Un tinto soberbio

Puede estar orgulloso Carlos San Pedro, creador, propietario y director de Bodegas y Viñedos Pujanza, de la labor realizada. Ha logrado en solo 20 años situarse entre los mejores representantes del nuevo vino de Rioja, el que progresa en torno al concepto de terruño. Basa la excelencia en diferenciar las fincas y parcelas, elaborando cada una por separado, partiendo del viejo viñedo plantado en las zonas más altas, sean heredadas o adquiridas. En su caso, empezó con un pequeño viñedo familiar de casi una hectárea ubicado en Laguardia, co...

Puede estar orgulloso Carlos San Pedro, creador, propietario y director de Bodegas y Viñedos Pujanza, de la labor realizada. Ha logrado en solo 20 años situarse entre los mejores representantes del nuevo vino de Rioja, el que progresa en torno al concepto de terruño. Basa la excelencia en diferenciar las fincas y parcelas, elaborando cada una por separado, partiendo del viejo viñedo plantado en las zonas más altas, sean heredadas o adquiridas. En su caso, empezó con un pequeño viñedo familiar de casi una hectárea ubicado en Laguardia, corazón de la Rioja Alavesa. Majuelo que ha ido ampliando con distintas parcelas emplazadas en las zonas más altas de la zona, hasta reunir las 40 hectáreas actuales.

De la plantada en 1973 sale este soberbio tinto de fuerte personalidad. Junto a esta extraordinaria materia prima hay un trabajo concienzudo de elaboración, con una crianza de 14 meses en roble francés. Un impactante vino de finca, expresivo, con la impronta del terruño reflejada en sus elegantes y complejos aromas a frutillos silvestres, notas florales, hierbas balsámicas, tostados y especias. De paladar suculento pero fresco, el vino crece en la botella según pasan los años.