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¿Ha sido 2017 un buen año en la televisión en España? Repasamos lo más destacado del año en la televisión española, de la vuelta de Operación Triunfo a la bajada de audiencias en el prime time pasando por la hecatombe de Gran Hermano o el asentamiento de las plataformas digitales El inicio de la nueva temporada televisiva en septiembre de 2017 en la franja de máxima audiencia de la noche en las cadenas generalistas dejó unos datos llamativos que mostraron una tendencia a la baja tanto en número de espectadores como en cuota de pantalla. ¿Los motivos? Según los expertos consultados por EL PAÍS son varios: los canales nuevos de la TDT ya llegan casi al 5% de la cuota, La 1 ha mejorado en los últimos meses su media rebajando las cuotas de Mediaset y Atresmedia, el asentamiento de plataformas digitales que absorben espectadores que en esa franja quieren ver sus series y películas dónde, cuándo y cómo quieran, el inicio tardío del 'prime time' no está de acorde con los horarios de los espectadores, la extensión tan larga de los programas y una medición de audiencias que no termina de ser la más adecuada. En la imagen, la serie 'La que se avecina', uno de los programas que más éxito tienen en la parrilla. La bonita victoria del portugués Salvador Sobral en la edición de 2017 en Eurovisión y el último puesto de España con su representante Manel Navarro terminó con la peor cuota de pantalla del concurso en TVE desde 2007, con un 28,6%. Cuatro millones y medio de espectadores siguieron la final del concurso el pasado 13 de mayo, lejos de aquellos nueve millones que siguieron la participación de Rodolfo Chikilicuatre. Supuso la segunda vez consecutiva que la audiencia bajaba de los cinco millones. Eso sí, el concurso sí que fue un éxito en España a través de Twitter. Se generaron 7,8 tuits en nuestro país, siendo la actuación española y el famoso gallo de Navarro, el centro de la mayor parte de las conversaciones. Surgieron muchas dudas sobre su posible éxito y vigencia cuando TVE anunció que iba a recuperar ‘Operación Triunfo’. Pero la apuesta ha sido un éxito para la cadena, no tanto en audiencia, que se mantiene de forma más que notable, como social. Se puede poner en duda su calidad musical, en tiempos en los que en la televisión en España y en especial en la cadena pública se ningunea a la Cultura en general, pero como fenómeno ha sido una agradable sorpresa. OT ha conectado con el espectador que tenía que conectar y ha llevado a TVE en cierta forma a un público más joven, algo que necesitaba con urgencia. Y lo ha hecho con historias personales, concursantes carismáticos y espectáculo. ‘Gran Hermano’ ha sido el gran descalabro del año. Y no ha sido una sorpresa. Ya venía apuntando un desgaste tan grande que incluso desde Telecinco intentaron venderlo como algo renovado con la coletilla ‘Revolution’. Audiencias muy bajas con algunos de los peores datos de su historia provocaron que se adelantara su final, que tampoco tuvo mucho seguimiento. Vamos, que fue la final menos vista de su historia. Tras tantos años, el público se merece un descanso y una apuesta por otro reality que ofrezca algo nuevo. La versión VIP del programa en cambió sí que triunfó en 2017 con su quinta edición. La serie ‘Si fueras tú’ de TVE ofreció al público elegir su devenir capítulo a capítulo con votaciones al estilo elige tu propia aventura a través de redes sociales y del portal web. Sin duda TVE ha sido la cadena que más se ha puesto las pilas (con un afán encomiable por recuperar al público más joven) en jugar con el transmedia y la interacción a través de redes sociales, de proyectos de realidad virtual, videojuegos, libros, cómics y demás con productos como ‘Si fueras tú’, ‘El Ministerio del Tiempo’ o la plataforma Playz y YouTube con series como ‘Mambo’. La queja habitual sobre la series españolas ya no está en su calidad, que cada vez es mayor, si no en su duración. Capítulos de 70 minutos (a veces más desgraciadamente) impuestos por las cadenas generalistas para atender a sus necesidades publicitarias y/o de medición de audiencias. Para ver un capítulo se necesita el tiempo de una película. Algo ya absurdo en tiempos de las plataformas digitales, que no solo ofrecen la posibilidad de ver las series al ritmo que se quiera, si no que ofrecen programación propia. 2017 ha supuesto un pequeño cambio para la ficción española con la primera serie española de Netflix, ‘Las chicas del cable’, y la gran apuesta de Movistar por series propias (‘Vergüenza’, ‘La Zona’, ‘Velvet Colección’…). Series que se han adaptado al estándar internacional (no en vano, tienen que venderse también fuera de España) tanto en drama como en comedia (qué gusto verlas de menos de media hora) y que, independientemente de su calidad, permiten al espectador disfrutarlas mejor. De forma humilde, sin grandes pretensiones y con una realización fantástica, ‘El puente’ ha demostrado ser el mejor reality show del año, en #0 (de Movistar +). Presentado por Paula Vázquez (pero también desde un segundo plano, dejando como protagonistas a los concursantes y el entorno de la Patagonia en el que se rodó), el programa es un ejemplo de cómo también se pueden hacer concursos de este tipo de forma elegante y sin histrionismos. En los últimos dos años las series han ido haciéndose un hueco en los grandes festivales de cine. Twin Peaks y Top of the Lake pasaron por Cannes (que en 2018 tendrá su propio festival de series) y San Sebastián certificó en septiembre lo que hasta hace poco era impensable: que una serie entrara en la sección Oficial. Movistar + colocó dos de sus ficciones originales. Los dos primeros capítulos de La Peste (que se estrena en enero de 2018) se vieron fuera de concurso en la sección oficial y Vergüenza de forma íntegra en Zabaltegi-Tabakalera.