Un diálogo de fruta y flor

Tras plantar 40 nuevas hectáreas de viñedo en Los Yébenes (Toledo), a una altura media de 850 metros sobre el nivel del mar, Carlos Galdón refunda en 2007 la vieja bodega Tierras de Orgaz. Lo tiene claro: lo primero es la viña, el resto ya vendrá. Elige cuidadosamente el terreno: un paisaje elevado, en pendiente, duro, solano, con la superficie cubierta por una gruesa capa de cantizal que sujeta la temperatura en las frías noches continentales; debajo, la fina capa de arcilla roja, húmeda y esponjosa, cubre la piedra caliza, q...

Tras plantar 40 nuevas hectáreas de viñedo en Los Yébenes (Toledo), a una altura media de 850 metros sobre el nivel del mar, Carlos Galdón refunda en 2007 la vieja bodega Tierras de Orgaz. Lo tiene claro: lo primero es la viña, el resto ya vendrá. Elige cuidadosamente el terreno: un paisaje elevado, en pendiente, duro, solano, con la superficie cubierta por una gruesa capa de cantizal que sujeta la temperatura en las frías noches continentales; debajo, la fina capa de arcilla roja, húmeda y esponjosa, cubre la piedra caliza, que presagia finura, aromas estilizados, frescor. Allí, la viña convive con los olivos y las colmenas, con el ciervo y el jabalí. Cuenta con el asesoramiento de Ignacio de Miguel, señor de los mil vinos manchegos, y el buen hacer profesional del enólogo José Carlos Serrano y el ingeniero agrónomo Pablo Rodríguez Pinilla. Sus logros llegan: Buchamel, Leyenda de Albora.

Con Mernat blanco 2017, elaborado con la variedad francesa viognier y sometido a una oportuna crianza sobre lías, consigue un blanco de aroma frutal maduro, donde dialogan la fruta carnosa, de hueso, y tropical, con la flor blanca y violeta, todo en un luminoso paisaje herbáceo. Sabroso, de textura sedosa, compensa su goloso paladar con el frescor de su acidez cítrica.