9 fotosLos sitios que no pueden faltar en tu Instagram esta Semana SantaSabemos que lo que no compartes en tus redes sociales no existe, pero tampoco queremos que tortures a tus seguidoresTentaciones30 mar 2018 - 11:45CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceQué: Este palacete digno de la cuenta @accidentallywesanderson fue construido por el empresario Íñigo Noriega tras volver de México a principios de 1900. Ahora alberga el Museo de la Emigración y Archivo de Indianos, pero conserva la estructura colonial y los detalles arabescos y griegos. Y no es el único. Por qué: Merece la pena hacer la ruta de los indianos de Colombres y disfrutar de esas casas ostentosas que los emigrantes construyeron tras hacer (con éxito) las américas. Dónde: Colombres, Asturias.Qué: El jardín de cactus más grande de Europa y un vivero biotecnológico especializado en xeropaisajismo. Esta superficie de 16.000 metros cuadrados guarda en su interior más de 400 especies áridas y plantas autóctonas del mediterráneo. Por qué: Dividido en cinco espacios según su vegetación, puedes ir de Arizona a la Toscana sin moverte de Madrid. Dónde: Autovía A1, Km 25, San Sebastián de los Reyes.Qué: Ricardo Bofill es el responsable de esta colmena laberíntica situada en Avenida de la Industria e inspirada en la obra de ciencia ficción de Burrhus Frederic Skinner, Walden dos. De ahí su nombre y su apariencia de ciudad vertical. Aunque la verdadera utopía fue su construcción: solo se levantó uno de los tres edificios que había previstos y los problemas infraestructurales así como la quiebra de la inmobiliaria retrasaron su finalización. El resultado final es un compendio de dieciocho torres de apariencia arcillosa, unidas por callejones de azul intenso y vistas al cielo. Por qué: Reconócelo, la Muralla Roja, la otra fantasía que el arquitecto levantó en Calpe, ya está muy vista. Aunque las dos son dignas de quedarse a vivir en ellas para siempre. Dónde: Sant Just Desvern (Barcelona)Qué: Entre robles, castaños, laureles y demás vegetación 'enxebre' que apenas deja pasar la luz se esconde este castillo. Pertenecía a una pequeña villa de los Condes de Canalejas hasta que una carretera dividió la finca en dos partes. Ellos se quedaron con el pazo (ya se sabe que los requisitos básicos para ser reconocido de la nobleza gallega es tener un pazo y un cordón de albariño) y cedieron estos terrenos al Concello de Cangas. El castillo en realidad es un trampantojo. Dicen que la construcción se inició en los años setenta como zona de descanso de los condes, pero solo se llegó a levantar el foso y esa fachada con aires de cuento medieval. Por qué: Encontrarlo es una aventura porque no hay nada que lo señalice. Un lavadero al lado de la carretera es la única referencia. 100% libre de turistas. Dónde: Kilómetro 104 de la carretera PO-315, dirección Cangas-Bueu (Pontevedra).Qué: En el barrio de la Marina se sitúan la mayoría de los bares y restaurantes que han dado fama a la ciudad. Una excusa para irte de pintxos y disfrutar de estas casas de pescadores, con balcones y ventanas llenas de color, de la pintura sobrante de los barcos, y vistas al Cantábrico. Uno de los pueblos amurallados más bonitos del País Vasco, casi al lado de Francia. Por qué: Tienen en Instagram el mismo efecto que las casas de Costa Nova, Aveiro, 'like' asegurado. Dónde: Calle San Pedro, Hondarribia.Los Romanos llegaron a Castilla y León por el oro, y cuando se fueron dejaron este paisaje de arenas rojizas y vegetación autóctona. De la mayor mina a cielo abierto del Imperio Romano a Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1997. Por qué: el atardecer desde el mirador de Orellán. Dónde: El Bierzo, León.Qué: El pintor construyó este oasis mediterráneo en el centro de la ciudad y su mujer, Clotilde, decidió compartirlo con el mundo. El palacete, de techos altos, mantiene intácto el recuerdo de cuando el artista pintaba en él. Hay obras y dibujos de Sorolla, pero también bocetos de la casa, pinceles usados, piezas de cerámica o fotografías y cartas que le enviaba a su familia. Todo, rodeado de un patio de estilo andaluz, lleno de fuentes y azulejos. Por qué: Aunque tengas que esquivar algún curioso, merece la pena. Dónde: Paseo del General Martínez Campos, 37. Madrid.Qué: Una cúpula de hierros azules preside la construcción, un sueño -sin licencia- de Justo Gallego. Este vecino de Mejorada del Campo empezó a constuir el edificio santo a finales de los sesenta, sin mapas ni conocimientos de arquitectura o albañilería, como ofrecimiento religioso por haber sobrevivido a la tuberculosis. Muchos lo conocían como el loco de la Catedral, hasta que un anuncio de Aquarius en 2005 lo convirtió en un héroe local. Este Gaudí del reciclaje trabaja de lunes a sábado en esta catedral de estructura clásica, con materiales que sobran de las obras y mecenas particulares. Por qué: Muchos dicen que cuando muera su autor, corre peligro de demolición al ser una obra sin licencia. Dónde: Mejorada del Campo (Madrid)Qué: Con la idea de que es el hombre el que define el paisaje, el artista vasco Agustín Ibarrola llenó de color los bloques de hormigón que protegen el puerto de Llanes. Formas geométricas y figuras chillonas con las que pretendía recoger la memoria del artista, del arte y del pueblo. Por qué: Si siempre has querido ver Salvation Montain, esta obra de arte es igual de colorista y fascinante. Dónde: Llanes (Asturias).Agustín Ibarrola | Tere Ormazabal