En Accra, la capital de Ghana, se encuentra el cementerio electrónico de Agbogbloshie. El fotógrafo Antonio Pérez retrata la población que vive del basurero y lo relata en una exposición en la Galería del Patio de CICUS (Sevilla)
Los trabajadores, adolescentes y niños, de manos pequeñas y ágiles, trabajan en la zona contaminada y sin ningún tipo de protección. En la imagen, John posa con su herramienta de trabajo.Antonio PérezEntre las altas temperaturas de la zona, por el trópico y por los miles de fuegos que envuelven la zona de humo negro, reciclan todo el material a base se golpes, fuerza y de quemar todos los plásticos para sacar los metales: aluminio, hierro y en particular cobre, el más preciado y el más caro. En la imagen, Francis de 11 años enseña el cobre que va a quemar.Antonio PérezLas pequeñas porciones de cobre ya limpio son compradas por comerciantes locales y cuando tienen una cantidad mayor que les permite llenar un contenedor, vuelven a ponerlas en el mercado internacional. En la imagen, Sweet, vendedora de agua.Antonio PérezEl fotógrafo de la zona enseña sus trabajos para vender.Antonio PérezEl fotógrafo de la zona enseña sus trabajos para vender.Antonio PérezPrincess, de 9 años, es vendedora de agua.Antonio PérezFelicity, vendedora de agua, echa una cabezada.Antonio PérezMavis, de 11 años, también es vendedora de agua.Antonio PérezTiene 21 años y no quiere confesar su nombre. Tan solo aparecer en la fotografía.Antonio PérezTrasladando cables de cobre plastificados.Antonio PérezSe presta para que le fotografíen, aunque prefiere ocultar su identidad.Antonio PérezJohan, trabajador de Agbogbloshie, posa para la cámara.Antonio PérezEric, de 16 años, enseña el cobre ya limpio de plásticoAntonio PérezAgbogbloshie, Accra (Ghana).Antonio PérezAgbogbloshie, Accra (Ghana), plano generalAntonio Pérez