Ropa, móviles, libros… Así iremos de compras hasta que pase la pandemia

Inteligencia artificial, colas, mascarillas, guantes y mucha higiene

Desde que iniciamos la desescalada, poco a poco las tiendas han ido reabriendo a lo largo de todo el territorio. Primero fueron los pequeños establecimientos, y solo con cita previa. Luego se acabó lo de pedir hora y llegaron las limitaciones de aforo. Los locales más grandes también han podido volver a la actividad y en las comunidades en fase 2 han abierto los centros comerciales. Todo indica que la nueva normalidad se acerca y con ella actividades tan cotidianas como comprar. Pero la realidad es que nada es ...

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Desde que iniciamos la desescalada, poco a poco las tiendas han ido reabriendo a lo largo de todo el territorio. Primero fueron los pequeños establecimientos, y solo con cita previa. Luego se acabó lo de pedir hora y llegaron las limitaciones de aforo. Los locales más grandes también han podido volver a la actividad y en las comunidades en fase 2 han abierto los centros comerciales. Todo indica que la nueva normalidad se acerca y con ella actividades tan cotidianas como comprar. Pero la realidad es que nada es como era hace unos meses. Hay nuevas normas a las que debemos acostumbrarnos. Y junto a ellas llegan las dudas. ¿Qué medidas de seguridad tengo que tomar? ¿Puedo ir con amigos de compras? ¿Y con hijos?

Antes de salir de casa, toca armarse de paciencia. Es muy probable que nos toque hacer colas antes de entrar en los comercios. Los aforos están limitados por fases para asegurar que en el interior se puedan mantener las medidas de seguridad. En la 1 solo pueden llenar hasta un 30% de su capacidad. En la 2, hasta del 40%. Es en esta fase en la que se abren los centros y parques comerciales, que también deben cumplir esta norma. En la fase 3 aumenta la capacidad hasta el 50%. Cuando se llena, hay que quedarse fuera y seguir las indicaciones del personal de seguridad o los empleados de las tiendas, así como la distancia marcada en el suelo. Además, hay locales que tienen horarios en los que dan preferencia a las personas de riesgo: "A la hora de sus paseos [de 10:00 a 12:00 y de 19:00 a 20:00] los mayores tienen prioridad", explica Luis Tigeras Sierra, gestor de la librería Dykinson (Madrid). Algunas tiendas también han optado por tomar la temperatura en la puerta y no dejan entrar a quienes tengan 38ºC o más.

No tenemos que ir solos. Más allá de las normas que determinan el máximo de personas que pueden estar juntas en cada fase (máximo 10 en la primera y 15 en la segunda) ninguna aclara que un reducido grupo de amigos no pueda entrar en una tienda. Sin embargo, para reducir los riesgos "conviene ir con un número reducido de personas —y si son convenientes mejor— para poder mantener siempre la distancia de seguridad con los demás", indica el jefe del servicio de Medicina preventiva del Hospital Puerta del Hierro de Madrid, Ángel Asensio. Ojo, si tus acompañantes no viven contigo también hay que dejar que corra el aire. Por supuesto, se puede ir acompañado de menores.

Prohibido comprar sin mascarilla

Todas deben cumplir con las medidas de higiene indicadas desde el Ministerio de Sanidad y el de Consumo en la Guía de Protocolo y Buenas Prácticas. Es posible que los empleados nos den mascarilla si no la llevamos ya de casa, aunque no todas tienen por qué tenerlas. Eso sí, sin este complemento no podremos comprar: su uso es obligatorio en cualquier lugar cerrado y también en exteriores cuando no es posible mantener los dos metros de distancia. Lo que sí tendrán todas es gel hidroalcohólico para que los clientes se desinfecten las manos antes de empezar a tocar los productos. Y en algunas también puede que dispongan de guantes. En el interior, estarán constantemente limpiando el espacio y los productos. Una buena señal es que huela a lejía: "Es un desinfectante estupendo para el coronavirus y muchos otros patógenos. Otros, como el ozono y las lámparas ultravioleta, no garantizan la ausencia de virus y pueden inducir a una falsa sensación de seguridad", asegura Asensio.

El movimiento en el interior de las tiendas será de relativa normalidad, con acceso a los servicios y ascensores (salvo que alguna tienda decida lo contrario). La guía de buenas prácticas ministerial indica que debe haber personal para limpiar los baños después de su uso, y los ascensores tendrán marcas para delimitar los sitios que se pueden ocupar. En zonas de probadores y cajas también se marcan las distancias a través de pegatinas en el suelo. A la hora de pagar, es probable que el espacio entre el empleado y el cliente no solo esté separado por el mostrador, sino también por una mampara protectora; en algunos establecimientos han llegado incluso a instalar cabinas para minimizar el contacto.

¿Y en las tiendas al aire libre? En los mercadillos también se deben cumplir todas estas medidas para evitar contagios. Y ya no veremos un puesto pegado al otro. Ahora deben estar más separados para facilitar que se mantengan las distancias entre las personas. Y, al igual que en los locales cerrados, los tenderos deberán limpiar todo con mucha frecuencia. Ante la duda de si son más seguros por estar en el exterior, el médico repite: "Lo importante es guardar la distancia de seguridad. Sobre todo si son cerrados. Y, por supuesto, usar mascarilla". En líneas generales estos son los principales cambios que notaremos frente a lo que estábamos acostumbrados antes de que el mundo cambiara por completo con la pandemia del coronavirus, aunque después cada sector tiene sus peculiaridades.

Prendas y libros "en cuarentena"

Si lo que queremos es renovar el armario de verano, podremos pasear eligiendo la ropa que queramos y cogerla sin problema. En los probadores, probablemente nos toque hacer cola de nuevo. El dependiente que los controla no solo se fijará en la cantidad de prendas que llevamos, sino también en que no se abarrote el espacio. Para ello, algunas tiendas dejarán probadores vacíos. "Su uso será limitado al máximo posible, por ejemplo, teniéndolos abiertos y cerrados de manera alternativa", reza la guía de Consumo. Por cierto, los que se cierren con cortina solo se pueden tocar con el codo o guantes. Y es muy posible que no dejen entrar con acompañante, salvo que se trate de un menor: "No hay una regla específica al respecto, pero la lógica dice que una madre y su hijo pueden entrar juntos", asegura el presidente de la Organización Nacional de Moda Retail (Acotex), Eduardo Zamácola. Al salir, el personal de la tienda lo limpiará todo.

La ropa que no queramos se quedará en "cuarentena" para pasar por un proceso de desinfección, que dependerá de cada tienda: "No se ha recomendado ningún producto de forma oficial y esto ha hecho que hayan aparecido una cantidad increíble de 'vendemotos' como los que publicitaban el ozono, que ahora parece ser perjudicial", asegura Zamácola. En cuanto a lo que decidamos comprar, las políticas de devolución se mantienen intactas en muchas tiendas. En caso de devolver una prenda, "entrara en el proceso de limpieza", aclara Zamácola. Eso sí, nada de lavarlo en casa porque el comercio no la aceptará. Si en cambio nos lo quedamos, el presidente de Acotex recomienda seguir las pautas de limpieza indicadas en la prenda: "Siempre es mejor hacerlo antes de usarlas, sean tiempos de coronavirus o no".

Con los complementos la cosa se complica un poco más. Para probarnos zapatos no vale con ir con calcetines de casa. En las tiendas nos darán unas bolsitas de plástico o celulosa desechables para que cubrirnos primero y que la piel no roce el calzado. Lo mismo con los sombreros. "Son medidas de higiene de sentido común", dice Zamácola. Explica la guía del Ministerio que el vendedor usará mascarilla y guantes, y el comprador (además de mascarilla) deberá desinfectarse la zona del cuerpo donde se va a poner el artículo.

Similar es el proceso en las librerías, donde el personal es quien se encarga de facilitar los artículos a los clientes. "Primero se lo enseñamos nosotros y si quieren ojearlo más, colocamos el libro en una mesa para que puedan verlo los clientes. Si no se lo llevan, lo separamos y limpiamos con un producto que no lleva ni lejía ni alcohol porque daña las portadas. Después se quedan apartados entre dos y tres días", explica Tigeras Sierra.

La inteligencia artificial, espejo para el maquillaje

Los mayores cambios los notaremos en las tiendas de cosmética y maquillaje. Se acabó lo de probarse todos los productos, y no habrá ningún tipo de testers expuestos. Todo pasa por el dependiente. "Será el empleado quien hará la prueba, o bien sobre soportes adecuados o sobre la piel del cliente desinfectada previamente. Además, la mayoría de las compañías han intensificado la producción de muestras individuales y probadores para que se pueda disfrutar del producto sin ningún riesgo", aclaran desde la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa). Es la única forma de notar las diferentes texturas en la piel y el bote de una puesta te lo podrás llevar a casa.

Tampoco se puede probar el maquillaje, pero esto no quiere decir que no podamos ver como queda un tono de labial (o cualquier otro producto). La tecnología llega al rescate. "Es una experiencia completamente distinta. Hemos incorporado una aplicación de inteligencia artificial que te hace una foto en el momento y te enseña cómo queda. Puede hacerse desde la tableta del empleado o con un código QR en el móvil del cliente", indica la directora de general de L'Oréal Lujo en España, Ana Jaureguizar. Aunque por ahora solo cuentan con este programa las líneas de lujo de la marca (como son YSL Beauté, Lancôme o Armani), dice Jaureguizar que "poco a poco lo irán teniendo todas". Y se mantienen los consejeros de belleza, esas personas especialistas en qué sienta bien y qué no, pero no habrá sesiones de maquillaje. Todos los establecimientos han cortado este tipo de servicio en sus locales físicos, aunque algunos los mantienen online tanto de forma personalizada como en clases por grupos o abiertas al público.

En el resto de comercios las cosas no cambiarán tanto. En las tiendas de tecnología se podrán seguir viendo gran parte de los móviles, tabletas, portátiles, pantallas y televisores expuestos. Y hasta podemos tocarlos. Eso sí, detrás de los clientes vendrá un dependiente a desinfectar todo aquello que hayamos manoseado. En las tiendas de menaje del hogar también es posible tocar los productos (serán desinfectados después). En las de muebles, se pueden probar todos ellos, aunque estarán cubiertos con protectores y se desinfectarán después del uso de cada cliente, explican desde Ikea. ¿Y los coches? Más de lo mismo.

Si nada de esto nos convence, siempre nos quedará la posibilidad de comprar online. Sea como sea, en casa también conviene darle un repaso a los productos que compremos. "Sobre todo aquellos que vienen en paquetes duros, a los que podemos pasarles un trapo humedecido en una solución de agua y lejía", concluye Asensio.

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