilustres como Miguel de Unamuno y Fray Luis de León.
Durante este paseo, se suceden las paradas para admirar de cerca su patrimonio monumental: la Plaza Mayor, la Casa de las Conchas, el edificio de la Universidad, sus dos catedrales, el puente Romano, la Clerecía, el convento de San Esteban, el Palacio de Anaya... Desde las torres de la Catedral, el recorrido denominado Ieronimus permite contemplar la ciudad desde las alturas. Lo mismo sucede con Scala Coeli, un itinerario por lo alto de las torres de la Clerecía. También es una delicia acercarse a otros espacios como el río Tormes, el Huerto de Calixto y Melibea y los parques que salpican este destino con más de dos millones de metros cuadrados de zonas verdes. O a cualquiera de sus museos: Casa Lis, el Palacio de Monterrey o el de Historia de la Automoción son algunos de ellos.
Paraíso gastro
Para reponer fuerzas, nada mejor que parar en sus bares y restaurantes, que atesoran hasta tres Estrellas Michelin. El Foro Internacional del Ibérico, que se celebra el 30 y el 31 de octubre, es otro evento de referencia, con degustaciones en la calle y la presencia de un centenar de cortadores de jamón. Ya por la noche, es momento de rematar el viaje, con conciertos y una gran oferta de ocio.