Un tinto cálido

Luis Alegre es un ejemplo de continua superación, pero sin perder sus raíces. Empezó en la década de 1960 como cosechero de la Rioja Alavesa, cuna de la maceración carbónica, tipología entrañable, jovial y desenfada, que ha surtido históricamente de tintos jóvenes a las tabernas del País Vasco. Luego enfocó su elaboración en los vinos de alta calidad, basados en parcelas de viñedo propio, como el soberbio Pontac, o el Parcela Nº 5. Ahora saca Desbastado, un paso de gigante en su tinto de cosechero, que refin...

Luis Alegre es un ejemplo de continua superación, pero sin perder sus raíces. Empezó en la década de 1960 como cosechero de la Rioja Alavesa, cuna de la maceración carbónica, tipología entrañable, jovial y desenfada, que ha surtido históricamente de tintos jóvenes a las tabernas del País Vasco. Luego enfocó su elaboración en los vinos de alta calidad, basados en parcelas de viñedo propio, como el soberbio Pontac, o el Parcela Nº 5. Ahora saca Desbastado, un paso de gigante en su tinto de cosechero, que refina su elaboración mediante una exigente selección de racimos de uvas procedentes de viñedos de 60 años de edad. Y con el toque maestro de Alejandro Simó, director técnico y gerente de la bodega, apoyado en la pericia de la enóloga Marta Gallego, que afina su crianza de precisión dejando que el vino repose durante 24 horas en barrica nueva, con leve desbastado posterior. Consigue así un tinto cálido y muy fragante, con abundante carga frutal, carnosa, exótica y silvestre, notas de flor y regaliz, y un tenue fondo presentido de especias. Ya en boca, convence su propuesta sápida, de mayor complejidad y estructura, pero expresada con festiva y golosa tersura, que deja un largo regusto de fresca y licorosa frutosidad. Ejemplo de tradición bien entendida.