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En las entrañas del imperio del cava

Las bodegas de Freixenet y Gramona, en Sant Sadurní d’Anoia (Barcelona), abren sus puertas para explicar cómo se produce el espumoso que llaman “dos veces vino” por su larga crianza

Henkell Freixenet es el líder del mercado en España, desde donde exporta el 80% de su producción de 100 millones de botellas por todo el mundo.Jordi Adrià
Las bodegas de la marca fundada en 1914 tienen capacidad para albergar 140 millones de botellas mientras dura su crianza. Hoy custodia 80 millones.Jordi Adrià
En las cavas los 1.100 empleados de la compañía trabajan en turnos las 24 horas para responder a la campaña de Navidad, que representa el 40% de las ventas.Jordi Adrià
El cava ha de mantenerse reposando en sus botellas (en rima, se denomina en el sector) al menos durante nueve meses. Es la segunda parte del proceso de fermentación.Jordi Adrià
En los enormes depósitos ideados y patentados por Freixenet se custodian en su primera fermentación los mostos que darán lugar al cava. Las cubas los almacenan de 600.000 en 600.000 litros.Jordi Adrià
Uno de los dos robots con que la empresa centenaria va colocando las botellas en palés para almacenarlas para la crianza.Jordi Adrià
Antiguo anuncio de Freixenet, que este año se ha propuesto felicitar la Navidad sin que se note que es Navidad. Quiere llegar al público joven y desestacionalizar su producción. Ha invertido cuatro millones de euros.Jordi Adrià
Gramona es una de las bodegas medianas y centenarias localizadas en la capital del cava. Produce 600.000 botellas de este espumoso y se especializa en crianzas de larga duración. “Artesanos del tiempo”, se denominan a sí mismos.Jordi Adrià
900.000 botellas duermen en Gramona esperando un trato esmerado por parte de los empleados de la marca durante un periodo que oscila entre cuatro y doce años.Jordi Adrià
El licor de expedición, aquel con que se endulzan las botellas de cava y se rellenan una vez se retiran las levaduras tras su crianza, también se alberga en grandes cubas como estas.Jordi Adrià
Las viñas de Gramona ocupan 85 hectáreas de cultivos orgánicos y biodinámicos, en los que varios caballos aran las tierras al estilo tradicional, lo que encarece por lo menos un 20% la producción, según la cavista.Jordi Adrià