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Puro cacao ecuatoriano, justo y sostenible

Recuperar y fomentar las especies autóctonas, aumentar los niveles de producción y exportar sin intermediarios. Estos son los retos que la cooperativa Aprocane, en Ecuador, afronta con apoyo de la cooperación española para mejorar sus condiciones de vida

Justo Lemo, en su plantación cacaotera en la parroquia de Maldonado, en la provincia de Esmeraldas (Ecuador). Ha recibido asesoramiento de la asociación de productores Aprocane (con apoyo de la cooperación española) para mejorar la calidad de su cacao.
Lemo está probando una nueva variedad de cacao más eficiente, pues el 99% del fruto que da es bueno. "Toda mi plantación es de cacao nacional", asegura orgulloso mientras ofrece semillas para chupar la dulce manteca que las cubre.
La asociación de productores Aprocane tiene una planta de cacao. Allí lo cuecen y secan artesanalmente para dejar el producto listo para su exportación.
Con orgullo, los productores explican el proceso que siguen para que su cacao sea de alta calidad, tanto es así que su mayor cliente es una empresa (de la que no quieren desvelar el nombre) suiza de chocolates. "El grano de cacao tiene sabores econdidos: floral, frutal y a nuez, que salen cuando fermenta", explica el presidente de la asociación, Enqui Valencia Quiñones.
El secado del cacao es solar en un primer momento. Después, los granos pasan al secador artificial. Tras este proceso, se tuesta y saca la cascarilla. "Es un trabajo durito", apunta Virginia Borja, una de las productoras y primera presidenta de Aprocane. finalmente, se muele, pero necesitan otro molinillo nuevo para aumentar la producción. Una vez retiradas las partículas, sale chocolate puro 100%.
Uno de los aspectos más importante de la asociación Aprocane es apoyar especialmente a las mujeres. Por eso, además de producir y procesar el cacao, tienen programas para promover la igualdad de género.