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La alta velocidad llega a La Meca El AVE Medina-La Meca, el mayor proyecto de infraestructura acometido por empresas españolas en el exterior, por valor de 7.000 millones, echó a andar hace unos meses. Superados los desafíos que plantea el desierto y múltiples desavenencias entre empresas y autoridades, los saudíes ya disfrutan del tren. Una reportera de EL PAÍS ha podido subir a bordo Varios pasajeros se dirigen a la salida en la estación de Yedah. Es una de las estaciones intermedias, la anterior (o posterior, según el sentido) a La Meca, una de las dos ciudades santas musulmanas, donde nació Mahoma. Iman Aldabbagh Acceso al andén en la estación de Yedah, donde un empleado del Haramain High Speed Railway (Tren de alta Velocidad Haramain) atiende a los viajeros. El acceso en las estaciones es similar al de los aeropuertos, con distinto control de seguridad para hombres y mujeres. Iman Aldabbagh Varios pasajeros recién llegados en el tren procedente de La Meca y Yedda, se dirigen a la salida en Medina. Medina es la segunda ciudad santa del islam: allí murió mahoma en el año 632. La línea se llama Haramain High Speed Railway. Haramain significa 'Dos santuarios', en referencia a Medina y La Meca. Iman Aldabbagh El azafato sirve un café árabe a un pasajero de clase preferente en el alta velocidad La Meca-Medina. El interior del tren, fabricado por Talgo, recuerda a cualquier AVE español, pero está adaptado a los gustos del país y el servicio a sus costumbres. El personal ha sido entrenado por Renfe. Iman Aldabbagh Una 'dallah', el recipiente tradicional para servir el café árabe, y las tazas en la cafetería del AVE del Desierto. Aunque en un principio estaba previsto que se segregase a hombres y mujeres en los vagones, finalmente pueden viajar juntos. Iman Aldabbagh Llegada de los pasajeros del Haramain, el AVE del Desierto, a la estación de Medina, diseñada por Norman Foster, como todas las de la línea. Todavía hay obras en varias de ellas, como la de Yedah. Aunque lleva funcionando comercialmente desde octubre, no estará a pleno rendimiento hasta septiembre de 2019, casi tres años después de lo previsto. Iman Aldabbagh Aspecto de uno de los coches de clase económica del AVE La Meca-Medina. La primera prueba de fuego para el tren va a ser el Hajj, la gran peregrinación a La Meca a la que acuden entre dos y tres millones de fieles. Este año es en agosto. Pero la avalancha de visitantes empezará desde el Ramadán (del 7 de mayo al 4 de junio). Iman Aldabbagh El desierto desde la ventanillla del AVE del Desierto, tras pasar por KAEC, las siglas en inglés de Ciudad Económica Rey Abdalá. El desierto ha sido precisamente uno de los grandes obstáculos que ha tenido que superar el consorcio hispano-saudí que ha construido la infraestructura: las altas temperaturas y la arena, con el movimiento de las dunas, han obligado a retrasos y sobrecostes. Iman Aldabbagh Una mujer arrastra su maleta en la estación de Medina, con el talgo T-350 al fondo. La estación de Medina, obra del arquitecto Norman Foster, como todas las de la línea, es una de las que está terminada. Iman Aldabbagh