18 fotosSi me fuera de viaje...Las sugerentes fotografías que El Viajero ha publicado en los últimos meses en su sección Búscame ahí... 08 feb 2013 - 11:10CETWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceHasta el 3 de marzo, el Museo ICO expone en su sede en Madrid 18 proyectos de Ma Yansong (Pekín, 1975), uno de los puntales de la nueva generación de arquitectos chinos, fundador del estudio MAD en Pekín. De allí han salido proyectos como el Museo de la Ciudad Nueva de Ordos (en la foto), un experimento urbanístico construido, tabula rasa, en el desierto de Mongolia Interior, donde Kublai Khan tenía su palacio de verano. El edificio, sinuoso y fluido como las arenas del Gobi, está inspirado en la Manhattan Dome de Buckminster Fuller, de la que toma su estructura geodésica, recubierta por refulgentes lamas de metal: “En Xanadú, Kublai Khan mandó construir una fabulosa cúpula, donde Aleph, el río sagrado, corría por inmensas cavernas de hielo hacia un mar sin sol” (Coleridge). / Isidoro MerinoIwan BaanLos primeros europeos que vieron la isla de Bali (Indonesia) fueron los marineros del buque que capitaneaba el explorador holandés Van Houtman. Ocurría en 1597, y parte de la tripulación se negó a abandonar aquel remanso de niebla, volcanes y arrozales. Un paisaje insular en el que rompe con estruendo la cascada de Git-Git, a 600 metros de la sinuosa carretera a Lovina y Singarajá, en la costa norte. Los holandeses volvieron a Bali en 1906, pero como colonizadores, lo que terminó en una pupután, el suicidio colectivo en combate de la familia real balinesa: el rajá de Dempasar quemó su palacio y junto con todo su séquito y guardias con sus familias, ataviados con túnicas blancas (el color de las cremaciones) y sus mejores joyas, se lanzaron contra los fusiles holandeses blandiendo solo sus kris, dagas ceremoniales de hoja ondulada. / Isidoro MerinoGonzalo AzumendiLas esquilas que llevan al cinto avisan de la llegada de los boteiros, con sus vestimentas multicolores y máscaras negras rematadas por enormes pantallas de enrevesados motivos geométricos. Lo aparatoso de los tocados —más de un metro y hasta 15 kilos de peso— no les impide correr y brincar entre el público y los folions, grupos de vecinos que acompañan a los boteiros con estruendo de bombos, azadas, guadañas y trébedes por las calles de Viana do Bolo (Ourense) y las parroquias vecinas durante los días que dura el entroido, como se conoce en Galicia el carnaval. Sobre todo en el desfile del Domingo Gordo, que este año cae el 10 de febrero. Ese día se celebra también la Festa da Androlla, embutido de cerdo similar al botillo leonés y protagonista de una gran comilona, a la que asisten más de dos mil personas. / Isidoro MerinoJuan Carlos Muñoz'Brioso', 'Bailarín', 'Acróbata', 'Cometa', 'Cupido', 'Trueno', 'Relámpago', 'Juguetón' y 'Rodolfo'. Así se llaman los nueve renos que el próximo lunes, 24 de diciembre, tirarán del trineo de Santa Claus para repartir juguetes por todo el mundo. No sabemos el nombre del reno de la foto, tomada cerca de la aldea de Ivalo, en la Laponia finlandesa, pero sí el del sami que aparece a su lado: Into, que en lengua sami significa entusiasmo. Los sami, pastores de renos en las tundras de Laponia, un territorio que se extiende más allá del Círculo Polar por Noruega, Finlandia, Suecia y la península rusa de Kola, tienen más de 60 palabras para referirse a la nieve. Tal riqueza de vocabulario cobra sentido por encima de los 66º de latitud norte (el paralelo que marca los límites del Ártico), donde Into tiene su granja de renos, y Santa Claus, su aldea. / Isidoro MerinoGonzalo AzumendiEn ocasiones los desiertos florecen. También los gélidos desiertos de la Antártida o el Ártico, solo que allí las flores son blancas y de hielo, un fenómeno natural habitual en los mares polares (la sal marina actúa como un catalizador facilitando su formación), aunque también se da en otras latitudes. Se produce cuando el agua que hay bajo una capa superficial de hielo se evapora y escapa por las fisuras de este; si la temperatura exterior es suficientemente baja, el vapor de agua se sublima (pasa directamente del estado gaseoso a sólido) cristalizando en forma de delicadas plumas o flores blancas. Las de la foto cubren un arroyo helado en Graveyard Flats, un valle de las Montañas Rocosas en el Estado de Alberta, al oeste de Canadá. Se accede desde Calgary; con Delta (www.delta.com), desde 621 euros. / Isidoro MerinoDavid ClappPitayas, rambutanes, mangos, plátanos, guayabas, lumyais, mangostanes, manzanas de agua, santols, snake fruits (frutas serpiente), lichis y durianes (fruta espinosa de punzante olor) aportan color al mercado flotante de Damnoen Saduak, en Ratchabury, a unos ochenta kilómetros al suroeste de Bangkok. Damnoen Saduak apareció como escenario de una frenética persecución de fuerabordas en la película de James Bond El hombre de la pistola de oro (1974), y desde entonces es una excursión que incluyen todos los circuitos turísticos por Tailandia. Además de frutas exóticas, los más audaces pueden probar delicatessen locales como cucarachas o gusanos de seda fritos. Una alternativa más auténtica, aunque no tan colorista, son los klongs de Bangkok, los canales que se extienden a lo largo del río Chaopraya. / Isidoro MerinoGonzalo AzumendiPaul Nicklen, fotógrafo canadiense de National Geographic especializado en las regiones polares, aguardó sumergido en las gélidas aguas del mar de Ross, en la Antártida, hasta que una bandada de pingüinos emperador emergió, envuelta en chorros de burbujas, hasta el único agujero abierto en la superficie helada con peces para sus polluelos. La imagen, ganadora del concurso de fotografía medioambiental Veolia, se exhibe hasta el 3 de marzo, junto con las de otros finalistas, en el National History Museum de Londres. “Traduzco a fotografías lo que dicen los científicos: que con el calentamiento global no solo se funde el hielo de las regiones polares, sino que se pierden ecosistemas enteros; espero que mis fotos ayuden a entender cómo están interconectados”, explica Nicklen (http://paulnicklen.com). / Isidoro MerinoPaul Nicklen / VeoliaCentenares de estrellas de mar rojas y naranjas de la especie Oreaster reticulatus se concentran en la playa de Boca del Drago, al noroeste de la isla de Colón, en el archipiélago panameño de Bocas del Toro. En Panamá existen 414 especies de equinodermos (categoría taxonómica que también engloba los erizos de mar, las ofiuras y las holoturias), entre ellos 83 tipos de estrellas de mar, animales de simetría pentarradial con cinco brazos dotados de pies ambulacrales que les permiten moverse por el fondo o adherirse a las rocas. A la playa de las estrellas se llega en barco o por carretera desde Bocas, al sur de la isla, accesible por avión desde Ciudad de Panamá o en ferry desde Almirante, en tierra firme. / Isidoro MerinoJuan Carlos MuñozSi se llama Tippi Hedren, como la actriz protagonista de la película Los pájaros, de Alfred Hitchcock, no se compre una pareja de periquitos, pero sobre todo no viaje a Bass Rock, el peñasco que aparece en la foto rodeado por bandadas de alcatraces y gaviotas como los que casi se comen viva a la actriz en el filme. Año tras año, a comienzos de enero, miles de alcatraces atlánticos (Morus bassanus), viajan desde la costa occidental de África hasta Bass Rock, un islote rocoso cerca de Dunbar, al suroeste de Escocia (Reino Unido), para reproducirse. Siempre con la misma pareja, casi siempre en el mismo nido, donde permanecerán cuidando a sus polluelos hasta finales de este mes de octubre, cuando regresan a África para pasar el invierno. En Bass Rock llegan a juntarse más de 150.000 aves, la mayor colonia de alcatraces del mundo. / Isidoro MerinoJeff J. MitchellCapturar a un killer no es fácil. Hay que acercarse mucho, y a veces disparar. Hasta 66 veces disparó su cámara, equipada con un objetivo macro de 50 milímetros, el fotógrafo Thomas Shahan (www.thomasshahan.com) para tener a foco los ojos compuestos de esta Holcocephala fusca, alias mosca asesina. Es pequeña y parece una mosquita muerta, pero en realidad se trata de un feroz depredador: los asílidos, la familia de insectos dípteros a la que pertenece, persiguen a sus presas —moscas, abejas, avispas, libélulas, saltamontes— como helicópteros de combate gracias a dos alas atrofiadas que funcionan como giróscopos y les permiten realizar vuelos vertiginosos. Tras derribar a sus víctimas, inyectan con la probóscide una saliva con enzimas neurotóxicas que las paraliza y las prepara para la digestión. / Isidoro MerinoThomas Sahan“Eran buenos sueños. No se realizaron, pero me alegro de haberlos tenido”, le dice Clint Eastwood a Meryl Streep en Los puentes de Madison, la película que el actor dirigió en 1995. Los puentes cubiertos que dan título al filme se encuentran en el Estado de Iowa (EE UU), pero la película podría haber transcurrido también en Vermont, en la costa este de Estados Unidos, donde existen 106 puentes históricos (www.vermontbridges.com) de madera o de hierro, que han aparecido en largometrajes como Bitelchus (1988), de Tim Burton. El de la foto, metálico, contrasta vivamente con los intensos colores otoñales del bosque del fondo. En Vermont, y en otros Estados de Nueva Inglaterra como Maine o Massachusetts, el fall foliage, la otoñada, se vive como un acontecimiento, y las oficinas de turismo elaboran mapas de las variaciones cromáticas en sus bosques. / Isidoro MerinoDaniel GrillA veces, una fotografía de viajes incita a la reflexión. En 1989 fue detectada la presencia de una planta nunca vista antes en el lago Victoria, el segundo más grande del mundo, situado entre Kenia, Tanzania y Uganda: el jacinto de agua (Eichhornia crassipes), una planta acuática originaria de Sudamérica que se extiende con gran rapidez, colapsando los ríos y lagos de las regiones tropicales. Nadie sabe cómo llegó hasta allí, pero el hecho es que, favorecido su crecimiento por todo tipo de vertidos, una década después cubría el 15% de la superficie del lago. Los de la foto anegan el río Buriganga, uno de los más contaminados del mundo, a su paso por Dhaka, la capital de Bangladesh, donde, ante la imposibilidad de erradicarlos, se emplean como fertilizante, biomasa para producir metano o fuente de celulosa para papel. / Isidoro MerinoA. M. AHADEl rangoli, también conocido como kolam o chowkpurna, es un adorno ritual que se realiza en muchos hogares de India, una suerte de mantra silencioso empleado durante los grandes festivales hinduistas, como homenaje a la deidad y también como un gesto cotidiano y doméstico, una obra efímera y decorativa para atraer energías positivas a la vivienda. Realizado habitualmente por mujeres, el rangoli puede ser también un gesto de bienvenida o una forma de meditación. En su diseño se emplean granos de arroz coloreado, arena, cúrcuma (una especia de color amarillo), grava, pétalos de flores y pigmentos como el sindoor (bermellón en polvo) que forman patrones simbólicos o geométricos que varían según la región, la familia (algunos se transmiten de generación en generación) o el estado de ánimo. / Isidoro MerinoHEMANT METHAParecen chupachús, pero en realidad son enormes alfileres, marcas de posición en un callejero gigante de Berlín que se ha instalado sobre el asfalto de la céntrica Schlossplatz (plaza del Castillo), frente a la catedral y la torre de televisión (Fernsehturm), como parte de las celebraciones por el 775º cumpleaños de la capital alemana (www.berlin.de/775/en). El mapa, obra de un equipo de ocho artistas y arquitectos berlineses, se ha construido a escala 1:775, un guiño al aniversario de la ciudad, y está formado por 274 paneles que cubren una superficie de 2.500 metros cuadrados. Se inauguró el 25 de agosto, y durante tres meses permitirá recorrer a pie toda la ciudad sin cansarse. / Isidoro MerinoThomas PeterLos días veraniegos de Bath, suroeste de Inglaterra, pueden presentarse nubosos. Para compensar el posible gris ha llegado el Colourscape Music Festival, un evento músico-artístico que hasta el 27 de agosto permanecerá instalado en los jardines delanteros del Museo Holburne. Su escenario es un laberinto de cámaras inflables en tonos intensos que ofrecen al visitante la sensación de haber quedado envuelto en un arcoíris. Y de formar parte de una enorme escultura en movimiento de color, luz y sonido. El programa incluye música contemporánea y talleres donde el público comparte experiencias con el compositor Michael Ormiston. El primer Colourscape fue creado a principios de los setenta por el artista Peter Jones. Desde entonces, las estructuras se han vuelto más grandes y complejas, concebidas como entornos para intensificar las sensaciones de la música. / Elena SevillanoMatt CardyCierre los ojos. ¿De qué color pintaría una estrella de mar? ¿De rojo o anaranjado? En realidad, entre las alrededor de dos mil especies de asteroideas se multiplican los colores y sus combinaciones, desde el amarillo, el blanco o el naranja hasta el azul brillante de esta Linckia laevigata, la estrella de mar azul. El intenso cian de sus cinco tentáculos cilíndricos de punta redonda (la mayoría de las estrellas de mar tienen cinco brazos, aunque también las hay de 10, 20 e incluso de 40 extremidades) se debe principalmente a un pigmento llamado linckiacianina. Un ejemplar adulto puede llegar a alcanzar un diámetro de hasta 40 centímetros y se encuentran en aguas poco profundas como, en este caso, en un arrecife coralino frente a la costa noreste de la isla indonesia de Bali.Daniela DirscherlPenetrar en el interior de la Tierra por la boca de un volcán era solo una fantasía novelada por Julio Verne, pero ahora es posible vivir la experiencia en primera persona. El lugar no podía ser otro que Islandia: el volcán Thrihnukagigur, de pronunciación casi imposible para los ajenos a este país del Ártico. Ubicado en las montañas Azules, una de las regiones volcánicas más activas del país, permanece dormido desde hace 4.000 años. Como no muestra indicios de volver a despertar, se puede visitar aprovechando que la lava no rellenó la parte más superficial del volcán. Una plataforma elevadora desciende a los perplejos visitantes 120 metros desde la boca del cráter, donde lavas de vistosos colores acompañan sus pasos por unas galerías que parecen sacadas de Viaje al centro de la Tierra.Juan Carlos MuñozMás de 230 kilómetros de playas casi salvajes enmarcan la región de Alagoas (www.turismo.al.gov.br), al noreste de Brasil. Quince de ellas bañan la capital del Estado, Maceió, ribeteada de arena, cocoteros y tapiocas (chiringuitos como los que aparecen en la foto donde se sirven empanadas de fécula de tapioca con diversos rellenos). Unos 115 kilómetros al norte de Maceió se encuentra una de las playas más bonitas de Alagoas: la de Japaratinga, donde cada seis horas las aguas se retiran más de un kilómetro hasta el arrecife, dejando piscinas naturales de asombrosa transparencia, y donde cada madrugada parten los pescadores a faenar sobre frágiles jangadas (barcas planas y estrechas aparejadas con una vela). El aeropuerto Zumbi dos Palmares, a 20 kilómetros de Maseió, recibe vuelos de las principales ciudades brasileñas. / Isidoro MerinoAndre Penner