Gorée, isla de paz en femenino

Lideresas y activistas africanas se reúnen en una isla de Senegal para tratar la paz y la seguridad en África

Rosalie Oububa, secretaria de ONG en Burkina Faso, y Madeleine Maka, ex ministra de Comercio de Guinea Conakry, en el taller Liderazgo femenino, mediación de conflictos y consolidación de la paz en África.Marta Moreiras
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La isla que un día fue el principal puerto de salida de esclavos de África Occidental hacia América, hoy es un gran símbolo de la democracia, la cultura y el desarrollo. Se trata de Gorée, un pequeño paraíso a media hora en barco desde Dakar, convertida hoy en refugio y lugar de reunión de pensadores, artistas, politólogos, filósofos y defensores de los derechos humanos y la paz en África.

A mediados del mes de mayo, una veintena de mujeres procedentes de Burkina Faso, Níger, Benín, Senegal, Malí, Guinea Conakry, Togo, Costa de Marfil, Islas Comores y Guinea Bissau visitaron la isla para asistir al taller Liderazgo femenino, mediación de conflictos y consolidación de la paz en África en el contexto del proyecto AWA (African Women in Action for Peace and Security) impulsado por el Instituto Gorée. “Es una gran oportunidad para aprender nuevos métodos y estrategias en la mediación de conflictos” dice Louise Ariane Ngoye, asistente al taller. Louise Ariane es socióloga de formación y lleva varios años trabajando en la Plataforma de Agentes por la Transformación Social Positiva (Pamoja), en Guinea Bissau.

Apoyado en los valores de respeto a la diversidad, responsabilidad, transparencia, creatividad e independencia, el centro tiene la misión de contribuir a la emergencia de sociedades abiertas y autosuficientes en África. Su idea es simple: crear un espacio de intercambio de conocimiento que funcione como catalizador para el desarrollo del continente y que busque soluciones africanas para problemas africanos.

Todas las participantes del taller desarrollan trabajos clave en la consolidación de la paz y la seguridad en sus países de origen y han viajado a Gorée para estar en contacto con mujeres de otros países que trabajan en la misma dirección y con la misma ilusión. "Venimos aquí a compartir nuestras experiencias y cargarnos de energía positiva para seguir luchando” afirma Ndeye Soukeyna Ndao, abogada en la Asociación de Juristas Senegalesas, una agrupación de letradas, juezas, profesoras de derecho, notarias o inspectoras de trabajo al servicio de la promoción y divulgación de los derechos de las mujeres y los niños.

Durante el encuentro se abordan los temas que más preocupan a las sociedades africanas en el camino hacia su desarrollo: el conflicto, la desigualdad entre hombres y mujeres, la amenaza terrorista, la participación ciudadana, la seguridad y la necesidad de incluir a las mujeres en la construcción de la paz y de democracias viables en África. “El taller tiene como objetivos específicos reforzar las competencias técnicas de las mujeres en materia de liderazgo, en la mediación de conflictos y en la consolidación de la paz en África, así como dotarlas de herramientas útiles y prácticas que faciliten su trabajo” comenta Woré Ndiaye, coordinadora de la programación y principal impulsora de estas jornadas. “Es fundamental reforzar la capacidad de análisis de las agentes del cambio y que sean conscientes de lo que pueden hacer si utilizan los instrumentos adecuados, como por ejemplo las redes sociales, que son esenciales y nos pueden ayudar mucho a la hora de visibilizar nuestro trabajo".

Las mujeres están aquí porque saben que el desarrollo social y humano en África necesita incorporar una perspectiva de género urgentemente para la construcción de sociedades más democráticas y más estables. Son farmacéuticas, juristas, ministras, periodistas, analistas políticas, gestoras, abogadas, profesoras, doctoras… Todas tienen cargos de responsabilidad. ”Aquí discutimos temas clave de nuestro futuro y de nuestro desarrollo”, comenta Manignan Ouattara, directora del gabinete del recién estrenado Ministerio de la Solidaridad, de la Cohesión Social y de la Indemnización de Víctimas de Costa de Marfil, creado en enero de este año y que sigue el Programa Nacional de Cohesión Social.

“Si las mujeres son las principales víctimas de la guerra y de la violencia en África, y de hecho lo son, también deben ser una pieza fundamental en el proceso de construcción de la paz” señala Woré Ndiaye. “El desafío de las mujeres africanas es superar las barreras que los idiomas y las fronteras nos imponen. No importa el idioma que hablemos o el país que nos haya colonizado, vivimos todas el mismo desafío y debemos estar unidas. En Senegal, a pesar de los avances, todavía continúa nuestra lucha. Los hombres que nos representan no aplican la ley de paridad firmada por el Gobierno senegalés en el año 2010 para defender nuestra causa, hay que reforzar la voluntad política de nuestros representantes y obligarles a cumplir la ley.”

Si las mujeres son las principales víctimas de la guerra y de la violencia en África, también deben ser una pieza fundamental en el proceso de construcción de la paz

A pesar de los 15 años que han pasado desde que se aprobara la resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la ONU que “reafirma el importante papel que desempeñan las mujeres en la prevención y solución de los conflictos y en la consolidación de la paz”, el desequilibrio es evidente. Dicha resolución subraya la importancia de la participación de ellas en la toma de decisiones, pero siguen excluidas muy a menudo de las mesas de negociación y de los despachos de los grandes mandatarios.

Este taller no solo demuestra que las mujeres son piezas clave en la paz y la seguridad en África, sino que también evidencia la buena comunicación que existe entre las distintas lideresas de los países francófonos del continente, así como su gran voluntad de participar de forma activa en el desarrollo de sus países en materia de paz y seguridad y cooperación al desarrollo.

Son un puñado de activistas capaces de volar miles de kilómetros para asistir a unas jornadas si éstas les van a servir para fortalecer su capacidad de liderazgo y de gestión de conflictos. Entre ellas, destaca Sitti Hadidja Said Hassan, ex ministra de Juventud y activista que procede de las Comores, unas islas situadas en la costa oriental del continente a más de nueve mil kilómetros de Dakar. “No podía perdérmelo, sigo muy de cerca el trabajo de las mujeres de los países de África Occidental”.  Relata cómo las asociaciones feministas de su país han presionado al presidente para que firme un documento oficial que le obliga a respetar la paridad en los organismos del Gobierno y en los puestos de representación oficial en el extranjero. “Si las mujeres son tan buenas mediadoras, ¿por qué no hay casi embajadoras? Sería muy útil” asegura.

Ya desde la primera intervención,Woré Ndiaye marca el ritmo y el tono de las jornadas preguntando con educación a las asistentes si les molesta que esté descalza. “Estamos en África”, dice con humor. Este comentario sin importancia es una forma simbólica de recordar que África es diferente, que tiene su propia manera de entender la vida y, por lo tanto, debe buscar sus propias respuestas. África es un continente con mucha personalidad que, además, va sobrado de tradiciones, de referencias, de culturas y de sabiduría; por eso debe coger las riendas de su futuro y debe hacerlo “a su manera”. Madeleine Maka Kaba, una carismática mujer con mucha mano derecha y un gran sentido crítico, es la encargada de organizar el gallinero durante los talleres. La antigua ministra de Comercio de Guinea Conakry también sabe darle un toque de humor a cada jornada, proponiendo distintos ejercicios y compartiendo su experiencia como ministra en un mundo dominado por la presencia masculina.

“Si las mujeres son tan buenas mediadoras, ¿por qué no hay casi embajadoras?

Durante el taller realizan varios análisis en profundidad de casos prácticos y reales de la escena geopolítica africana. Las asistentes son divididas en grupos para diseccionar los conflictos armados en África y el vínculo que tienen con la espiral de la pobreza en la que viven muchos países. ¿Cuáles son las causas que hay en la raíz del conflicto? ¿Qué efectos tiene y cómo se materializan? Otro caso práctico es la problemática que existe entre Senegal y Gambia. ¿Existe una situación de incomprensión, de tensión o de crisis? Los problemas son siempre complejos, aunque hay que saber llegar a la raíz para encontrar la forma de solucionarlos.

Hay momentos que en la sala no cabe el entusiasmo, ni el espíritu crítico de las activistas, aunque lo más interesante es escuchar la diversidad de propuestas y de experiencias que comparten entre ellas. Y esto continúa, ya están organizando el segundo encuentro de Liderazgo Femenino en Costa de Marfil el próximo mes de julio.

Estas mujeres no han arreglado el mundo en cuatro días, pero tampoco lo han empeorado, si no que han organizado, debatido y establecido pautas para seguir trabajando en la dirección correcta. “Ese es el espíritu de estas jornadas” comenta Woré Ndiaye. “Estas mujeres, aunque solo parezcan 24 personas, en realidad son 24 semillas, y pueden convertirse en árboles. Aunque conociendo el impacto que genera dotar de conocimientos a una mujer, es posible que se conviertan en 24 bosques y así, poco a poco, nuestro mensaje se vaya extendiendo y nuestra causa se vaya haciendo más y más visible en todo el continente”.

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