A principios de 2018 aparecieron los primeros migrantes en las calles de Sarajevo. Después del invierno, miles de personas atrapadas en Serbia desembocaron en la vecina Bosnia, abriendo una nueva ruta a Europa a través de Croacia y Eslovenia. En Sarajevo, la gente pasa y se detiene unas pocas noches antes de trasladarse a la frontera, en Bihac, una pequeña ciudad en la frontera croata donde se asientan miles de personas que esperan cruzar las fronteras, con traficantes o sin ellos. En la imagen, un grupo de emigrantes cruza ilegalmente por el río Kolpa de Croacia a Eslovenia.Filippo TaddeiDesde que Hungría construyó su muro fronterizo y los migrantes quedaron atrapados en Serbia, la ruta de los Balcanes pasa por Bosnia. En lo que va de año, han entrado en el país cerca de 20.000 personas, según la agencia de la ONU para personas refugiadas (Acnur), la mayoría de los migrantes procedentes de Serbia. Desde la frontera se puede llegar a Eslovenia (y, por lo tanto, al espacio Schengen) tras recorrer tan solo 80 kilómetros por territorio croata. Trieste queda a 240 kilómetros. En la imagen, el autobús de la capital bosnia hacia la ciudad de Bihać, en el límite con territorio croata, un padre afgano y su hijo se reencontraron con el resto de su familia.Filippo TaddeiCampamento extraoficial de Bihać. Los emigrantes proceden de Pakistán, Afganistán, Irak, Siria y Argelia. La mayoría lleva dos o tres años de viaje. A menudo pasan temporadas varados en Turquía o en Serbia, decididos a seguir esforzándose por llegar a su destino final, que suele ser Alemania, Suecia o Francia. Debido al cierre de las demás rutas hacia Europa occidental, a Croacia y su policía les ha tocado actuar de guardas de las puertas de la Unión Europea.Filippo TaddeiCroacia no forma parte del espacio Schengen de libre circulación dentro de la Unión Europea, pero espera ingresar pronto en él. Por ello está deseosa de demostrar que es capaz de controlar la frontera exterior de la UE. Un chico muestra las heridas causadas por los golpes de la policía croata, que actúa con dureza contra los emigrantes. Cuando descubre a alguno en su territorio, le confisca o le destruye el teléfono móvil y le quita el dinero y las pertenencias. Durante su deportación a Bosnia, los emigrantes suelen ser víctimas de violencia.Filippo TaddeiAlgunos emigrantes se han instalado en las pequeñas ciudades de Bihać y Velika Kladuša, en la frontera con Croacia, a la espera del momento de intentar llegar a la Unión Europea. Bosnia Herzegovina, uno de los países más pobres de los Balcanes, se enfrenta a un problema tal vez excesivo para sus posibilidades. Un niño intenta conseguir algunos de los productos básicos distribuidos por Cruz Roja.Filippo TaddeiLos emigrantes se han instalado en edificios viejos en Bihać sin agua ni electricidad. Ha habido muchos casos de niños que han caído de alturas de hasta 10 metros. Las condiciones son malas, y a medida que se acerca el invierno, la preocupación de emigrantes y trabajadores sociales aumenta. Filippo TaddeiEl teléfono móvil es el instrumento fundamental de los emigrantes. Les permite estar en contacto con su familia y con los traficantes de personas, así como realizar pagos; pero lo más importante es que les permite guiarse por el GPS durante su aventura. Quienes no tienen dinero para pagar entre 1.000 y 3.000 euros a los traficantes, viajan de cuatro a 10 días a pie campo a través, guiándose por el sistema de posicionamiento. Alcanzar la meta es muy difícil, ya que se ha pedido a los ciudadanos que denuncien a cualquier sospechoso.Filippo TaddeiCruz Roja distribuye a diario alrededor de 1.500 comidas y cenas. En el campamento extraoficial de Bihać se forma una cola mientras la organización humanitaria reparte ropa. Los emigrantes del campo se encuentran al final de su viaje, están débiles, y carecen de lo más básico. Desde el primer momento, la ayuda ha estado coordinada exclusivamente por voluntarios, ya que el Gobierno está dividido.Filippo TaddeiEl río hace de Bihać un destino turístico, sobre todo en verano. Muchas reservas para la temporada 2018 se cancelaron debido a los problemas que causa la afluencia de emigrantes. En octubre, la población local se quejó y expresó su malestar pidiendo al Gobierno que trasladase a los recién llegados y los instalase en campamentos.Filippo TaddeiUn grupo de emigrantes prepara la comida en el edificio abandonado en Bihać, en el que se ha instalado provisionalmente.
Filippo Taddei
