10 fotosNEGLIGENCIASUn día con Adrián, un niño con parálisis cerebral causada por una negligencia médicaUna jornada en la vida del pequeño, que sufre una discapacidad casi completa tras recibir un anestésico al que era alérgico, en imágenesEl PaísValladolid - 24 feb 2021 - 17:35CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceLos padres de Adrián Pina Pelaz, de nueve años, se turnan para recogerlo del centro de educación especial al que acude en Valladolid y llevarlo dos veces semanales a un centro de rehabilitación. En la imagen, la madre, Ana Pelaz, empuja la silla de ruedas del niño a la salida del colegio.JAVIER ÁLVAREZAdrián necesita un coche adaptado en el que quepa su silla de ruedas. El vehículo que utiliza la familia les costó 20.000 euros, más otros 10.000 para adecuarlo a las necesidades del menor. Sus padres han adaptado sus rutinas y trabajo como policías para atenderlo y llevarlo a sus terapias.JAVIER ÁLVAREZLa logopeda terapéutica Laura García, del centro hospitalario Benito Menni, trabaja con sus dedos y con estímulos de temperatura y texturas para conseguir aumentar la movilidad bucal y reducir la sensibilidad del menor. Adrián ingiere alimentos a través de un “botón” en el estómago porque podría atragantarse.JAVIER ÁLVAREZAdrián tenía 15 meses cuando lo sometieron a una resonancia cerebral para estudiar su desarrollo. Los médicos de la clínica alegaron que sufrió una parada cardíaca de “30 segundos” durante la prueba, pero análisis posteriores de especialistas achacaron la parálisis cerebral del niño a unos 10 minutos sin latido a causa de un anestésico con una sustancia a la que era alérgico.JAVIER ÁLVAREZLas capacidades motrices del pequeño son limitadas. La fisioterapeuta Gema del Olmo ayuda al desarrollo de la movilidad con ejercicios a los que Adrián reacciona con sonrisas o llantos, según cuánto le gusten. El equipo que lo cuida destaca la alegría de este pequeño pelirrojo y sonriente.JAVIER ÁLVAREZLa mejoría es lenta, explican la logopeda y la fisioterapeuta, pero su labor es muy satisfactoria cuando perciben un avance. Un truco que tienen es ponerle a Adrián dibujos animados de Peppa Pig para que se distraiga y no le molesten demasiado las manos de las profesionales.JAVIER ÁLVAREZLos padres del niño tuvieron que buscar más opiniones médicas para saber qué pasó en aquella resonancia del 5 de diciembre de 2012. La “valentía” de los facultativos, que observaron minuciosamente el caso de Adrián, sostienen, ha sido clave para que su demanda progresara y recibiera el respaldo del juez.JAVIER ÁLVAREZLa cantidad de cuidados que requiere el menor ha hecho que sus padres hayan decidido elevar el caso hasta el Tribunal Supremo. Su posición económica les permite proporcionarle aquello que necesita, pero les preocupa el riesgo que entraña su trabajo como policías. Por eso, prefieren tener un fondo económico lo más alto posible para poder pagar las atenciones.JAVIER ÁLVAREZEl sonriente Adrián abandona el centro Benito Menni tras hora y media de distintos tratamientos. Su madre lo recibe con achuchones y sentencia: “Si él es feliz, yo soy feliz”. Es el momento de irse a casa, donde les espera su padre.JAVIER ÁLVAREZEl padre, José Manuel Pina, explica que se turna con su pareja para dormir en el salón, en un sofá cercano al sillón reclinable en el que descansa Adrián. Así controlan que no se ahogue por las noches y se garantizan reposar bien al menos una de cada dos noches.JAVIER ÁLVAREZ